26/4/19

JUAN ÁNGEL COTTA
 el hijo del segundo Director

Esta nota es la  reproducción exacta de una publicada en el Suplemento RADAR del diario Página12 de Buenos Aires, el pasado 2 de diciembre de 2018.

https://www.pagina12.com.ar/159265-el-ilustre-ilustrador-desconocido 
02 de diciembre de 2018

Juan Angel Cotta y sus portadas para 
Los Libros del Mirasol

El ilustre ilustrador desconocido

En los años 60, la ya mítica editorial Fabril publicó Los Libros del Mirasol, una colección popular de literatura sofisticada que pobló las bibliotecas de la clase media. Sus tapas, diseñadas por Juan Angel Cotta*, son joyas en su especie, geometrías elegantísimas, cuadros expresionistas en miniatura. Cotta, que hizo 103 tapas entre 1960 y 1962, fue olvidado. Hasta que, después de un año de ardua búsqueda y recuperación, los diseñadores e ilustradores Francisco Roca* y Leandro Castelao** las reunieron en el volumen Cotta & Los Libros del Mirasol –con prólogo de Steven Heller–, que saldrá por la flamante Flecha Books, una editorial temática que apunta al patrimonio gráfico, a recuperar y poner en valor obra e itinerarios sumergidos.


De Albuquerque, Nueva México, llegó ajado el Martín Fierro. Casi al mismo tiempo venía, en tránsito desde Nueva York y fulminado de tanta escala, El túnel de Ernesto Sábato. Hubo otros arribos: de Bogotá, Madrid, Chivilcoy, La Pampa y de... Mercado Libre. Todos traían el mismo sello: una flor geométrica, en blanco, negro y rojo o azul, hay 95 por ciento de seguridad que sea un diseño de Rómulo Macció. Y un desfile ecléctico de literatura deliciosamente embalada por ilustraciones de... ¿una misma mano? 

Sí, de una misma mano de una persona que pensaba que “todas las artes son esencialmente expresiones: es decir, mensaje. Entre ellas, ninguna más directa que el dibujo, ninguna capaz de mayor síntesis, ninguna que iguale el milagro de la línea que en un par de trazos certeros representa un mundo de ideas o de sensaciones, o fija indeleblemente los rasgos de carácter, o el vuelo de un ave. El dibujo, viejo como la humanidad, forma la base misma de su civilización”

¿Quién no tiene impregnadas en la retina de su memoria librera las geometrías coloridas de Los Libros del Mirasol? Aquella colección popular que, con sus obras enmarcadas en blanco por el propio diseño de tapa, lograba cuadros expresionistas en miniatura. Eran los años dorados del boom editorial argentino, que en su segundo pico de la primera mitad de los 60 sumaba autores nacionales. Hagan cuentas: ni Mafalda ni la minifalda y la doble plataforma habían irrumpido en el mundo aún. 

Pasiones compartidas

1962 arrancó con el papa Juan XXIII excomulgando al líder de la revolución cubana, Fidel Castro, cuyo ministro de industrias, el Che, había sido recibido meses antes por el presidente Arturo Frondizi en la Argentina. No duraría mucho al frente del país: ese fue otro de los motivos del malestar uniformado con Frondizi, además –y sobre todo–, de que hubiera levantado la proscripción que le permitió al peronismo ganar en diez provincias. Así, un golpe cívico militar, el cuarto de la historia argentina, lo derrocó el 29 de marzo de 1962. Siguieron meses tensos de represión y estado de sitio, con cortes de calles, a veces de transporte público, y con frecuencia de luz. El 11 de agosto fue uno de esos días oscuros.

Juan Angel Cotta se despidió de Nené Taboada, su pareja, y salió de su casa en San Isidro para visitar a su familia en Quilmes. Había entregado la tapa del Martín Fierro a Jacobo Muchnick, editor de Los Libros del Mirasol, con quien la relación venía de años: no sólo por las ilustraciones para el Club del Misterio o las colecciones de fantaciencia que Juan Angel había realizado para Muchnick en los años 50, antes que éste vendiera su propia editorial homónima a Fabril Financiera, sino, sobre todo, por otra pasión compartida: la literatura. Ambos eran traductores. Juntos se ocuparon de Arthur Miller y, para Muchnik, Cotta tradujo, entre otros, a pesos pesados como Dylan Thomas y Tomás Moro. 

“Los artistas gráficos se mantienen desconocidos por una variedad de razones, entre las que la geográfica no es menor. La historia del diseño gráfico cambia continuamente, en gran medida porque hay mucha. Y porque el mayor registro es de Estados Unidos y es eurocéntrico. La exposición a diseñadores de otras partes del mundo, aún de aquellos que tuvieran afinidades inspiracionales con la Bauhaus o el Estilo Internacional, ha sido difícil. Esto hasta el advenimiento de Internet, donde la búsqueda produce revelaciones continuas. Pero a menudo, ni siquiera Google abre las cuevas y tumbas donde antiguos tesoros enterrados esperan su redescubrimiento”. Quien lo dice es el diseñador estadounidense Steven Heller, referente de la gráfica global que prologó el volumen Cotta & Los Libros del Mirasol de la flamante Flecha Books, una editorial temática que apunta al patrimonio gráfico, a recuperar y poner en valor obra e itinerarios sumergidos. Los Libros del Mirasol son parte del acervo visual de los argentinos, una colección popular de literatura sofisticada que desde los 60 pobló las bibliotecas de la clase media. No hay registro de cuántos se imprimieron para el mundo hispanoparlante. 

