28/9/10

Documentos de archivo e investigación histórica

Nuestras reflexiones

A menudo nos interrogamos sobre el VERDADERO papel que juegan los documentos en la reconstrucción de los hechos y el pensamiento del pasado. No dudamos de su inestimable valor como fuente primaria de investigación, pero creemos que no son evidencia suficiente para comprender íntegramente lo acontecido en tiempos que han quedado tan atrás, que no pueden ser alcanzados sino mediante los testimonios materiales y culturales que permanecen con nosotros, pero con las metodologías y la capacidad de interpretación que disponemos en el presente.
Estas inquietudes nos llevan a revisitar la abundante bibliografía que encara la cuestión y nos ofrece diversas perspectivas para analizar el problema. Nuestros seguidores habrán notado, sin duda, que ya lo hemos hecho en otros momentos de nuestra trayectoria.
Hoy elegimos para reflexionar algunos textos de los que daremos sólo citas fragmentarias, con el propósito de plantear una vez más el asunto y someterlo a crítica. No es nuestra intención "sacarlas de contexto" sino, todo lo contrario, crear un nuevo contexto de análisis.

1. "Es conocido que la construcción del conocimiento histórico es un camino sembrado de matices, y también de tamices, que, ineludiblemente, va condicionando la elaboración del discurso por parte de los  historiadores. En este dilatado trayecto que va desde que se produce el acontecimiento hasta que es utilizado por el historiador, vamos a detenernos a medio camino, en un lugar equidistante entre el documento y los intérpretes de la historia, en el papel que desempeña el archivo y el archivero."

2. "La historia entendida como “arte de la memoria” y su principal activo, los archivos, han adquirido una notoriedad desconocida en los últimos años. Ha aparecido un renovado culto a la memoria histórica, que no sólo se aprecia en que tengamos más y mejores archivos y centros de investigación, también por ejemplo en la obsesión por los aniversarios o las conmemoraciones. Incluso se puede llegar a una excesiva sobrevaloración de los documentos.
Impera una noción de historia que ya definía Marc Bloch, la del conocimiento mediante huellas: “Los documentos son huellas y los archivos reservas de huellas inventariadas”. Existe una natural dependencia de la “historia documental”, si no hay fuentes no hay historia, quizás con la ilusión de creer que lo que llamamos hecho coincide con lo que realmente ha pasado.
Hay que considerar los documentos como lo que son. El testimonio puntual y siempre parcial de un hecho o suceso determinado. Los documentos son siempre sedimentos de la realidad, son partículas de un cosmos que el historiador se encargará de reconstruir a partir de los trazos que los archivos hayan conservado. Tan o más importante que la labor de recopilación será la labor de crítica y otorgar así su justo grado de veracidad, siempre, eso sí, según el punto de vista personal de cada historiador.
Los documentos en su conjunto son el resultado de una política selectiva de institucionalización de la memoria. Es una constante a lo largo de la historia, en una doble dirección, generar olvido o producir memoria Existen fondos documentales que en un momento determinado transcienden de su valor originario, pasan de documentos a monumentos, se convierten en memoria, pasan de ser en origen simples testimonios administrativos a ser considerados el legado de una sociedad o de una época. Lo resume muy bien J. le Goff: `El documento no es un material objetivo, inocente y puro, sino que expresa el poder que ejerce la sociedad del pasado sobre la memoria y sobre el futuro´.

3. "En esta relación entre historiador y documentos podemos encontrar posturas muy contrapuestas. Desde las actitudes positivistas, que en los últimos años han vuelto a tomar fuerza, de orientación rankeana y raíz decimonónica, cuyo ideal es la reconstrucción del hecho histórico a través de la estricta fidelidad al documento escrito, sin mayores preocupaciones teóricas, y con la idea de recuperar el estatuto de cientificidad del siglo XIX. Mientras que en el lado contrario estarían los historiadores que ya desde un inicio restan valor a los documentos de archivo ya que han sido reunidos intencionadamente en archivos a impulsos de un determinado poder político interesado en conservar la huella de su actividad anterior, y donde tienen más peso las ideas, hipótesis, explicaciones e interpretaciones."

4. "No se puede negar que el archivo, el archivero, realiza una labor de mediación entre los documentos y el investigador que ineludiblemente influye y hasta condiciona la producción historiográfica que va surgir de ese centro."

