30/10/12

ADMINISTRACIÓN 
DE DOCUMENTOS Y ARCHIVOS.
TEXTOS FUNDAMENTALES

La archivística está de enhorabuena. Los impulsos que últimamente está recibiendo la profesión para acercarla al conocimiento general de los ciudadanos es el caballo de Troya para la visibilidad y sensibilización social de la archivística y de sus profesionales.

En este sentido, asistimos a un auge de la publicación especializada en materia de archivos y de la ciencia de la archivística en la web con el surgimiento de nuevos blogs, con las iniciativas de asociaciones y colectivos profesionales de archiveros y archiveras, etc.


Estimados:

Les comparto un material bibliográfico que encontré navegando en la web, se trata de una obra de referencia para todos aquellos Profesionales, Trabajadores, Administradores de Archivos, y, por qué no para los estudiantes de archivología, o carreras a fines.

La obra se encuentra en pdf, sólo deben dar click sobre el ícono y se baja gratuitamente.

Espero sea de vuestra utilidad.

 Muchos Saludos
Patricia Aguilar


Presentación

En el seno de la Coordinadora de Asociaciones de Archiveros y Gestores de Documentos de España (CAA) fue presentado hace ya tres años el proyecto que hoy tienen ante ustedes. Este fue concebido como una herramienta con la que poner en práctica muchas de las finalidades de nuestra Coordinadora, pues sin duda alguna permite el impulso y el desarrollo de la profesión de archivero; potencia el estudio, la investigación y la implementación de metodologías de gestión de la información y de los documentos; fomenta la colaboración y la coordinación entre los técnicos que llevan a cabo su labor en los diferentes centros de archivo… Pero también deseábamos ofrecer un elemento de referencia, un hito que respondiera a nuestra tradición archivística, entendiendo “nuestra” como un concepto más amplio que el puramente ceñido al Estado español.

Ciertamente nos encontramos en un mundo cada vez más globalizado, lo que trae consigo una creciente tendencia a la normalización y la estandarización, cuya necesidad nadie pone en duda, pero en la que muchas veces aquellos autores de lengua castellana o portuguesa no encuentran el eco que debieran por la calidad de sus aportaciones.

Con estos Textos fundamentales no hemos querido suplantar la valía de otros manuales, algunos ya clásicos en la memoria de todos los profesionales españoles e iberoamericanos, y otros de más reciente aparición que están labrando el futuro de nuestra disciplina y de nuestra labor diaria. La CAA trata de aportar un elemento más en el que se ha potenciado la diversidad de aportaciones dentro de la coherencia que a la obra ha sabido dar su director científico, José Ramón Cruz Mundet.

Como presidente de la CAA quiero agradecer el apoyo y colaboración que durante años hemos recibido del Ministerio de Cultura de España, lo que posibilita que esta obra pueda ser de acceso gratuito y por tanto esperamos de gran difusión entre los ámbitos profesionales y universitarios. La valía de la misma la decidirán ustedes, los lectores, y el tiempo dirán si cumplimos nuestras expectativas, pero lo que si les puedo adelantar es que todos hemos realizado un importante esfuerzo para que así sea.

Valencia, febrero de 2011 
Francisco José Sanchis Moreno
Presidente de la CAA

ÍNDICE

Prólogo, Aurelio Tanodi (Argentina) - 6
Introducción - 9

1. Principios, términos y conceptos fundamentales, José Ramón Cruz Mundet (España) - 15

2. Normativa de referencia, Alejandro Delgado Gómez (España) - 37

3. Funciones, procesos y requisitos  Alicia Barnard Amozorrutia (México)  67

4. El sistema de administración de documentos 117   
4.1 La identificación, Ramón Aguilera Murguía (México) -118
4.2 La Clasificación, Ana M. Herrero Montero y Alfonso Díaz Rodríguez (España) - 133
4.3 Descripción, Lucília Runa (Portugal) - 161
4.4 Valoración, selección y eliminación, Lluís Cermeno Martorell y Elena Rivas Palá (España) - 215
4.5 Captura y transferencia,  Claudia C. M. Lacombe Rocha (Brasil) - 273

5. Funciones de administración del sistema - 287
5.1 Formación de usuarios, Maria J. Pires de Lima y António A.Sousa (Portugal) - 288
5.2 Gestión de recursos, José Antonio Sáinz Varela (España) - 311
5.3 Gestión de accesos y consultas, Virginia Chacón Arias (Costa Rica) - 377
5.4 Elaboración de disposiciones normativas, Aída Luz Mendoza Navarro (Perú) - 389
5.5 Manual de Buenas prácticas, Joaquim Llansó Sanjuán (España) - 429
5.6 Difusión y acción cultural, Ramon Alberch i Fugueras (España) - 473

http://www.archiveros.net/LIBRO.ARCHIVOS.IBEROAMERICANOS.pdf

Historia Oral y Educación: Cuando los jóvenes se apropian del pasado.[1]
Laura Benadiba [2]


Resumen
El desafío pedagógico que se presenta en los ámbitos educativos – en este caso la escuela secundaria-, parte de la manera en la que cada uno de nosotros construye el proceso de análisis desde las experiencias narradas, las experiencias de aprender y las de reinterpretar el pasado reciente. Los ámbitos educativos deben transformarse en un lugar de memoria, en donde se pueda explicitar a los alumnos las tensiones generadas a partir de “distintas memorias”, de contradicciones y de formas de re significar el pasado que nosotros mismos traemos de nuestro “propio pasado”.

Palabras clave: Historia Oral – Memoria – Pasado reciente – Enseñanza de la Historia – Transmisión.

¿Qué La memoria tiene una naturaleza social que, por tanto, se comparte. Así, en el marco de una investigación histórica del tiempo presente, las personas que entrevistamos recuerdan desde su propia experiencia personal e individual, pero su testimonio está basado en la interacción con los otros. En consecuencia, además de las memorias individuales, las sociedades tienen una memoria colectiva transmitida oralmente o por medio de textos, conmemoraciones o monumentos, que se basa en lo que nos contaron nuestros abuelos, maestros, en lo que aprendimos por medio de los libros, en los documentos que se conservan en los archivos, en lo que nos transmiten los medios de comunicación o en lo que nos imponen desde el poder.

Ronald Fraser en su libro Recuérdalo tú y recuérdalo a otros [3] nos dice: 

“Una adolescente muy inteligente ha oído una y otra vez las historias que cuenta su abuela sobre cómo los rojos persiguieron a su familia de terratenientes, sobre la ejecución de algunos miembros de la misma mientras otros se escondían, sobre sus propios sufrimientos cuando era niña y aún no tenía la edad que hoy tiene su nieta…Y finalmente la adolescente no puede aguantar más y dice que las opiniones de su abuela sobre la guerra civil son totalmente erróneas, propias de facciosos, y, de hecho, prácticamente fascistas. Para demostrar que lo que dice es verdad echa mano de las certezas que ha aprendido en la escuela hasta que su abuela se desespera y rompe a llorar al ver que, en los últimos años de su vida, una nieta suya niega toda la validez de su propia “historia”…Entonces, se pregunta Fraser, ¿De quién es la historia? ¿De quienes la han vivido o de quienes la han escrito? Ni de unos ni de otros, por supuesto, porque no pertenece a nadie, sino que es un debate continuo, de duración indefinida”.