Jacobo Muchnik se marchó a Europa en 1963. Y es posible que no haya historiografía siquiera de la editorial Fabril, a pesar del cúmulo increíble de sucesos argentinos que encierra desde su origen vinculado a la Compañía General de Fósforos de 1906, que devendría Compañía General Fabril Financiera hacia 1929, de cuya matriz productora de celulosa y fibra textil, nacieron los mayores talleres gráficos de la Argentina, protagonistas de las más contundentes huelgas históricas así en el 30 como en 1969. 

A comienzos de este año, dos diseñadores argentinos –uno que vive en Nueva York y otro que estaba haciendo allí una beca de estudio– le acercaron a Heller el material que habían logrado reunir, restaurar y digitalizar en un año y medio: las 103 tapas que Cotta llegó a hacer para Los libros del Mirasol entre 1960 y 1962, cuando con apenas 42 años, murió repentinamente. Hasta hoy, un referente internacional como él no conocía la obra de Cotta. Heller quedó impactado. Y enseguida aceptó prologar la obra que hace unos días junta, desde la plataforma Kickstarter, fondos para su impresión con un video precioso sobre el ilustre ilustrador desconocido.

En 2013, un dibujo muy moderno de un mate sobre fondo Cian llamó la atención de Francisco Roca frente a la ventana de la librería La Teatral, en el barrio Las Cañitas. Se la whatssapeó de inmediato a su amigo e ilustrador Leandro Castelao. No había terminado de entrar para preguntarle al librero Javier Marcarola –que monta sus vidrieras como si fueran las de una librería porteña de hace 50 años–, cuando entró la respuesta de Castelao desde Nueva York: “Eso es de Cotta”.

Efectivamente, ya con El arte de cebar de Amaro Villanueva en mano, Francisco comprobó en los créditos que la imagen de 1960 era de Cotta. No lo conocía y pensó: qué buen seudónimo. Leandro, ilustrador en grandes diarios como The New York Times, The Times o la revista The New Yorker, algo sabía de Cotta. Lo asociaba con una cierta modernidad periférica e identificaba sus dibujos. “Después comprobé que es una fija: a todo el mundo le suena, o vio algo en la facultad, por leve que fuera, pero nadie sabe bien quién es”, acierta Francisco en torno al desafío en que terminó convirtiéndose haber dado con este eslabón perdido... ¿de qué?


La cara oculta del mirasol

Sus primeros dibujos publicados son de 1939 y aparecieron en las revistas Páginas de Columba y Cascabel. A partir de 1944, Cotta comenzó a publicar trabajos en Rico Tipo y El Hogar, también ilustraba cuentos infantiles en Chiquititos. En 1946 dejó su actividad como profesor del Lenguas Vivas para dedicarse por completo a la traducción y la ilustración: fue jefe de redacción de la revista Chicas y adscripto a la dirección de Muchnick Editores. Entre 1953 y 1954 Cotta y Oski aparecen en un catálogo de artistas gráficos en Estados Unidos. Cotta integró la Primera Muestra de Humor Gráfico argentino en 1955, en la Galería Picasso, con Garaycochea, Dante Quinterno y Divito, entre otros. También expuso con sus amigos Alberto Breccia y Ricardo de Udaeta. “Creo que dibujar es un medio de expresión, un lenguaje. Y en el siglo XX debemos hablar el lenguaje del siglo XX”, dijo. 

No es mucho más lo que aparece de Cotta en internet o lo que se puede develar asistiendo al Museo del Humor. Aunque, ya en julio de 1953 los críticos de arte de la Gebrauchsgraphik lo habían rastreado en la remota Buenos Aires como poseedor de un enorme potencial: “De todos los jóvenes talentos entre los artistas gráficos argentinos, Cotta es el más ingenioso y original”, consignó la prestigiosa revista alemana. 

Ese dato lo encontraron hace meses los editores de Cotta & Los Libros del Mirasol a través de un rastrillaje intensivo: “Hicimos todas las búsquedas online posibles, por época, por nombre, por editorial, año, ilustradores cercanos”, cuenta Roca. Y así ubicaron una nota donde Sigwart Blum, un residente alemán que escribía desde Buenos Aires sobre gráfica e ilustración, se refería a Cotta así en el número 7 de aquella revista especializada, el 1 de Julio de 1953.

Reunir todas las tapas que Cotta hizo para Los Libros del Mirasol les llevó un año y medio y un buen presupuesto en compras y envíos a estos dos diseñadores de 27 y 39 años, que se conocieron como estudiante y docente en la UBA. “Cuando empezamos la búsqueda, no sabíamos que Cotta había completado 103 tapas en casi dos años, ni que la colección siguió cuando él murió. Es que la editorial Fabril Financiera era un poco misteriosa: por ahí imprimía 5000 y se guardaba dos mil que sacaba después...”, va ofreciendo Francisco la data del mismo modo que la encontraron: de a poco.