5. [...] el primer objetivo debe ser hacer entender y comprender los archivos. En su papel de mediador entre los documentos y el investigador, esa es la labor que tiene que hacer el archivo y su archivero. Apostar por centros realmente accesibles, adaptando sus programas y servicios, particularmente los modos y los medios de sus canales de comunicación, y en particular sus sistemas de descripción y recuperación de la información.

Fuente: Julio Cerdá Díaz (Univ. de Alacalá) "Archivos e historia local". Fragmentos.


6. "Ateniéndonos a la concepción de sociedad como un conjunto de procesos relacionados entre sí, nos podremos dar cuenta que la historia no deja de ser el resultado de procesos acumulados en el tiempo, sirviéndonos y entregándonos bosquejos del pasado para la acción presente la cual sin lugar a dudas influirá a corto, mediano o largo plazo en un futuro próximo. "Los archivos – como documentos – ejercen el poder sobre la forma y dirección de la investigación histórica, la memoria colectiva, e identidad nacional, sobre cómo nos conocemos como individuos, grupos, y sociedades. Y en última instancia, a través de sus responsabilidades profesionales, los archiveros – como custodios de los archivos – ejercen poder sobre esos mismos documentos, los cuales son eje central en la formación de nuestra memoria e identidad, a través del manejo activo de los documentos antes de ser depositados en el archivo, a través de su valoración y selección, y luego a través de su descripción, preservación y uso."
Esto nos enseña que la retroalimentación entre los tiempos existe, la continua interacción del presente para con el pasado y el futuro la podemos ejemplificar hoy con las denominadas “tradiciones.”

Fuente: Jorge Said Barahona"El historiador frente a los tiempos", (02-04-08

7. "Los archivos – como documentos – ejercen el poder sobre la forma y dirección de la investigación histórica, la memoria colectiva, e identidad nacional, sobre cómo nos conocemos como individuos, grupos, y sociedades. Y en última instancia, a través de sus responsabilidades profesionales, los archiveros – como custodios de los archivos – ejercen poder sobre esos mismos documentos, los cuales son eje central en la formación de nuestra memoria e identidad, a través del manejo activo de los documentos antes de ser depositados en el archivo, a través de su valoración y selección, y luego a través de su descripción, preservación y uso."

Fuente: Scwartz and Cook, “Archives, Records, and Power: The Making of Modern Memory,” Archival Science 2 (2002), p. 2. Citado por Joel Blanco (Puerto Rico, 28-01-07)

8. "¿No es preciso comenzar por distinguir el archivo de aquello a lo que se lo ha reducido con demasiada frecuencia, en especial la experiencia de la memoria y el retorno al origen, mas también lo arcaico y lo arqueológico, el recuerdo o la excavación, en resumidas cuentas la búsqueda del tiempo perdido? Exterioridad de un lugar, puesta en obra topográfica de una técnica de consignación, constitución de una instancia y de un lugar de autoridad (el arconte, el arkhefon, es decir, frecuentemente el Estado, e incluso un Estado patriárquico o fratriárquico), tal sería la condición del archivo. Este no se entrega nunca, por tanto, en el transcurso de un acto de anámnesis intuitiva que resucitaría, viva, inocente o neutra, la originariedad de un acontecimiento."

9. "Otra forma de decir que el archivo, como impresión, escritura, prótesis o técnica hipomnémica en general, no solamente es el lugar de almacenamiento y conservación de un contenido archivable pasado que existiría de todos modos sin él, tal y como aún se cree que fue o que habrá sido. No, la estructura técnica del archivo archivante determina asimismo la estructura del contenido archivable en su surgir mismo y en su relación con el porvenir. La archivación produce, tanto como registra, el acontecimiento."

10. "...la susodicha técnica archivadora no determina únicamente, y no lo habrá hecho jamás, el solo momento del registro conservador, sino la institución misma del acontecimiento archivable. No sólo condiciona la forma o la estructura impresora, sino el contenido impreso de la impresión: la presión de la impresión antes de la división entre lo impreso y lo impresor. Esta técnica archivadora ha regido aquello que en el pasado mismo instituía y constituíalo que fuera como anticipación del porvenir. Y como empeño imposible. El archivo ha sido siempre un aval y como todo aval, un aval de porvenir. Más trivialmente: no se vive de la misma manera lo que ya no se archiva de la misma manera. El sentido archivable se deja asimismo, y por adelantado, co-determinar por la estructura archivante."

Fuente: Jacques Derrida. "Mal de Archivo. Una impresión freudiana."

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