A estas últimas preguntas que se hace, y que nos hace Ronald Fraser, le agregaría otras: ¿los que no vivimos conscientemente esa historia, o los que ni siquiera habían nacido, cómo podemos entrar en ese debate, qué rol ocuparíamos en él? ¿Esa historia también nos pertenece?

En el libro Deconstruir la guerra, sus autores subrayan la necesidad de que los educadores accedan a diferentes tipos de fuentes para que los estudiantes puedan partir de la realidad tal como es y en lo que se refiere a procesos históricos traumáticos, por ejemplo (pasados y presentes) ayudarlos a construir un análisis crítico que les permita comprender los mecanismos de la realidad y, de este modo, empezar a asumir una actitud comprometida con ella [4]

La Historia Oral permite que los jóvenes puedan confrontar, a partir de escuchar y luego analizar un relato – aparentemente muy alejado de su propio presente, como la última dictadura militar en nuestro país- la constante banalización de la violencia que provocan las imágenes de cadáveres y asesinatos en tiempo real que transmiten los medios a través de noticieros, dibujos animados, series televisivas y videojuegos que son cada vez más violentos.

Escuchar a un sobreviviente, por ejemplo, de la Guerra Civil Española que emigró a nuestro país, ayuda a los estudiantes a entender que las guerras actuales transforman la vida de miles de seres humanos en un infierno. También, y esto es muy importante de señalar, llegan a comprender que las guerras de hoy tampoco son del todo comparables con otros conflictos bélicos del pasado, ya que las causas, los actores, los efectos y las víctimas han cambiado y se han diversificado.


Educación y Memoria en las aulas argentinas

El pasado reciente de la Argentina se caracteriza por el horror. La última dictadura militar es indudablemente el período de nuestra historia que más heridas ha dejado en nuestro presente. En mi caso que viví la dictadura cuando era muy chica, no fui consciente de lo que significaba “vivir en dictadura” hasta que empecé a estudiar historia y me di cuenta que había construido en mi memoria un pasado imaginado como resultado de muchos silencios y violencias.

Pero también de mucho olvido, que es la otra cara que nos muestra la violencia, aunque sólo la percibimos escuchando el recuerdo de alguien que vivió esa historia y descubrimos que nosotros también estuvimos allí y que más allá de lo que cada uno imagine sobre su pasado, hay cosas que sucedieron realmente, las cuales podemos interpretar como historiadores de distintas maneras pero, sobre todo, sin olvidarnos que hubo un contexto concreto que las produjo. 

En la mayoría de los países que pasaron por experiencias traumáticas como la nuestra, se planteó – y se sigue planteando – a partir de la transición a la democracia, el dilema sobre cómo “bajar” al aula el pasado reciente, para que los alumnos puedan incorporarlo dentro del mismo proceso histórico del que forman parte aunque no hayan sido protagonistas de él. Si pensamos en los tiempos durante los cuales comenzaba a conformarse el Estado Nacional Argentino, vemos cómo la enseñanza de la Historia ya era considerada, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, como un medio para homogeneizar la idea de Nación que las clases dominantes tenían en mente. Había que buscar un pasado común para todos, más aún teniendo en cuenta la gran afluencia de inmigrantes que a su vez traían su “propio pasado”, lo que podría resultar un obstáculo para el modelo político y económico que se había establecido.

Algunos dirigentes de esa época advirtieron que el proceso social y cultural no podía dejarse en manos de la espontaneidad, y desde el Estado comenzó a prestarse mayor atención a las celebraciones de las llamadas “fiestas patrias”, al escudo nacional, a los símbolos, a las estatuas en los patios de las escuelas y a la enseñanza del pasado. En el año 1889, por medio de sus autoridades, el Consejo Nacional de Educación consideró que era “conveniente revivir en el corazón de la juventud el recuerdo de los días de gloria para la patria, formando para ello programas especiales en los cuales se prestaba la atención más señalada a la Historia Nacional”.

Es así cómo la institución escolar, desde sus orígenes, constituyó el espacio para la construcción de identidades colectivas, especialmente aquellas concentradas en torno a la idea de Nación. 

Como docentes sabemos que la escuela, además de ser un ámbito clave para la transmisión de conocimientos específicos, lo es también para la transmisión de valores y normas sociales.

Cuando con nuestros alumnos en el aula hablamos de la dictadura descubrimos (cada vez con menos sorpresa) que es muy poco lo que saben de ella: en general, no reconocen los nombres de los principales responsables del horror, la información que pueden aportar depende más de lo que les hayan transmitido sus familiares que de lo que aprendieron en la escuela. Al empezar a indagar nos damos cuenta de que en años anteriores han hablado poco del tema, o que éste no llegó a trabajarse en el aula porque forma parte de la historia reciente y está al final del programa de estudios; además, los libros de texto que utilizaron no registran como debieran ese período de nuestra historia.

Ahora bien ¿cómo planteamos los docentes la manera en que los alumnos se puedan apropiar de un pasado tan cercano en el tiempo cronológico, pero a la vez tan alejado de su propio tiempo “vivencial”? ¿Cómo lo hacemos, si nosotros mismos, que vivimos ese proceso histórico, tenemos discursos antagónicos con respecto a él? ¿Cómo pueden hacerlo los nuevos docentes que no vivieron la dictadura y que estudiaron en escuelas, en las cuales la enseñanza de la Historia terminaba muchas veces con el derrocamiento de Perón o, lo que es peor, con la “caída del Peronismo”?

¿Cómo lograr que la transmisión de ese pasado no sea una mera repetición, vacía de contendido, sin posibilidad de resignificación por parte de los alumnos? ¿Cómo lograr que la adolescente a la que alude Fraser en el prólogo de su libro pueda participar del debate continuo que supone la Historia?

Son muchas preguntas que no se pueden responder concretamente todavía. Pero el sólo hecho de pensarlas y compartirlas es un buen comienzo para iniciar el camino en busca de las respuestas, ya que la misma coyuntura política nos permite construir espacios para debatir estos temas.

El desafío pedagógico que se presenta en los ámbitos educativos – en este caso la escuela secundaria-, parte de la manera en la que cada uno de nosotros construye el proceso de análisis desde las experiencias narradas, las experiencias de aprender y las de reinterpretar el pasado reciente. Los ámbitos educativos deben transformarse en un lugar de memoria, en donde se pueda explicitar a los alumnos las tensiones generadas a partir de “distintas memorias”, de contradicciones y de formas de resignificar el pasado que nosotros mismos traemos de nuestro “propio pasado”.

Otro objetivo fundamental de la escuela es fomentar la investigación y el desarrollo del pensamiento crítico y autónomo de sus estudiantes. Por ello, debe convertirse en un ámbito en el que los chicos y adolescentes experimenten los métodos, técnicas y habilidades necesarias para elaborar un proyecto de investigación tanto en su presente escolar como en su futuro como investigadores y ciudadanos.

Por medio de la Historia Oral los alumnos recuperan las memorias de hombres y mujeres corrientes, sus abuelos, sus maestros, sus vecinos, y comprueban las diferentes visiones que los protagonistas tienen sobre un mismo hecho o proceso. Así pueden acceder a explorar las memorias construidas y resignificadas más allá del poder, constatar la diversidad de formas de vivir un acontecimiento, en definitiva, comprender que las experiencias condicionan nuestra manera de interrogar y de construir el pasado.