Por una frase al pasar en un diario se enteraron que Cotta era muy bueno cantando tangos reos y que todo su sentido del humor lo imprimía en sus dibujos. Pero recién pudieron ponerle cara y cuerpo el año pasado a este seguimiento discontinuo de tres años en torno a una obra plástica tan variada y excelente, muy cercana en trazo y espíritu a las vanguardias europeas de comienzos de siglo. Eso fue posible cuando Francisco ubicó a una sobrina, Graciela, que amablemente aceptó encontrarse con él en un café del conurbano sur. 

Así supieron que Cotta era hijo de Juan Manuel, un maestro de Quilmes que fundó escuelas en Dolores y en La Pampa, donde la familia pasó la infancia para volver a la ciudad recién en 1920. Que Juan Angel se hizo profesor en el Instituto Nacional de Lengua Inglesa y enseñó siete años en el Lenguas Vivas, que antes que trabajar como ilustrador en revistas y editoriales ya era traductor. Y que los últimos 26 años de su vida los dedicó al dibujo, la pintura y la ilustración. 

Graciela le dio algunas fotos: “Era re fachero, bah, pintón como se decía en su época”, se ríe Francisco. Y le contó que tenía un don de anfitrión muy importante, era el núcleo de las fiestas, el hermano perdido, el tío más querido y una suerte de embajador de la familia, que murió de un modo prematuro e inesperado. Aquel 11 de agosto de 1962, durante los apagones del golpe militar, antes de llegar a Quilmes –donde lo esperaba la familia y especialmente su sobrina, que había cumplido 15 años–, Cotta no vio una garita y murió al chocarla.

“A Graciela la encontré a través del blog de su mamá y la llamé”, dice antes de revelar que Juan Angel era el hermano de la famosa cocinera Blanca Cotta quien, a los 93, sigue trabajando en su columna de gastronomía con la ayuda de su hija. Juntas aceptaron escribir un perfil sobre Juan Angel para el libro. Además del prólogo de Heller esa fue la última bendición para el libro, cuya preventa online eligieron hacer desde una plataforma estadounidense no sólo porque Leandro vive allá, sino para darle mayor alcance internacional. 

“Entendimos”, dice Francisco, “que además de su gran talento plástico, era un hombre serio en el sentido de la solidez, de la formación, donde también había algo muy importante con el idioma, era una autoridad”, agrega, para sumar que sabía divertirse: “Por la rama materna, eran de familia escocesa, y él tenía un show en el que se ponía un kilt. Además está el humor de sus primeros dibujos, a los diecinueve años, en Páginas de Columba”. Ya no hay congéneres que hoy puedan contar más de él. 

Cotta & Los Libros del Mirasol es un volumen con tapa dura y una cubierta que reproduce la portada de Hijos y amantes, de D.H. Lawrence. Como una marea buena que lo trae de vuelta a la superficie, el libro recorre de a una página todas las tapas ilustradas por el expresionismo cálido de la mano Cotta.

Así aparece otro eslabón perdido de la cultura visual argentina, una cantera donde los hachazos de la historia interrumpida a golpes militares, la falta de registro o archivos y a veces, simplemente, la vida, ocultan tesoros.

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ADDENDA DEL BLOG:

* Juan Ángel Cotta, que había nacido el 12 de abril de  1920 en Buenos Aires, era un hombre de muchos talentos y con una sólida formación. Inicialmente se ganó la vida como traductor literario, mientras trataba de hacerse un lugar como caricaturista en los periódicos y las revistas de la época. Se había graduado como Profesor Nacional de Inglés, con el premio al mejor alumno en 1942. Dictó clases de idioma durante corto tiempo en la Escuela Normal de Quilmes, en la Escuela Normal Nº 2 y en el Liceo Militar "Gral. San Martín".

Pronto se encontró entre los mejores humoristas gráficos e ilustradores de los años 40 y 50, y su contribución también le trajo reconocimiento y premios. Colaboró con la Revista "Rico Tipo" y con la Editorial Estuario. Una mirada rápida a su estilo, revela un gran conocimiento y compromiso con las vanguardias artísticas de la época. Fue premiado en 1948 por el Salón de Dibujantes y recibió en 1951 la Medalla de Oro en el Salón de Directores de Arte.

El 11 de agosto de 1962, un accidente automovilístico lo privará de ver impreso su último trabajo: la tapa para una edición del “Martín Fierro”, que se convirtió así en su obra póstuma.

Pueden verse algunos de sus dibujos en el siguiente enlace:
https://ilustracion.fadu.uba.ar/2016/09/13/juan-angel-cotta/

** Leandro Castelao es un ilustrador nacido en Buenos Aires. Estudió Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires donde enseña tipografía e ilustración. Su mirada oscila entre lo real y lo imaginario, lo racional y analítico con una fuerte carga de fantasía.

