ALBERTO FERRARI, QUERIDO COLEGA, QUERIDO PROFESOR
Aquí también te extrañamos...
Acto Homenaje para quien está en lo más alto de la historia del Politécnico: Alberto Ferrari.
Lunes 17 de Septiembre 17.30 Hs. en la escuela. Es muy importante ... (Convocatoria en Facebook)
"El domingo 16 de octubre de 2011 falleció Alberto Ferrari a los 70 años, el profesor de teatro y de la vida que más influyó en mi adolescencia transcurrida en el Instituto Politécnico Industrial de Berazategui (IPIB). En la década del setenta, Ferrari había dejado la comodidad de la Capital y emprendido la loca aventura de enseñar teatro en un colegio industrial del sur-sur del Gran Buenos Aires. El “Flaco” Ferrari era un profesor de Literatura egresado del Mariano Acosta. Además, había estudiado dirección de teatro con los grandes maestros argentinos de esa época.
Era un lujo para nuestro IPIB y un maestro con métodos de enseñanza no tradicionales. En el colegio industrial a varios compañeros no les gustaba leer pero Ferrari no los obligaba hacerlo, ni tampoco los bochaba. Un día, por ejemplo, entraba al aula y recitaba “El General Quiroga va en el Coche al Muere” de Borges y todos terminábamos llorando. Con su magia usaba el aula como si fuese un escenario.
No nos aburría con teoría literaria ni análisis sintáctico. De su talento y su mano cientos de estudiantes de Berazategui supimos quién era Shakeaspeare, Kafka, García Lorca y entramos por primera vez al Cervantes o al San Martín. Siempre con estudiantes hizo excelentes obras como “Mariano Moreno” de Gustavo Levene, “Los de la Mesa Diez” de Osvaldo Dragún, “Heredarás el Viento” de Lawrence y Lee, “El Crepúsculo de los Bueyes” inspirada en una obra de Andrés Lizarraga, “Los Caminos del Aire” de Roberto Arlt, “Los Indios estaban cabreros” de Agustín Cuzzani y “Sueño de una Noche de Verano” de Shakeaspeare, entre otras obras.
Ni en las peores épocas de la dictadura, cuando desaparecieron tres compañeros míos del IPIB y nuestro teatro recibió una andada de disparos hechos por desconocidos, dejó de trabajar con alumnos sobre “las tablas”. De esa experiencia pasó luego a crear el grupo de teatro de la Universidad de Quilmes (UNQUI) que dirigió entre 1989 y 1999. Paralelamente, creó el Instituto Superior de Formación Docente número 83 de San Francisco Solano.
En otras palabras, el “Flaco” creaba espacios de cultura en las ciudades que sufrían difíciles condiciones económicas y sociales. Iba de noche en colectivo a dar esas clases en otro rincón del Sur-Sur del GBA. Tampoco tuvo “la billetera” del gobierno de turno que financia proyectos culturales como otra forma de propaganda política. Todo en su vida fue a “pulmón”.
Cuando arañaba los 50 hizo una maestría en lingüística. “Hay que saber darse vuelta la cabeza”, decía. Desgraciadamente nunca publicó un libro con su experiencia. Un borrador titulado “Militante de la Queja” aguarda aún una editorial que lo saque a la luz. Como otros de sus referentes Ernesto Sábato, Ferrari vivía con una angustia existencial. Pero nunca nos afectó con sus lágrimas por el dolor ajeno o la indignidad que nos hizo sufrir la Argentina en tantas etapas de nuestra historia. “Chicos hay que dejar los zapatos con barro afuera del teatro”, nos decía en el teatro donde nos quedábamos ensayando los fines de semana hasta la 1 de la madrugada, maravillados con la experiencia. Yo, como tantos otros de sus discípulos, saltamos de la técnica al periodismo, al derecho, al teatro, y a otros carreras ajenas a las ciencias duras.
Como en una escenografía imaginada por Alberto, el domingo 16 de octubre el horizonte se tornó mágicamente ceniciento por el dolor de toda su familia, sus amigos y sus discípulos. Su obra mayor somos todos sus alumnos. Gracias Flaco.
Daniel Santoro
Fuente: http://santoroinvestiga.wordpress.com/2011/12/08/
fallecio-alberto-ferrari-un-maestro-de-la-vida/
Ver también http://issuu.com/rbraginski/docs/026 Clarin Educacion 026
YA FALTAN MENOS
DE 60 DÍAS
PARA EL CENTENARIO
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