Nos podríamos plantear como ejercicio tomarnos un poco de tiempo y reflexionar sobre cómo nosotros mismos transitamos desde las aulas como alumnos y como docentes este período de la transición a la democracia que comenzó en el año 1983 con la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín.

Bibliografía
Benadiba, L. (2007). Historia Oral, relatos y memorias. Buenos Aires: Maipue.
Benadiba, L. (2010) Historia Oral: Fundamentos metodológicos para reconstruir el pasado desde la diversidad. Rosario: Editorial SurAmericana.
Benítez, F. et al. (2008). Deconstruir la guerra. Apunts de pau i drets humans. Barcelona: Generalitat de Catalunya, Departament d´Educació.
Fraser, R. (2007). Recuérdalo tú y recuérdalo a otros: Historia oral de la Guerra Civil Española. Barcelona: Crítica.

NOTAS:
[1] Primeras Jornadas de la Revista Conflicto Social – 27 y 28 de Octubre de 2012. Políticas de la Memoria o Toma de Conciencia: Concordancias y Divergencias Conflicto Social, Año 4, N° 6, Diciembre 2011
[2] Presidenta de la Asociación Otras Memorias, Directora del Programa de Historia Oral de la Escuela ORT. www.otrasmemorias.com.ar
[3] Fraser, Ronald: Recuérdalo tú y recuérdalo a otros: Historia oral de la Guerra Civil Española. Editorial Crítica, Barcelona, 2007, Prólogo, página X.
[4] Benítez, Francisco et al., Deconstruir la guerra. Apunts de pau i drets humans. Generalitat de Catalunya, Departament d´Educació, Barcelona, 2008. Versión adaptada del catalán original.

CULTURA DE LA ÉPOCA (3)
EL MAESTRO

Alfonsina Storni

Maestro que desde el lodo hasta la cumbre
levantas la plebe embrutecida
para cantar lo heroico de tu vida
no bastan las cuerdas del laúd!

Maestro que rompiendo tradiciones
de viejos moldes al progreso llamas
y todo aquello que es progreso amas
como amas todo aquello que es virtud

deja que yo te admire, que yo cante
tu obra fecunda en bienes para el mundo
¡Oh!, tú, maestro que en luchar profundo
descansas solo allí en solitud!

Tu obra es grande, redimes a los pueblos
les pones en la sangre nueva vida
y aunque el honor es tu anhelada Egida
¡A tu paso encuentras gratitud!

¡Pero que importa! si de ingrata peca
la plebe que dormita embrutecida
para cantar lo heroico de tu vida
templa el progreso, grande, su laúd.

La alumna Alfonsina Storni junto a su
promoción en la Escuela Normal de Coronda,
donde también se formó Olga Cossetini

“(…) Así nace en mi madre la pasión por enseñar que la acompañaría toda su vida.

Abarcaría en la educación, todas las facetas con una vitalidad, solamente interrumpida por la cruel enfermedad que la atacó en 1935. Transitaba de la luminosidad de una escuela primaria, a la oscura intimidad de la escuela de adultos, pasando por el mágico mundo de lenguas vivas donde dictaba Lectura Artística o el no menos fantástico del Arte Escénico que enseñaba tanto en el teatro infantil Labardén como en el Conservatorio Nacional.

Enseñando, siempre enseñando.

El amor a los niños la impulsó a la creación de una infinidad de piezas teatrales infantiles, cuyos dos títulos más importantes son “Blanco… Negro… Blanco…” y “El Dios de los Pájaros” (…)”.
                                                               Alejandro Alfonso Storni



Carta manuscrita de Alfonsina Storni a su amiga y
compañera  de escuela de Coronda, Amelia Tuells (año 1927).


Fuentes: http://soyunaysoymil.wordpress.com/2011/09/10/alfonsina-storni-maestra/
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2012/10/27/nosotros/NOS-08.html



EL AÑO DE CREACIÓN DE LA ESCUELA
LA CULTURA DE LA ÉPOCA (2)

EL PERIODISMO DE ALFONSINA 
Dispuesta a todo 
POR DELFINA MUSCHIETTI

Hace noventa años, Alfonsina Storni comenzaba una obra periodística que espera todavía el reconocimiento del lugar que se merece en historia del periodismo gráfico. Aguda, intransigente, ácida, la Storni periodista denuncia todos los vicios de la sociedad patriarcal. 

El 4 de abril de 1912, hace noventa años, Alfonsina Storni inauguraba en la revista Fray Mocho una obra periodística singularísima y no valorada hasta hoy en su justa medida. Alfonsina era muy joven y ya escribía con tono irónico y desenfadado sobre la hipocresía de las mujeres de la clase alta en Buenos Aires. El artículo se llamaba “De la vida” y sería el comienzo de una larga serie de textos que conforman una importante obra periodística (que aparecerá próximamente recopilada en el segundo tomo de las Obras completas de Alfonsina Storni en el sello Losada). 

Allí, Alfonsina se encarga de contrarrestar minuciosamente el poderoso imaginario social que sometía a la mujer al discurso patriarcal. Ella, “la loba” que se separa de las mujeres disciplinadas, fundará una manera de hacer periodismo para la mujer: forma verbal punzante e implacable ironía, análisis ideológico agudo y desenmascaramiento que nos hacen reír y pensar al mismo tiempo. En la sección “Feminidades” o “Vida Femenina”, que Alfonsina dirigió en el periódico La Nota durante 1919, por ejemplo, utiliza la sección no para reproducir recetas de cocina o para comentar la última moda en París sino para luchar contra el sometimiento legal de la mujer. Lo mismo hará en los “Bocetos Femeninos” que escribirá para La Nación a principios del veinte, y en numerosas colaboraciones publicadas en revistas como Fray Mocho, Atlántida, Caras y Caretas y Mundo Argentino. La voz que habla no se somete a duplicidades: es frontal y audaz en la lucha por los derechos de la mujer (tener patrimonio, derecho al divorcio y al voto); o es burlona y sarcástica a la hora de delatar hipocresías. Ironía y lenguaje muchas veces brutalmente prosaicos, que la acercan a Oliverio Girondo. 