Juan Manuel Cotta y esposa Ángela, Nené Taboada con su esposo Juan Ángel Cotta, 
y la madre de Nené (Gentileza Graciela Skilton Cotta)

Véanse también 
https://www.kickstarter.com/projects/flecha/cotta-and-los-libros-del-mirasol/posts/2343604
https://www.clarin.com/cultura/recuperando-juan-angel-cotta-ilustrador-desconocido-detras-libros-famosos_0_t2nk6b-8q.html
https://elquilmero.blogspot.com/2012/09/evocacion-un-maestro-juan-manuel-cotta.html
https://www.domestika.org/es/blog/1637-las-portadas-de-cotta-retoman-la-palestra-editorial
https://graffica.info/cotta-y-su-lugar-en-la-historia-grafica/
https://theworldnews.net/ar-news/recuperando-a-juan-angel-cotta-el-ilustrador-desconocido-detras-de-libros-muy-famosos
https://intuitivo.com.ar/cotta-los-libros-del-mirasol-devuelve-a-cotta-a-su-lugar-en-la-historia-grafica-argentina/
https://ilustracion.fadu.uba.ar/2016/09/13/juan-angel-cotta/ (Contiene muchas ilustraciones de Cotta)
https://www.frizzifrizzi.it/2018/11/26/juan-angel-cotta-un-illustratore-quasi-dimenticato-ora-celebrato-da-un-libro/

 Por Chalo Agnelli
 viernes, 26 de abril de 2019

El 19 de marzo de 1852 Martín de La Serna [1] juez de paz del partido de Quilmes y Pago de la Magdalena pide al gobernador de Buenos Aires don Vicente López y Planes la división del extenso partido de Quilmes en dos: al NE y NO - sobre la superficie de los tres primeros cuarteles de la antigua jurisdicción de Quilmes - Barracas al Sur - y al SE y SO, Quilmes, limitados por el arroyo Domínico. O sea, el Partido de Barracas al Sur y el Partido de Quilmes en una extensión menor. El primer juez de paz designado para Quilmes, por el gobernador, fue don Andrés Baranda, [2] un terrateniente y hombre con proyecciones de progreso de la época. Fue tan fructífera su administración que luego fue electo por sus vecinos varias veces, casi hasta pocos días antes de su muerte. Uno de sus aspectos más característicos fue la preocupación por la educación y rodearse de gente positiva para acompañar sus funciones como el preceptor Robustiano Pérez que lo acompañó como secretario del juzgado y luego de la Municipalidad.[3]

Don Andrés Baranda

QUILMES PIONERA DE LA EDUCACIÓN POPULAR 

En 1960, Don Andrés Baranda y los municipales que lo acompañaron ese año, impulsados por la campaña orquestada por el Departamento de Escuelas lanzaron un Acuerdo Municipal implantando la obligatoriedad de la enseñanza primaria, adelantándose 15 años a la Ley de Educación Común N° 888 de Buenos Aires, promulgada el 26 de setiembre de 1875 y 24 años a la la Ley 1420 de educación común, gratuita, obligatoria, gradual y laica que se promulgó el 8 de julio 1884 (Baranda no pudo ver este triunfo pues falleció en 1880), bajo la presidencia de Julio Argentino Roca y como Ministro de Justicia, Culto, e Instrucción Pública el Dr. Eduardo Wilde, sobrino del Dr. José Antonio Wilde que en 1860 era municipal (concejal) junto a Pedro Costa, Juan García, Benito Risso, Mariano Solla, Bernardo Zerdani, a quienes no hay que olvidar pues acompañaron el Acuerdo de don Andrés Baranda. 

ANTECEDES NACIONALES Y PROVINCIALES [4]

El 16 de octubre de 1854 se había promulgado la ley de municipalidades la que creaba en su capítulo 39, artículo 33, una Comisión de educación a la que le correspondía la ilustración intelectual y moral de ambos sexos, quedando a su cuidado las escuelas de primeras letras, las de artes y oficios, los asilos y las obras de beneficencia. El 23 de febrero de 1855, el Consejo de Instrucción Pública, tendría a su cargo la dirección de la enseñanza primaria y los estudios universitarios, siendo su presidente el Rector de la Universidad. 

Ante la ineficacia de dicho Consejo, se dictó el decreto de 7 de junio de 1856, el que "considerando que el desarrollo de la instrucción primaria costeada por el Estado, hace indispensable una activa y continua vigilancia sobre los establecimientos en que ella se da, y a pesar del celo y la inteligencia con que lo desempeña, siendo el cargo de jefe del Departamento de Escuelas el Rector de la Universidad" agrega que no siendo posible que él sólo pudiera contraerse a ambas tareas, termina nombrando a Sarmiento en el cargo de Jefe del Departamento de Escuelas en el que actuará hasta 1861. 

ACUERDO MUNICIPAL [5]

Siendo la prosperidad de los pueblos el fruto del cultivo de la inteligencia de la juventud; y la educación de las masas la base de toda su felicidad; la MUNICIPALIDAD resuelta á favorecer á todo trance su desarrollo, lo mismo que á reprimir la culpable apatía y neglijencia de algunos padres, quienes, desoyendo la voz de la razón, de la equidad y de sus propias conciencias, menosprecian los medios fáciles que se les brinda para alcanzar sin sacrificio, las inestimables ventajas que resultan de la educación de sus hijos,-- da acordado:

Art. 1° Todos los padres de familia están obligados a educar á sus hijos, ya sea en enseñanza particular, ya en las Escuelas Públicas.
2.° La edad que deben tener los niños para concurrir á las Escuelas Públicas, es de 6 hasta 12 años,
3.° Queda nombrada una Comisión Inspectora, presidida por el Municipal En­cargado de la Educación, la cual, ausiliándolo en cuanto tenga relación con dicho ramo, pasará mensualmente un informe circunstanciado de sus operaciones á dicho Municipal, y él lo trasmitirá á la Corporación. ’
4.° El Municipal Encargado del ramo espedirá certificados para el ingreso á las Escuelas Públicas, especificando si ha de ser gratis ó no.
5.° El estipendio será de 20 pesos mensuales, y 10 para los de primeras letras. La mitad se asigna al Preceptor y el resto se destina á gastos del Establecimiento.
6° En casos de indijencia, á mas de la enseñanza gratuita, la Municipalidad costeará papel, libros y demás útiles; y á mas 10 trajes al año, por ahora, que serán distribuidos discrecionalmente por la Comisión
7.° Las excusaciones serán oídas por el Municipal del ramo y sometidas por él á sus colegas de la Comisión Inspector, para que vistas, se resuelva lo conveniente.
8.° Para la mejor organización, ningún niño que actualmente se eduque en dicha Escuela, ó que ingrese en adelante podrá retirarse sin que sus padres den previo aviso al Preceptor de su intención de sacar […] Municipal Presidente de la Comisión.
9.° Queda prohibido en todo el Partido el ejercicio de Preceptor ó Preceptora, sin la correspondiente licencia por escrito de la Municipalidad, firmada por su Presi­dente y el Municipal de Instrucción Pública: los contraventores serán penados, como corresponde.
10.° Los que rejenteasen Escuelas particulares deberán pasar antes de espirar el mes de Abril, y en adelante cada tres meses, un Estado del número de alumnos de am­bos sexos que tengan á su cargo, con especificación de su edad, cuartel de su residen­cia, como también en el que se halla el Establecimiento y ramos de enseñanza.
11.° El Preceptor de la Escuela Pública pasará igualmente al Municipal del ramo un Estado trimestral del movimiento de su Escuela.
12.° Habrá un Registro al cargo del Secretario de la Municipalidad en que se anotarán dichos Estados.     
13.° Los padres de familia que residiesen en el primer Cuartel y no hiciesen concurrir á sus hijos á la Escuela, yá pública yá privada, sin haber previamente presentado sus excusaciones al Municipal Presidente de la Comision Inspectora, y obtenido la escepcion que les cupiese, quedarán sujetos á lo que la Municipalidad dispusiese para obligarlos al cumplimiento de esta resolución.
14.° El presente Acuerdo empezará á tener efecto ejecutivo desde el 1.° de Mayo de presente año.

ANDRES BARANDA
Robustiano Perez,
Quilmes, de 1860.
- Imprenta de la Reforma Pacífica -




LEY DE EDUCACIÓN COMÚN 

La Ley de Educación Común tiene como antecedente más lejano un proyecto, que a pedido del Gobernador Mariano Acosta, presentó el 25 de setiembre de 1872, el Jefe del Departamento de Escuelas, don Antonio Malaver al entonces Ministro de Gobierno, Federico Pinedo bajo el título de "Proyecto de Ley Orgánica de la Educación Común para la Provincia de Buenos Aires". El proyecto fue presentado por el Gobernador a la Asamblea Legislativa el 3 de octubre del mismo año. En la realización de tal proyecto Malaver aprovechó la experiencia educacional europea, norteamericana, nacional y naturalmente de la misma provincia. 

GRATUIDAD Y OBLIGATORIEDAD 

Las bases fundamentales del proyecto consisten en la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria y la dotación de fondos y rentas propios de la educación común que aseguraran, en todo tiempo, recursos suficientes para su sostén, difusión y mejoramiento. 

IGUALDAD DE GÉNEROS 

Por su parte el diputado Varela impugnó el artículo 39 en el que se establecía, diferencia entre el hombre y la mujer, pues a, en lo relativo a la concurrencia a la escuela, una diferencia entre el hombre y la mujer, pues no encontraba causa justificada para ello. El artículo sancionado quedó redactado de la siguiente forma: Art. 39: "El deber escolar dura 8 años para los varones y seis para las mujeres, principiando para unos y otros a los seis años cumplidos, salvo debilidad de cuerpo o espíritu". 

El proyecto de ley fue aprobado en la Cámara de diputados el 10 de agosto de 1874. Senadores lo aprobó el 14 de setiembre de 1875 y promulgada el 26 del mismo como ley N° 888 de Buenos Aires, siendo don Carlos Casares gobernador de la provincia.

Investigación y compilación Prof. Chalo Agnelli

FUENTES

Agnelli, Chalo. (2004) “Maestros y Escuelas de Quilmes” Ed. Jarmat. Bernal 2004.
Barba, Fernando Enrique (1968) “La ley de educación común de Buenos Aires de 1875”, en Trabajos y Comunicaciones. Vol. 18, p. 53-65

NOTAS

[1] Ver en EL QUILMERO del jueves, 8 de junio de 2017 MARTIN JOSÉ DE LA SERNA, EL JUEZ DE PAZ DE QUILMES QUE FUNDÓ AVELLANEDA
[2]Ver en EL QUILMERO del lunes, 2 de mayo de 2011
DON ANDRÉS BARANDA, UN FUNDADOR DEL QUILMES DE ANTAÑO
[3] Ver en EL QUILMERO del lunes, 5 de abril de 2010
ROBUSTIANO PÉREZ - MAESTRO FUNDADOR DE LA ESCUELA Nº1
[4] Barba, F. E. “La ley de educación común de Buenos Aires de 1875”
[5] Conservamos en este documento la grafía y la ortografía de la época.

