11/9/11

ESCUELA NORMAL DE PROFESORES DE INSTRUCCIÓN PRIMARIA

Santiago, El Monitor, 15 de agosto de 1852

(Fragmento de un texto de Sarmiento referido a la Escuela Normal que creara en Chile, la primera de América)

"No es éste el lugar de entrar en un examen prolijo de los resultados prácticos que los alumnos del primer curso de la Escuela Normal han obtenido en las escuelas. Sería esto obra de mejores datos que los que poseemos. Queríamos sólo indicar rápidamente la huella que han dejado en la enseñanza estos pioneers de la Escuela Normal, a quienes cupo en suerte la mala tarea de arrostrar la selva enmarañada de dificultades con que tienen que luchar todas las mejoras. Pero ellos han llevado a los extremos de la República una cosa que no había, y es el movimiento, la expectación de la mejora, y los conocimientos profesionales. La Escuela Normal, con tanto disfavor acogida al principio entre los que debían inmediatamente aprovechar de sus ventajas, ha llegado a ser hoy un objeto de ambición para los padres de familia que se interesan en dar a sus hijos una profesión honrosa. Es un hecho que debemos consignar aquí como digno de llamar la atención, el que los mismos alumnos que fueron separados por su incapacidad notoria, o por desmoralización incurable, se consagraron a la enseñanza, con lo poco que habían aprendido, remediando los unos a fuerza de constancia su insuficiencia, cediendo los otros a sus malos hábitos que podían más que toda otra consideración. Pero lo que hemos querido hacer resaltar, es que los jóvenes al parecer insignificantes, como lo eran al principio la generalidad de los alumnos de la Escuela Normal, la instrucción producida en sus bandas produjo una buena porción de hombres de peso, que han conquistado una posición social a que no habrían llegado por otro camino. De las clases vecinas a la muchedumbre han salido toda variedad de caracteres, los unos entusiastas promotores de la enseñanza, por el amor de la mejora de sus compatriotas, los otros llenos de espíritu de empresa para dar a su profesión el carácter de una industria productiva: cuáles se han consagrado al estudio, ambicionando fama, y saliendo con sus propósitos del estrecho círculo del momento presente, cuáles se han ensayado en la carrera de los escritores, instruyéndose penosamente en los antecedentes de la materia a que consagraban sus vigilias. [...]
La mayor parte de aquéllos jóvenes tiene modales cultos y caballerosos, visten con gusto, observan una conducta intachable, y no sólo han conservado los conocimientos adquiridos sino que han continuado posteriormente atesorando conocimientos ya por la presente lectura, ya con auxilio de algún idioma que han aprendido."

Bibliografía: Sarmiento.Obras completas. Tomo XXVIII. Ideas Pedagógicas. Editorial Luz del Día, Buenos Aires, 1952. Pág. 184.185.


Se conocen dos himnos en honor a Sarmiento. El primero fue creado por Segundino Navarro, con música de Francisco Colecchia, mientras que el segundo fue creado por Leopoldo Corretjer. El creado por Navarro es entonado en la provincia de San Juan, mientras que el de Corretjer es escuchado en el resto del país.

Leopoldo Corretjer

Leopoldo Corretjer fue un músico que nació en Barcelona, España en 1862 y falleció en Buenos Aires, Argentina en 1941 a quien se recuerda por su labor como director de orquesta y compositor. En esta última actividad escribió varios tangos así como marchas patrióticas.

Estudió composición e instrumentación con los maestros Sánchez-Gabagnach y Gabriel Balart en el Real Conservatorio de su ciudad natal con notas sobresalientes. En 1880, contando 18 años, ya era director de orquesta y debutó en el Teatro Principal con la ópera Lucrecia Borgia. Fue un activo ayudante en los célebres coros de ese gran maestro catalán que fuera José Anselmo Clavé. Se trasladó en 1887 a Buenos Aires, donde obtuvo por concurso un cargo de profesor de música en el Consejo Nacional de Educación y fue designado luego inspector de la asignatura música en las escuelas de la ciudad de Buenos Aires.

Corretjer fue elegido para dirigir en la Plaza del Congreso, durante la conmemoración del Centenario de la Revolución de Mayo, una banda de 500 músicos y un coro de 30.000 escolares, que ejecutaron y cantaron el Himno Nacional Argentino.