1892-1938
En las “Feminidades” del 25 de abril de 1919 leemos: “Correremos desde hoy mismo hacia las tiendas, pediremos muchos metros de tela para hacernos vestidos especiales, usaremos pesado velo en la cara, nos pondremos guantes de dos centímetros de espesor en las manos... Iremos al teatro con aparatos para taparnos los oídos y lentes ahumados... Caminaremos por la calle sin alzar los ojos, no miraremos a ningún lado cuando vayamos por las aceras, e inmoladas en ese púdico sacrificio caeremos víctimas de un auto veloz. ¡Oh romántica y pura muerte de una niña del siglo XX...! Todo esto nos lo ha sugerido una disposición municipal prohibiendo a los bailarines que aparezcan en el tablado con las piernas sin mallas; y una liga de señoras contra la moda y los excesos del descubierto”. Aquí, la parodia sobre el comportamiento custodiado de la niña es desembozada. Y en todos los artículos de la sección una argumentación firme, lúcida y demoladora denuncia la manipulación ideológica a la que se ve sometida la mujer en la trama social, cultural y económica de la sociedad patriarcal. Es por eso que en un reportaje publicado en El Hogar, en 1931, Alfonsina reclamará vivir y ser juzgada con los mismos derechos de “una moral de varón”

Este trabajo político tiene una continuadora desde fines de los años setenta en la escritura implacable de periodistas como María Moreno, fundadora, en 1983, de la revista Alfonsina: todo un homenaje y un reconocimiento. En un caso y en otro, se trata de revelar las trampas en las que el género atrapa a las mujeres, cortándoles la vía del pensamiento. En el final de “Cuca”, breve texto aparecido en La Nación en 1926, así lo dice Alfonsina: “La cabeza cortada a cercén por las ruedas del auto ha saltado a dos metros del tronco y la cara de porcelana conserva sobre el negro asfalto su belleza inalterada: los fríos ojos de cristal verdes miran tranquilos el cielo azul; la menuda boca pintada ríe su habitual risa feliz y del cuello destrozado hecho un muñón atroz brota amarillo, bullanguero, volátil, un grueso chorro de aserrín”.

En la obra periodística que comienza en 1912 y continúa hasta pocos años antes de su muerte, en 1938, Alfonsina se adelanta también a muchas de las conclusiones de Virginia Woolf, y dialoga inadvertidamente con ella. Podemos leer un mismo humor irónico y deleitarnos con el “Diario de una niña inútil”, por ejemplo, que detalla el decálogo de toda caza-novios; o leer en cada uno de los análisis reveladores de las condiciones materiales que sustentan el imaginario social de lo femenino una síntesis de Un cuarto propio, el célebre ensayo que Virginia Woolf escribió en 1928. En “La mujer como novelista”, Alfonsina también liga las posibilidades de desarrollo estético del género novela para la mujer, con sus condiciones económicas y su experiencia de vida. Y va aún más allá, por ejemplo, en el develamiento obsesivo y minucioso de la ecuación económica que enmascara la unión matrimonial, detallada en forma hilarante en “¿Por qué las maestras se casan poco?”

Alfonsina Storni decide estudiar la carrera
de maestra  en la Escuela Normal de Coronda,
donde  se recibe tiempo después con aptitudes sobresalientes
Las múltiples modulaciones de la prosa de Alfonsina (cartas, pequeños relatos y diarios, editoriales, textos fragmentarios a modo de reflexiones o sentencias) incluyen pequeñas piezas magistrales que podríamos llamar acuarelas (al modo de las “Aguafuertes” de Roberto Arlt) o instantáneas (el dispositivo de la fotografía ejercía sobre ella gran fascinación, como atestiguan los Kodak de su poesía en prosa). En estos textos podemos seguir con delicia el sarcasmo que describe el desfile de los “Tipos femeninos callejeros” o el andar de “Las refinadas porteñas crepusculares” que se acercan a las grandes tiendas de la calle Florida, el desapego implacable con el que se describe a una “madre”, el análisis desopilante de la hipocresía de la clase media en “Los regalos de casamiento” o “Las casaderas”. En los “Bocetos femeninos”, desde el doblez del seudónimo Tao-Lao (pareciera que sólo bajo la firma de un anónimo y exótico colaborador chino podía aceptarse esa voz crítica), se vuelve sin frenos y en tonos de un humor agudo sobre la debilidad y la hipocresía de sus pares de género: “¡Temblad, divinas argentinas! No sea que se resuelvan a formar un ejército volante que se llame ‘dé la caza al hombre’ y emigren a estas tierras a arrebataros vuestros lindos muchachos de cintura avispada y lustrosa cabeza, tan copiosos...!”.
La supervivencia de la obra de Alfonsina Storni no estará solamente ligada a su obra poética, fundadora de una genealogía para las poetas mujeres. También su prosa periodística ha de leerse como una escritura que propone siempre el revés del canon y una huella imborrable en la literatura argentina de siglo XX. Parece así haber cumplido acabadamente con el mandato que su nombre propio le impuso: “Me llamaron Alfonsina, nombre árabe que quiere decir dispuesta a todo”.

Fuentes: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-82-2002-04-11.html DOMINGO, 7 DE ABRIL DE 2002
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/e/ea/AlfosinaStorni.jpg/200px-AlfosinaStorni.jpg
https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRvqbaWB7H6pftKzr0E8loU2FrRIQwLdl8JOweaWTPP_sOOkdje

Véase nuestra entrada del 3/5/12 tomada de EL QUILMERO (4/28/2012)


En 1926 invitada por los directivos de la Escuela Normal [de Quilmes] y patrocinado por la Institución se realiza un acto en el teatro de la Sociedad Italiana Cristoforo Colombo un recital poético donde la presencia de honor de la docente y poeta Alfonsina Storni. Todo Quilmes asistió al acto y la emoción creada por la fuerza y la sustancia de sus versos persistió durante varios meses en la ciudad.


ORIGEN Y OBJETIVO DEL DOCUMENTO NORMATIVO
Víctor Hugo Arévalo Jordán

Dentro de sus actividades de normalización, la comunidad archivística reconoce la importancia de una adecuada presentación de los elementos informativos descriptivos, entre los cuales, uno de los más importantes son los relativos al contexto de producción de los documentos (entidad productora).

La norma internacional de Descripción archivística, la ISAD (G): Norma Internacional General de Descripción Archivística, prevé la integración de esta información sobre el contexto en la propia Descripción de la unidad archivística (fondo, grupo, serie o expediente, el tipo documental, unidades documentales). La norma ISAD (G) admite, sin embargo, la posibilidad de tratar autónomamente esta información contextual combinándola con otros elementos informativos utilizados en la Descripción.

Considera el grupo que existe una serie de motivos que justifican la utilidad de este tratamiento de la información contextual fuera de la Descripción. Esto significa que la información contextual se puede relacionar con la Descripción documental de un mismo productor que se conserva en más de un archivo, (principio de pertenencia) o bien con las de archivos y obras bibliográficas de un mismo productor que se conserve por separado,(principio de procedencia) o con documentos que todavía conserve dicho productor. Estas relaciones son muy limitadas porque hasta el momento solo facilitan la investigación histórica. Esto siempre de acuerdo con los enunciados del documento original.

Supuestamente estas normas deberían permitir que los diferentes archivos que conservan documentos de un mismo productor pueden intercambiar con más facilidad su información contextual sobre dicho productor si ésta se ha tratado de una manera normalizada Para ello contaríamos los archiveros con la Descripción colectiva.

La normalización adquiere un interés internacional cuando el intercambio de información contextual traspasa las fronteras nacionales. Consideremos que sin necesidad de las normas, los documentos conllevan un interés internacional implícito en su contenido sustantivo, lo que favorece este interés es la globalización y las facilidades que otorgan las tecnologías de la información, el carácter multinacional de los archivos actuales y del pasado, producidos en el desarrollo de actividades como la colonización, la inmigración o el comercio, está reclamando una normalización internacional que permita el intercambio de la información contextual. Esta situación justifica mi opinión de que estas normas son más para facilitar únicamente la investigación histórica.