14/4/19

OTRA DISTINGUIDA ALUMNA DE 
LA PRIMERA PROMOCIÓN
 MARÍA ESTHER SOSA SOLER
Prof. Raquel D. Gail

Cuando uno utiliza las tecnologías actuales, que permiten irradiar comunicaciones hacia todo el planeta pero sin saber a ciencia cierta quien recoge los mensajes, planean en el horizonte múltiples incertidumbres. ¿Habrá interesados en nuestra emisión? ¿Nos buscan? ¿Nos encuentran? ¿Debemos apelar a otras estrategias para ser más efectivos? ¿Nuestros planteos interpelan a los lectores? ¿Podemos ser interpelados por ellos? ¿Se difunde por los canales apropiados nuestro anhelo de trascender los muros interiores de la escuela?

María Esther Sosa Soler
en el esplendor de su truncada juventud
Hace tres años recibimos la siguiente comunicación:

Es loable vuestra tarea y estoy sumamente agradecida pues tras una búsqueda  de años pude encontrar a mi tía abuela, quién fue una de las primeras  egresadas de vuestra Escuela Normal, profesión a la cual también honro actualmente en San Miguel, Bs. As.
Atentamente,
Graciela Sosa Soler 


Fotografía de graduación
Después de un acotado intercambio, pudimos saber que la referencia alude a la alumna de la primera promoción de Maestros de la Escuela Normal de Quilmes, María Esther Sosa.

Desde ya y nuevamente, muchísimas gracias por su mensaje, fue como hallarlo en una botella quizás en el océano o un desierto! [...] trataré en algún momento acercarme hasta allá para percibir ese hálito de quién fuera mi guía espiritual, mi tía-abuela María Esther Sosa Soler. En San Miguel quien recopiló sus datos y de otros personajes de la historia local (de hecho, Luis, el hermano de mi tía fue uno de los fundadores del Club Atlético San Miguel [1] "El Trueno verde") fue el historiador Prof. Eduardo Ismael Munzón; gran parte de su obra se encuentra en la biblioteca de la Universidad de Gral. Sarmiento. Estoy a su servicio si Ud. lo necesitare, tal vez pueda colaborar humildemente en vuestra obra que dignifica la Memoria de nuestras raíces. Otra vez gracias!

Ella era poetisa, amiga de Alfonsina Storni [2], desplegó una distinguida labor cultural, pero falleció muy joven, en el año 1928; en la bóveda de mi familia hay una placa de un diario llamado "Ariel" destacando su breve trayectoria, entre otros datos que me contaba mi padre, actualmente fallecido.

Las primeras estudiantes
María Esther es la 3ª de pie, comenzando por la izquierda.
Conforme a nuestros documentos, María Esther Sosa Soler nació el 17 de mayo de 1894 en Buenos Aires y vivía en la esquina de Primera Junta y Alvear, en Quilmes, cuando asistía a esta escuela. Cursó los estudios primarios en la escuela Nº 5. Estuvo a cargo sucesivamente, según los Registros de Matrícula, de Luisa Soler de Sosa (su madre), de Zulema Sosa y de Luis R. Sosa, que era empleado en Quilmes. Su padre vivía en San Miguel. Era nieta del arquitecto catalán Antonio Soler i Monjo, constructor del antiguo teatro Victoria de Salta (1882-1884). [3]

La joven maestra se desempeñó en San Miguel, provincia de Buenos Aires.

Esta poeta integró la `nueva generación´, un "contingente de jóvenes que inició su carrera literaria al filo de la primera gran conflagración europea. Ellos mismos, en su momento, se aplicaron tal denominación y no tuvieron mayores escrúpulos de conciencia. Quisieron significar, simplemente, que todo lo anterior carecía de vigencia; que era imprescindible recomenzar y que eran ellos los encargados de la tarea." [4]

Exámenes de ingreso 1912
María Esther Sosa Soler obtiene
la máxima calificación (cuatro puntos)
"Afirmaron, simplemente, que existían, en magnífica exteriorización de vitalidad; y esparcieron su obra con despilfarro de talento, algunos; con aguzado espíritu de “fumistería”, otros; sin razón alguna, los más. La hoguera que pretendieron encender sólo alentó en contados tizones: fue una turbonada efímera, pero siempre gana la tierra con un poco de agua, aunque venga acompañada con muchos relámpagos incandescentes." [4]

"Frente al clima intelectual de aquella envejecida generación del 80, adversa a toda vida literaria y hostil al “literato” a secas, sin título académico ni cátedras en donde profesar; ante el severo pragmatismo de unos hombres que tenían en su conciencia la certidumbre de haber engrandecido al país con el lema rotundo de “paz y administración”, se plantó, de improviso, un conjunto de hombres jóvenes, casi todos hijos de inmigrantes, argentinos ellos de primera hornada. Llegaron al campo de las letras al mismo tiempo que otros hombres jóvenes alcanzaban el poder político con la bandera del radicalismo." [4]

Decía César Tiempo, su contemporáneo: "Existen aparatos destinados a medir el espesor de las lunas de los espejos. Una revista literaria es un pecómetro destinado a medir el espesor de los sueños desintegrados." [4] [5]