Fue maestro de armonía y entre otros, pautó muchos tangos de compositores iletrados y tuvo entre sus alumnos al compositor de tangos Eugenio De Alarcón y a Manuel Campoamor, quien en 1899 le dedicó su primer tango: Sargento Cabral. Como compositor se recuerdan sus tangos Don Viruta y Chicharrón, El afilador, La Razón, Mate a medias, Argentino, El Afortunao, El Triunfador, Entre prima y bordona, Mate amargo, Puro corte y firulete, Mi negra y Apuntá pa’otro lao -que no lleva letra y que dedicó "a la oficialidad del cuerpo de Granaderos a Caballo" y también la letra y música de sus himnos y canciones patrióticas Saludo a la bandera y el Himno a Sarmiento, que todavía hoy se cantan en las escuelas argentinas. Otras obras suyas fueron un Himno a Rivadavia, ¡Viva la Patria! -sobre letra del poeta argentino Rafael Obligado, El gaucho, El ombú (estilizaciones de aires nacionales); Go ahead (marcha); Voilá (pas de quatre) y numerosas obras corales. Falleció en Buenos Aires, Argentina en 1941.

HIMNO A SARMIENTO


Fue la lucha, tu vida y tu elemento;
la fatiga, tu descanso y calma;
la niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber le diste el alma.
Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razón, en la noche de ignorancia.
Por ver grande a la Patria tu luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.
 

En su pecho, la niñez, de amor un templo
te ha levantado y en él sigues viviendo.
Y al latir, su corazón va repitiendo:
¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud, y gratitud!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par
para el grande entre los grandes,
Padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!


Letra y música: Leopoldo Corretjer


Segundino Navarro 
Música para los oídos del prócer

Luis Castro y Jorge Puga - Diario de Cuyo
Navarro fue un exitoso abogado y escritor, creador del himno provincial al maestro de América. Estaba casado con una sobrina de Sarmiento y compartió muchas horas con él durante la vejez del gran maestro. 

Si alguna vez en un acto escolar las estrofas del himno a Sarmiento le anudaron la lengua porque se disponía a cantar una cosa mientras sus oídos escuchaban otra, aquí tiene a uno de los culpables: Segundino Navarro, creador del himno provincial a Sarmiento, ese que suena sólo en San Juan, en contraposición al creado por Leopoldo Corretjer, que se escucha en el resto del país. Para que no queden dudas, el himno de Navarro es el que suena así: "Fue su vi-i-ida, la lucha incesa-a-ante...". El otro: "Fue la lucha, tu vida y tu eleme-e-ento". Oficializado por decreto provincial en 1904.

No es que se vaya a tomar partido aquí por Navarro -a propósito de la calle que lleva su nombre en Capital-, pero en rigor de verdad, Segundino fue primero en esta historia de escribir canciones al gran maestro. Y no es casualidad.

No sólo estaba casado con una sobrina de Sarmiento -Victorina Lenoir Sarmiento- sino que tuvo una relación muy afectuosa con él.

Esa amistad fue abonada con viajes y largas charlas. Fueron esas horas compartidas lo que le permitieron a Navarro escribir una pequeña biografía de Sarmiento y, tiempo más tarde, la letra del himno que lleva la música de Francisco Colecchia.

Amante de la historia, esa biografía fue uno de los trabajos literario que realizó. Junto a su mujer escribió "Compendio de Historia Argentina", un libro que fue utilizado durante varios años en las escuelas sanjuaninas.

Durante los gobiernos de Carlos Doncel, Domingo Morón y Justo Castro, Navarro fue designado Ministro de Gobierno. En sus mandatos demostró ser un gran estadista que resolvió una dura crisis económica y política mientras gobernaba Domingo Morón.

Segundino nació el 15 de febrero de 1852. Su padrino de bautismo fue otro grande de la provincia: Guillermo Rawson.

Hizo la primaria y la secundaria en San Juan y luego viajó a Córdoba para estudiar Derecho donde se recibió con 23 años. Un año más tarde fue nombrado Juez de Letras (1876). El joven y talentoso Navarro fue elegido como diputado de la Convención que reformó la Constitución Provincial y luego fue designado ministro de la Suprema Corte de la Justicia de la Provincia. Todo eso con menos de 30 años.

Su empuje trascendió el ámbito del Estado. Fundó el Club Industrial y organizó la primera exposición y feria rural de San Juan. Promovió la explotación minera en cooperativas y fue fundador del Banco Obrero y Banco Industrial. Además, fue uno de los encargados de reconstruir la Biblioteca Franklin por mandato del propio Sarmiento.

Véase el texto completo del Himno en:


Investigación: Raquel Gail

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