Una norma internacional que pretenda servir de base para el intercambio de las descripciones relativas a los productores de archivos debe fomentar la preparación de unas descripciones coherentes, pertinentes y explícitas aplicables a las entidades, personas y familias que sean entes productores, no requerimos enormes esfuerzos para ello cuando, por caminos mas archivísticos, podemos lograr con una Descripción colectiva, respetando derechos colaterales.

Esto es perfectamente coherente con una normalización más general de la información contenida en los puntos de acceso de las descripciones archivísticas, en efecto, el nombre del productor de la unidad de Descripción puede considerarse el principal punto de acceso en la Descripción archivística.

En los sistemas de información bibliotecarios el contenido del punto de acceso es objeto de una Descripción normalizada denominada encabezamiento autorizado. El encabezamiento autorizado comprende una entrada autorizada (es decir la formulación normalizada del nombre o término utilizado como punto de acceso) combinada con otros elementos informativos que describen el contenido de la entrada autorizada o remiten a otras entradas autorizadas. En un encabezamiento autorizado clásico estos otros elementos informativos no son más que los calificadores fundamentales que sirven para clarificar perfectamente el contenido de la entrada autorizada, de manera que en los ficheros de autoridades voluminosos se distinga claramente los diferentes encabezamientos autorizados. Con la formación de bases de datos actuales, estos encabezamientos autorizados quedan un poco obsoletos, si bien tienen vigencia para las objetivos de la bibliotecología, en archivística se pueden realizar puntos de acceso en cada campo de la planilla de una base de datos. A partir de este punto de vista, es obsoleto el análisis de estas normas.

La Descripción normalizada de un productor de archivos pueden considerarse una clase de encabezamiento autorizado que comprende una entrada autorizada (el nombre) combinada con otros elementos informativos que sirven para describirlo o que remiten a otras entradas autorizadas.

Las descripciones contextuales normalizadas para archivos, ya que sirven para describir perfectamente al ente productor y tener un mayor conocimiento de las descripciones relativas a sus archivos, deben utilizar en mayor medida que los encabezamientos autorizados clásicos (otros elementos informativos) distintos para resaltar esta diferencia, es preferible denominar a estas descripciones normalizadas del contexto de producción encabezamientos autorizados archivístico.

El principal objetivo de este documento consiste en proporcionar unas reglas generales para el establecimiento de los encabezamientos autorizados archivísticos relativos a las entidades, personas y familias que figuran como productoras de archivos en las descripciones archivísticas. Con este tipo de normas, sería conveniente preguntarnos si no estamos forzando la condición natural del cuerpo descriptivo para sujetarse y responder a normas internacionales. Los encabezamientos elaborados a partir de estas reglas servirá para normalizar la forma de los nombres de los productores de archivos, a la vez que para describir todos aquellos atributos del productor que sean necesarios para comprender el contexto de producción de cada conjunto documental.

Un encabezamiento autorizado archivístico, elaborado según esta norma, puede servir también para controlar la forma del nombre y la identidad de cualquier entidad, persona o familia mencionada en cualquiera de los puntos de acceso de una unidad de Descripción. Me pregunto si este objetivo planteado por el documento, es una labor netamente archivística, o mas bien una labor administrativo-histórica. No se comprende que los archivos tengan el control desde ese punto de vista, si consideramos desde el punto de vista informativo, posiblemente realicemos adelantos en cuanto a información, pero no en cuanto a actividades de control.

En esta norma se trata sólo de algunas de las condiciones requeridas para el intercambio de la información contenida en los encabezamientos autorizados archivísticos. A nivel nacional o en cada lengua deberán elaborarse normas y convenios para la normalización de los puntos de acceso. Además, para que se lleve a efecto el intercambio de esta información de los encabezamientos autorizados archivísticos, es preciso que los archivos afectados elaboren y utilicen formatos de intercambios que se adapten a ello. Sería muy conveniente impulsar la elaboración o identificación de un formato que se adapte al intercambio internacional de la información contemplada en esta norma. Para comprender mejor las ventajas y desventajas de esta norma, incluimos el capitulo de la Descripción Colectiva..[1]

LAS NORMAS ISAD (G)

El Consejo Internacional de Archivos (CIA) presentó un proyecto denominado ISAD (G), que básicamente consiste en una Norma Internacional General De Descripción Archivística, que fuera adoptada por la comisión Ad Hoc sobre Normas de Descripción. En Madrid entre el 21 y el 24 de Enero de 1992 y por la Secretaría de la Comisión del CIA sobre Normas de Descripción Archivística, este trabajo fue distribuido en inglés. La copia se realizó solamente para objetivos de referencia; no como un documento oficial. Pero, en muchos archivos se adopto directamente y se aplicó sin tomar en cuenta ninguna consideración previa.

Los miembros del CIA que han formado parte de la Comisión desde su formación en 1990 son: Christopher j. Kitching, (Presidente), Reino Unido; Hugo L. P. Stibbe, (Director del Proyecto), Canadá; Chislain Brunel (1990 – 1991) Francia; Michael Cook, Reino Unido; Jan Dahlin, Suecia; Wendy Duff, Canadá; Ana Franqueira, Portugal; Pedro González, España; Christine Petillat, (1991) – Francia; Sharon G. Thibodeau, Estados Unidos; Habibah Zon Yahaya, Malasia; Charles Kecskeméti, Director Ejecutivo del CIA; Wolf Buchmann, Secretario de Asuntos Técnicos; Representante de la Secretaría del CIA; Axel Plathe, Representante del PGI de la UNESCO; Secretaría C/o National Archives of Canadá.

El borrador de Reglas Generales para la Descripción fue preparado por un grupo de la comisión Ad Hoc sobre normas de Descripción. Fue establecido en la primera sesión plenaria de la comisión en Höhr Grenzausen, Alemania, en Octubre de 1990.

El grupo estuvo formado por: Wendy Duff – Coordinadora; Michael Cook, Sharon Thibodeau, Hugo Stibbe - Director del Proyecto y Secretario

El grupo se reunió en Liverpool, Reino Unido, en julio de 1991, para completar el borrador que paso por las etapas de todo proyecto; luego fue discutido, modificado y ampliado en la reunión plenaria de la Comisión, en Madrid, en enero de 1992. Esta participación de España, tardía, si tomamos en cuenta que el área hispana fue convocado casi por política, permitió que se difundiera en el habla hispana y el entusiasmo español adoptó formalmente el borrador en esta reunión. Se le conoce como Borrador de Madrid de la “Isad (G): Norma Internacional General de Descripción Archivística”.

El borrador de Madrid de la ISAD (G) fue puesto en circulación en febrero de 1992, para ser comentado por la comunidad archivística internacional, traducido a las lenguas oficiales del Consejo Internacional de Archivos y distribuido como ponencia en el XII Congreso Internacional de Archivos celebrado en Montreal, en septiembre de 1992, siendo discutido en una sesión abierta. La Comisión volvió a reunirse en Estocolmo, en enero de 1993, para examinar y revisar el documento respondiendo a los comentarios recibidos de todas partes del mundo y a los efectuados en la sesión abierta de Montreal. Son las normas adoptadas en algunos archivos de Europa. No obstante se propuso un período de cinco años para revisar este documento, lo cual será recomendado el CIA cuando sea presentado para su publicación.[2]

Las normas ISAAD (G) señalan objetivos que nos son comunes desde el punto de vista de la Descripción archivística, estas normas en teoría están diseñados para asegurar la creación de descripciones (en nuestro caso, auxiliares descriptivos), coherentes, apropiadas e inteligibles por si mismas.