"El 10 de julio de 1918 se publicó el primer número de Tribuna Libre [6]. Estos cuadernillos, semanales en los comienzos, luego quincenales, difundieron temas políticos, económicos, jurídicos, sociológicos y también literarios. Como revista literaria tiene escasa significación. Reprodujo —en varias entregas— el Painé de Estanislao Zeballos, trabajos sobre Carriego (de Alfredo R. Bufano y Juan I. Cendoya), poesía de Manuel Crespo García, Ricardo Tudela, Juan Manuel Cotta [7], Bartolomé Galíndez, María Esther Sosa Soler, Alfonsina Storni, Luis Sánchez Abal, Arturo Vázquez Cey, Rodolfo Bagués, Gustavo Caraballo. Contribuyeron con “Cuentos de amor”, Josué Quesada, Bartolomé Galíndez, Félix B. Visillac, César Carrizo [8], Ernesto León Ódena, Jomer B. Villa y Eduardo Talero, todos ellos muy preocupados por destacar los aspectos calamitosos del tema. En el número 63 (enero 1920) se publica "Las Ciencias ocultas en la Ciudad de Buenos Aires", por el señor Roberto Godofredo Arlt", un ensayo de 90 páginas con una fotografía suya. [4]



Con motivo de la conmemoración del centenario de la primera promoción de maestros de la Escuela Normal, participó en el acto una sobrina nieta de María Esther que siente especial devoción por aquella tía que no llegó a conocer. La Sra. Graciela Sosa Soler vino desde San Miguel, donde es maestra, y recordó a su antepasada leyendo un poema escrito por aquélla.

Concurrieron autoridades provinciales y municipales: por la Jefatura de Inspección Regional y de Distrito la Directora Provincial de Planeamiento Lic. Laura Manolakis (ex alumna de la Institución); la referente regional Bibliotecaria Bibiana Riomayor; el Inspector Jefe Regional Lic. Claudio Roselli; por la Biblioteca Nacional de Maestros su Directora la Lic. Graciela Perrone (ex alumna de la Institución); por la Dirección Centro de Documentación e Información Educativa (CENDIE) la Lic. Ivana Garcerón, y por EXANQUI su presidenta la Dra. Mirta Panizza.

Entre los descendientes de los primeros maestros estuvieron presentes: por la Dra. María Ana Borzi de Faragó: Lía Borzi, Cristina Borzi Cairo, Mariana Cañás Borzi, Julia Fullhart, María Fullhart, Raquel Olguín y María Julia Berasano.
Por la maestra Amelia Angeletti: Horacio Osuna Angeletti.
Por la maestra Ermelinda Cutella: José Luis Bonani Cutella y Asunción Rumi (alumna) 
Por la maestra María Eulalia Orezzio Aranda de Estevarena: Asunción Rumi.
Por la maestra María Ester Sosa su sobrina nieta Graciela María Sosa Soler.

Adhirieron al acto: la Junta de Estudios Históricos de Quilmes y la Biblioteca Popular Pedro Goyena representadas por el Prof. Agnelli; la Biblioteca Popular de Don Bosco, representada por su presidenta la Sra. Lidia Sánchez; la Agrupación de Historiadores “Los Quilmeros”, representada por el Sr. Claudio Schbib y la Asociación Cultural Sanmartiniana de Quilmes.

NOTAS:


[1] El Club Atlético San Miguel es un club de fútbol argentino, fundado el 7 de agosto de 1922 con la denominación Club Independiente San Miguel. Si bien su vocación social fue polideportiva, rápidamente el fútbol fue erigiéndose en su actividad principal. En 1930 se fusionó con el Club Germinal de Villa Lynch, pero al cabo de un año la fusión se disolvió y cambió el nombre al actual Club Atlético San Miguel.

[2] Alfonsina Storni Martignoni (Sala Capriasca, Suiza, 1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) Poetisa argentina de origen suizo. A los cuatro años se trasladó con sus padres a Argentina, y residió en Santa Fe, Rosario y Buenos Aires. Se graduó en la Escuela Normal Mixta de Maestros Rurales de Coronda, ejerció en la ciudad de Rosario y allí publicó poemas en Mundo Rosarino y Monos y Monadas. Se trasladó luego a Buenos Aires y fue docente en el Teatro Infantil Lavardén, en la Escuela Normal de Lenguas Vivas, recibió el premio anual del Consejo Nacional de Mujeres y el 4 de junio de 1917 se la nombró maestra y directora del internado Marcos Paz (calle Remedios de Escalada y Argerich), colegio fundado por la Asociación Protectora de Hijos de Policías y Bomberos. Poco después aceptó el puesto de celadora en la Escuela de Niños Débiles de Parque Chacabuco.
Docente, escritora, dramaturga, periodista y poeta de notable popularidad, colaboró en la Revista Nacional, Myriam, Tribuna Libre, Proteo, El Hogar, Caras y Caretas, Mundo ArgentinoNosotrosAtlántidaLa Nota, así como en el matutino La Nación. Autora de "La inquietud del rosal", "El dulce daño", "Irremediablemente", "Ocre", "Languidez", "El mundo de siete pozos", "Mascarilla y trébol", "Dos farsas pirotécnicas", "Polixena y la cocinerita", etc. Comenzó a frecuentar los círculos literarios y dictó conferencias en Buenos Aires y Montevideo. Compartió además la vida artística y cultural del grupo Anaconda con Horacio Quiroga y Enrique Amorín y obtuvo varios premios literarios. 
En la década de 1930 viajó a Europa y participó de las reuniones del grupo Signos, donde asistían figuras importantes de las letras como Federcio García Lorca y Ramón Gómez de la Serna. En 1938 participó en el homenaje que la Universidad de Montevideo brindó a las tres grandes poetas de América: Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou y ella misma. Ese año, el 25 de octubre, víctima de una enfermedad terminal, decidió suicidarse en Mar del Plata. 
Retrato publicado en el
periódico local A.B.C.
realizado para la promoción
del recital que brindó en
el Teatro Colón de Quilmes.
En 1926, invitada por los directivos de la Escuela Normal y un grupo de ex alumnos que realizaban periódicamente lo que llamaban "Tardes culturales de Quilmes", se realizó en el teatro de la Sociedad Italiana Cristóforo Colombo un recital poético donde la presencia de honor fue Alfonsina Storni. Todo Quilmes asistió al acto y la emoción creada por la fuerza y la sustancia de sus versos persistió durante varios meses en la ciudad.
Madre soltera, hecho que no era aceptable en su época, fue sin embargo la primera mujer reconocida entre los mayores escritores de aquel tiempo. Su trayectoria literaria evolucionó desde el Romanticismo hacia la vanguardia y el intimismo sintomático del Modernismo crepuscular. El rasgo más característico de su producción fue un feminismo combativo en la línea que se observa en el poema Tú me quieres blanca, el cual se halla motivado por las relaciones problemáticas con el hombre, decisivas en la vida de la poetisa.