Facilita la recuperación y el intercambio de información sobre la documentación de archivo. Considerando que documentación no es lo mismo que documento.

La ISAD (G) [General lnternational Standard Archival Description] es mas que todo unaguía general cuya utilidad se comprende para orientar descripciones archivísticas. No es una norma aprobada, como se enseña en muchos ámbitos, es solo una presentación, pero que cuenta con un buen número de archiveros que la utilizan, es flexible porque puede usarse junto con normas nacionales existentes y permite constantes actualizaciones. No afecta a las tradiciones documentales si se administra adecuadamente, esta adecuación en general corresponde a los Archivos generales. Su finalidad es identificar y explicar el contexto y el contenido de los documentos de archivo para hacerlos accesibles. Se vale de la descripción multinivel para presentar la información de las diversas agrupaciones documentales de una entidad en un solo instrumento.

Hace posible la integración de descripciones de diferentes depósitos en un sistema unificado[3] de información.[4] No se observa un objetivo esencial a la Descripción que se trata de la seguridad de los documentos. La Descripción registra los documentos existentes, por lo tanto, certifica su existencia y materialidad.

Mediante el uso de elementos esenciales y pertinentes sé puede elaborar guías, inventarios y catálogos en forma independiente, pero al final deben ser presentados de manera jerárquica y relacionada. Los formatos son. libres. y adaptados por cada archivo usuario. Esta norma puede ser utilizada en los diversos niveles de archivo sin interesar la fecha, el tipo o la clase de los documentos aunque su aplicación sea más efectiva en archivos definitivos. (De conservación permanente, mal llamados Históricos).[5] En una buena cantidad de Archivos de Europa, estas normas las utilizan solo para aplicaciones informáticas.

En cada núcleo documental, que no es lo mismo que decir unidad de información (las unidades de información controlan documentación, no procesan documentos como en los núcleos documentales), sea un Archivo, Biblioteca. Centro de Documentación, Museo, etc., la elección del nivel de descripción de los documentos que integran su patrimonio, es un papel propio del profesional, y, depende de varios factores:

*Naturaleza del núcleo documental,
*Alcance de la misma: descripción general, descripción especializada,
*Naturaleza del sistema de recuperación de la información: puede ser manual, mecanizada, automatizada,
*Nivel de preparación del profesional de la información.

La ISAD (G) se auxilia en algunos casos de la norma ISAAR (CPF) [lnternational Standard Archjval Authority Record for Corporate Bodies, Persons and Familias] cuya traducción es Norma Internacional sobre los encabezamientos autorizados archivísticos relativos a entidades, personas y familias; es complementaria y permite recuperar los puntos de acceso relacionados con los nombres de los productores y con la historia institucional o con la referencia biográfica según sea el caso.

REGLAS DE LA DESCRIPCIÓN MULTINIVEL

1. Descripción se efectúa de lo general a lo particular, se empieza describiendo el fondo como un todo y se va descendiendo hasta terminar con la unidad documental.

“De todas esas realidades documentales la Norma “elige” para aplicación de la Descripción a una de ellas el fondo, aunque no descarta la necesidad de seguir normalizando para las otras.

Resulta un poco chocante, sin embargo, eso de la elección porque lo que existe es un principio natural de lo general a lo particular, de lo más amplio a lo más concreto, que conduce en Archivística a una planificación descriptiva que exige describir antes el fondo, luego la serie y, por último, la unidad documental, reconociéndose así unos niveles documentales que determinarán, también naturalmente, los niveles de descripción que exigirán distintas y adecuadas representaciones”[6].

2. Información pertinente para el nivel de descripción, si se describe una sección no es necesario presentar detalles de las piezas documentales.

3. Vinculación de las descripciones, es decir el nivel descrito debe indicar su relación jerárquica y sus vínculos con las otras agrupaciones documentales.

4. Evitar en lo posible, repetir la información, hacemos salvedad de la norma en aquellos casos en los cuales uno esta obligado a repetirla como es el caso de los tipos documentales que se duplican en los catálogos que derivan de la ficha principal, la referencia debe duplicarse, sí o sí.

ELEMENTOS DE LA DESCRIPCIÓN

La ISAD(G) consta de veintiséis elementos distribuidos en las siguientes áreas:

1. ÁREA DE IDENTIFICACIÓN. Incluye información esencial y singular de la unidad que se describe, por lo que el uso de sus cinco elementos es obligatorio para todos los casos:

1.1 Código de referencia, si lo pensamos bien estos términos no son latinos, no hacen a la tradición documental hispana ni americana, si bien se traduce como identificar la procedencia: país/institución/ archivo/serie/unidad documental, los códigos no se emplean. Mucho menos la norma ISO 3166. El grupo de Felisa Casado, considera que se coloca el nombre del archivo, y el de la Provincia entre paréntesis[7].

1.2 Título. Otro aspecto que choca con los conceptos archivísticos, posiblemente se entienda bien en bibliotecología, aparte que es muy ambiguo porque de no ser una aclaración de que es lo que se pretende, no se consigue una definición adecuada, haciendo algún esfuerzo que se transmite de una institución a otra, se toma como nombre de la unidad que se describe: institución, oficina, familia, persona, serie, documento.

1.3 Fecha (s) Los archiveros de esta región observamos la datación, como lugar y tiempo, de esa comprensión derivan las fechas, que pueden ser años extremos o fecha extremas, fechas límites, fechas topes o fecha completa según lo que se describa y en concordancia con la norma ISO 8601: 1988.

1.4 Nivel de descripción, indicar si lo que se describe es fondo; (subfondo, que no se emplea porque no se encuentra fundamento para esta división, si en su lugar se emplea Grupo, lo que hace a la Sección de los españoles, incorporamos subgrupo, subsección, en lo que parece que estamos de acuerdo es en la serie, pero tampoco utilizamos la subserie, y la Unidad Compuesta documental como el expediente, la unidad Documental Simple, y no observamos el tipo documental, considerado como unidad documental.

1 .5 Volumen y soporte de la unidad de descripción, extensión fisica en documentos tradicionales, lógica en documentos electrónicos y el soporte de la unidad de descripción, precisando entonces cantidad, metros lineales, dimensiones, extensión.

2. ÁREA DE CONTEXTO

Refleja toda información relacionada con el origen y la custodia de la unidad que se describe:

2.1 Nombre del o de los productores: En nuestra área de estudio hablamos de la Entidad productora, es un elemento obligatorio y por ser el principal punto de acceso, se recomienda el vínculo con la ISAAR {CPF} para encontrar mayor información sobre el nombre de la institución, persona o familia.

2.2 Historia institucional. Reseña biográfica, origen, evolución, desarrollo, vida y trabajo de la institución, familia o persona. Igualmente mayor información se puede encontrar en la ISAAR (CPF). Este dato se aplica mejor a las Guías de Archivos.

2.3 Historia archivística. Historia de la agrupación documental. Habrá que pensar que este requisito se debe incorporar cuando los auxiliares descriptivos del archivo, han ser publicados o han de ser expuestos en redes virtuales, de lo contrario habrá que pensar el tiempo que insume, y que los archiveros no son historiadores, así que más que una historia deberíamos ver una cronología de hechos sobresalientes.

2.4 Forma de ingreso, es evidente que estas normas están mejor pensadas para archivos históricos, en los archivos administrativos, la procedencia marca rumbo y origen, así que indicar si los documentos ingresaron por adquisición o transferencia, es redundancia de datos y se opone a la regla cuatro.

3. ÁREA DE CONTENIDO Y ESTRUCTURA

Recoge toda la información pertinente sobre la realidad y la organización de la unidad que se describe:

3.1 Alcance y contenidos. Tiene el mismo significado que escribir la historia documental, la visión de conjunto, resumen, valor potencia. Es mucho más comprensible manifestar el Contenido Sustantivo, al que están acostumbrados los archiveros de América del Sur.

3.2 Valoración, selección y eliminación Actividades y planes que afecten la interpretación de los documentos. La selección documental, requiere de todo un análisis, al que no parece dársele mucha importancia en esta norma.

3.3 Nuevos ingresos. Este aspecto también nos ubica en el contexto de los archivos de conservación permanente, etapa final de los documentos, o bien podríamos considera en este aspecto, la periodicidad con que ingresan los documentos en los archivos administrativos, así podemos precisar ingresos complementarios y lógicamente, no se puede indicar la cantidad.

3.4 Organización. Referido a la estructura, cuadro de clasificación, sistema de ordenamiento de la serie.

4. ÁREA DE CONDICIONES DE ACCESO Y USO

Comprende toda la información relacionada con la disponibilidad de la unidad de descripción:

4.-1 Condiciones de acceso. Condición de los documentos que restringen su condición de acceso.

4.2 Condiciones de reproducción. Indicar restricciones en caso de que existan.

4.3 Lengua/escritura(s) de la documentación, precisar idiomas, sistemas de símbolos usados, tipos de escritura.

4.4 Características físicas y requisitos técnicos, requisitos de conservación, software y hardware.

4.5 Instrumentos de descripción. Señalar guías, inventarios, catálogos, índices u otros en caso de que existan.

5. ÁREA DE DOCUMENTACIÓN ASOCIADA

Registra la información acerca de otros documentos que tengan una relación -importante con la unidad de descripción:

5.1 Existencia y localización-de los originales. Indicar lugar donde se encuentren, en caso de que los documentos conservados sean copias.

“En bastantes momentos existe falta de claridad y dificultad de comprensión. Se me ocurre ahora el sentido equívoco de “originales’ en el elemento de descripción denominado “ubicación de originales”, cuando si se trata de un fondo institucional éste necesariamente está integrado por originales y copias como resultado del flujo y reflujo que supone su acumulación documental natural”[8].

5.2 Existencia y localización de copias. Tendría la misma observación que el anterior ya que comprendemos que se deben precisar lugar donde se encuentren, en caso de que los documentos conservados sean originales.

5.3 Unidades de descripción relacionadas Mencionar posibles lugares donde se puedan encontrar series o documentos que se relacionan.

5.4 Nota de publicaciones. Referencias de las publicaciones existentes basadas en las unidades de descripción.

6. ÁREA DE NOTAS

En ella se puede agregar la información necesaria que no ha sido incluida en otras áreas:

6.1 Notas

7. ÁREA DE CONTROL DE LA DESCRIPCIÓN

Recogerá la-información relacionada con la fecha, y con las personas que participaron en-la realización de la-descripción:

7.1 Nota del archivero explicar quién y cómo ha preparado la descripción especificando fuentes consultadas.

7.2 Reglas o normas Consignar las normas y reglas internacionales, nacionales y locales utilizadas en la descripción.

7.3 Fecha(s) de la(s) descripción(es). Indicar cuándo se ha preparado o actualizado la descripción.

SUGERENCIAS Y RECOMENDACIONES

Para elaborar la guía de un archivo definitivo se puede usar casi todos los elementos de la norma empezando por los seis obligatorios. Para la guía de un archivo central bastará tomar los seis elementos obligatorios y, tentativamente, los siguientes: historia institucional o archivística, forma de ingreso, alcance y contenido, organización, condiciones de acceso, .instrumentos de descripción, notas de publicaciones y notas.

Si se desea preparar un inventario somero o esquemático será suficiente los seis elementos obligatorios y especificar el sistema de ordenamiento de las series. Este mismo inventario podría ser a la vez una tabla de retención de documentos agregando la información sobre valoración, selección, eliminación y nuevos ingresos.

Para la descripción de unidades de instalación de una serie (cajas, legajos, archivadores de palanca] y para unidades documentales compuestas (expedientes] pueden ser suficientes, aparte de los seis obligatorios, alcance y contenido, sistema de ordenamiento, condiciones de acceso, instrumentos de descripción y unidades de descripción relacionadas. 

Los elementos para un catálogo podrían ser los seis obligatorios, alcance y contenido lengua/idioma/escritura de los documentos, características físicas y requisitos técnicos, existencia y localización de los originales- ó de -las copias (según sea el caso], unidades de descripción relacionadas y notas de publicaciones.

Al final de toda descripción se recomienda indicar los tres elementos del ,área de control de la descripción para saber quién, cuándo y en base a que normas se realizó.

Las normas se podrán aplicar correctamente y se verán enriquecidas con la elaboración de los respectivos manuales de descripción que prepare cada institución o cada sector.

Sobre la utilidad de los manuales, la archivera española Antonia Heredia Herrera recuerda:... es indispensable/a elaboración de manuales prácticos para cada país con ejemplos para todos -los niveles, suficientemente diversos y acertados que eviten la diversidad de aplicaciones que nos conducirán al margen de la normalización.

Ejemplo para aplicación a las Series:
1.    ÁREA DE IDENTIFICACIÓN


1.1.

Código de referencia

Municipio de

1.2.

Título (Tipo Documental)


1.3

Fecha(s)


1.4

Nivel de descripción


1.5

Volumen y soporte de la unidad de descripción

2. ÁREA DE CONTEXTO


2.1

Nombre del productor


2.2

Historia institucional Reseña biográfica


2.4

Forma de ingreso

3. ÁREA DE CONTENIDO V ESTRUCTURA


3.1

Alcance

y contenido


3.2

Valoración, selección y eliminación


3.4

Organización

4. ÁREA DE CONDICIONES DE ACCESO V UTILIZACIÓN


4.1

Condiciones de acceso


4.2

Condiciones de reproducción


4.5

Instrumentos de descripción

5. ÁREA DE DOCUMENTACIÓN ASOCIADA


5.2

Existencia y localización

de copias


5.3

Unidades de descripción

Relacionadas

7. ÁREA DE CONTROL DE lA DESCRIPCIÓN|


7.1

Nota de Archivero


7.3

Fecha de la descripción


NORMAS EAD

La Descripción Archivística Codificada (EAD) Encoded Archival Description, es un conjunto de reglas cuya finalidad es deter­minar las distintas partes intelectuales y físicas de los instrumentos de descripción archivística; con ella se pretende que la información contenida en ellos se pueda consultar, extraer, pre­sentar e intercambiar con independencia de la plataforma que se utilice.