[3] Antonio Soler i Monjo integró, junto a un nutrido grupo de españoles, la comisión que creó la Sociedad Española de Socorros Mutuos de Salta en 1882, una de las más antiguas del país en su tipo. Sus cofrades fueron Enrique Alucinar, Sebastián Asencio, Pedro Cortazar, Eduardo Escudero, Vicente García, Ramón Güell, Francisco Marruenda, José Misade, Vicente Espi, José Padilla, Domingo Puente, Pedro Sandeta, Arturo Soler, Rito Vaquero, Juan Asturias, Mario Aparicio, Bernardo Canta, Adolfo Cristóbal, Joaquín Guades, Alvero Gallardo, Rafael Noriega, Francisco Paz, Pedro Ripio, Pablo Serra, Manuel Ugarriza, y José Vázquez. Veintiocho voluntades para escribir una página más para la historia de Salta, porque la Sociedad Española es pasado, presente y futuro en esta provincia.

[4] Lafleur, Héctor. Las revistas literarias argentinas 1893-1967/Héctor Lafleur; Sergio Provenzano; Fernando Alonso; con prólogo de: Marcela Croce. 1ª ed., Buenos Aires: El 8vo. loco, 2006.

[5] César Tiempo (seudónimo de Israel Zeitlin, 1906-1980) escritor, periodista, editor, dramaturgo y guionista argentino, también estuvo presente en una velada cultural de la Escuela Normal de Quilmes.


Nº 98, julio de 1921
[6] TRIBUNA LIBRE (Buenos Aires) dirigida por el Doctor en Jurisprudencia Ernesto León Ódena, se publicó desde 1918 hasta 1923. Publicación semanal de temas sociológicos y literarios, luego cambia su título por Publicación bimensual de temas sociológicos y literarios. Nº 1: 10 de julio 1918; Nº 136: junio 1923.

Alfonsina Storni en Quilmes
César Tiempo, sentado, a la derecha, con anteojos.
Junto a Juan Manuel Cotta (Salón Municipal)
[7] Segundo Director de la Escuela Normal, mucho después que María Esther Sosa Soler pasara por ella. Educador y escritor (1887-1964), que impulsó de manera altamente significativa las actividades culturales en Quilmes durante los veinte años que dirigió la escuela. Véanse nuestras notas de fechas 8/8/11, 20/6/12, 27/6/12, 28/6/12, 9/9/12, 24/9/12, 4/10/12, 15/6/13, 8/7/14, 24/10/15.

[8] César Carrizo también fue profesor en la Escuela Normal de Quilmes. Nació en La Rioja en 1889, destacándose como escritor, como catedrático y como periodista. Cuando Rubén Darío dirigía en París su famosa revista Mundial —dice Federico Carlos Sáinz de Robies— Carrizo remitió a ella un cuento denominado “La huerta”, “recibiendo no sólo la satisfacción de verlo publicado, sino el espaldarazo consagratorio”. El haber de su obra fue copioso y variado. Medularmente romántico y apegado a los temas nacionales, Carrizo fue un escritor de gran oficio, que en su época conquistó muchos lectores mediante la fórmula fácil de una construcción dramática de tipo directo, sin complicaciones innovadoras de ninguna naturaleza. Fue Director de Prensa y Afirmación Cultural desde 1945. Falleció en Buenos Aires en 1950.

Fuentes:
Archivo Histórico "Silvia Manuela Gorleri".
https://es.wikipedia.org/wiki/Club_Atl%C3%A9tico_San_Miguel
http://www.annoticias.com.ar/san-miguel-festeja-sus-95-anos-de-vida/
Lafleur, Héctor. Las revistas literarias argentinas 1893-1967 / Héctor Lafleur; Sergio Provenzano; Fernando Alonso; con prólogo de: Marcela Croce, 1ª ed., Buenos Aires: El 8vo. loco, 2006. Pág. 85.
Rocha, Karen. Biografía de Alfonsina Storni. Disponible en:
Delgado, Josefina. "Alfonsina Storni: una biografía esencial."