Para aplicar adecuadamente las reglas de la EAD, se redactan de acuerdo a una Definición de Tipo de Documento (DTD) de SGML que utiliza representaciones codificadas de los elementos para su proceso automático con programas de creación y visualización de SGML. Esta denominación de Tipo Documental, puede producir situaciones confusas con los tipos documentales empleados en Archivología, aun cuando en esencia sería casi lo mismo, no está demás analizar mas adecuadamente estos términos.

Las Definiciones de Tipo Documental (DTD) están diseñadas para ser leídas por ordenadores, por lo tanto y muy a menudo se acompañan de documentos específicos para su comprensión, como ser:

El Repertorio de Etiquetas, o listado maestro de elementos que sirve como herramienta de referencia para archiveros. Permite elegir los elementos adecuados para determinar el contenido de los auxiliares descriptivos. Es necesario, para comprender estas normas, tener conocimientos básicos de informática y del SGML.

Las Directrices de Aplicación EAD y otras fuentes de información elaboradas para una mejor comprensión, así como se hace necesario participar de los talleres EAD y cursos de formación.

Algunas definiciones terminológicas de las normas, al igual que el señalado Tipo Documental, hacen que sea incómodo trabajar con este tipo de normas, además, de emplearse esta opción, es mejor confiar en un profesional de informática, que pueda realizar las tareas sin ningún inconveniente.

Esta norma se desarrolla sobre tres tareas principales de la DTD.

Primero, algo que efectuamos en la práctica archivística y sobre todo en la Descripción Documental, la Determinación del Tipo Documental de la EAD, frag­menta el contenido de los instrumentos de descripción en campos de datos o categorías infor­mativas denominados “elementos”. Término símil al descriptor, con la condición de que todos estos elementos se nombran, definen y describen en el Repertorio de Etiquetas EAD.

Segundo, el Repertorio de Etiquetas identifica y define cualquier atributo que la DTD haya asociado a esos elementos. Los atributos, término que en archivística se emplea para los caracteres internos y externos de los documentos, observamos que en las normas EAD son características o propiedades que posteriormente definen el elemento con más detalle.

Tercero, el Repertorio de Etiquetas que denomina Documento Técnico N° 2, expresa la estructura de la DTD y forma parte de una serie que incluye la DTD como Documento Técnico n° 1, y las Directrices de Aplicación como el Documento Técnico no 3.

Dos de las fina­lidades básicas de la EAD son facilitar la búsqueda y presentación de los instrumentos de des­cripción codificados en un entorno electrónico, no hay nada en el Repertorio de Etiquetas que se refiere específicamente a la puesta en marcha de los elementos. Por lo tanto, la búsqueda y presentación dependen de las aplicaciones informáticas que se utilicen y de las hojas de estilo que, por norma general, se asocien a ellas.

El Repertorio de Etiquetas se divide en seis apartados:

1.- Principios de diseño EAD.
2.- Visión general de la estructura de la EAD
3.- Términos y convenciones utilizados en el Repertorio de Etiquetas.
4.- Listado de atributos EAD que proporciona las definiciones y los valores que existen para cada uno de ellos.
5.- Definiciones y descripciones de los elementos
6.- índice de nombres de elementos cierra el documento.

La EAD es compatible es compatible también con las nuevas aplicaciones del Lenguaje de Mar­cación Extendido (XML) que están siendo elaboradas para la World Wide Web como con el software de SGML actual.

Los elementos de enlace EAD siguen sistemas sugeridos por un Extended Linking Language (XLink) propuesto. A medida que las normas de XLink evolucio­nen, los atributos de los elementos de enlace EAD se podrán revisar para las futuras versiones de la EAD.

LAS NORMAS ISAAR (CPF)

Esta Norma Internacional de Descripción para los documentos Corporativos, de Personas y Familias fue aprobada en su última versión por el Consejo Internacional de Archivos; Preparado por la Comisión ad hoc en Normas Descriptivas en París, Francia, entre 15 y el 20 de Noviembre de 1995. Desarrollado con la contribución de la UNESCO.

El grupo formado por Wendy Duff, Jan Dhalin, Christine Nougaret, Hugo Stibbe (Director del proyecto y secretario), y Michael Cook, miembros de la Comisión ad hoc de Normas de Descripción del Consejo Internacional de Archivos (CIA), se reunió en Estocolmo (Suecia), en enero de 1993, en la tercera sesión plenaria de la Comisión, con el fin de elaborar un documento de trabajo; propuesto como una norma que estableciera control en los sistemas de información archivísticos.

El mismo que en noviembre de 1993 celebró una reunión en Liverpool (Reino Unido) para tratar de los puntos de acceso en la Descripción archivística. La norma ideada por el grupo, peca por sus semejanzas a las normas bibliotecarias para el control de autoridad de los encabezamientos, basado en las investigaciones que, sobre este tema, se estaban realizando en Canadá y en Estados Unidos. La inspiración de estas normas estarían sustentadas en la labor que la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA) que ha venido desarrollando a nivel internacional durante los años 70 y 80, en materia de encabezamientos autorizados, como las Guidelines for authority and reference entries (IFLA, 1984).

El grupo elaboró un anteproyecto que fue examinado, modificado y ampliado durante la sesión plenaria de la Comisión ad hoc celebrada en La Haya en octubre de 1994. Este anteproyecto se difundió entre algunos miembros de la comunidad archivística internacional para que ésta presentara sus comentarios. Durante la sesión plenaria de la Comisión celebrada en París en noviembre de 1995, se examinaron los comentarios recibidos.

Es interesante saber que la Comisión ad hoc de Normas de Descripción del CIA manifiesto su agradecimiento a los Archivos nacionales de Canadá, por la ayuda proporcionada al secretariado, y a aquellas otras instituciones, como la Universidad de Liverpool (Reino Unido), la Escuela holandesa de archivística (Países Bajos) y los Archivos nacionales de Francia, que han recibido a la Comisión durante la elaboración de este documento.

NOTAS:         
[1] INTERNATIONAL COUNCIL ON ARCHIVES; ISAAR(CPF): International Standard Archival Authority Record for Corporate Bodies, Persons and Families, Final ICA approved version, Prepared by the Ad Hoc Commission on Descriptive Standards Paris, France, 15-20 November 1995, The Secretariat of the ICA Ad Hoc Commission on Descriptive Standards, Ottawa, 1996.

[2] Concilio internacional en los Archivos. Comisión ad hoc en las Normas Descriptivas; ISAAR(CPF): DESCRIPCIÓN General de archivos para los cuerpos corporativos, personas y familias: último ICA aprobó la versión.

[3] Sobre este tema hablamos muy extensamente en la descripción colectiva y en los sistemas integrados de archivos. Nota del autor.

[4] CONSEJO INTERNACIONAL DE ARCHIVOS; PROYECTO ISAD (G); NORMA INTERNACIONAL GENERAL DE DESCRIPCION ARCHIVISTICA. Adoptada por la comisión Ad Hoc sobre Normas de Descripción. Madrid 21 - 24 de Enero de 1992. Secretaría de la Comisión del C.I.A. sobre Normas de Descripción Archivística. Ottawa, Enero de 1992. Original en Inglés. Esta traducción se realiza solamente para objetivos de referencia; no es un documento oficial. Comisión Ad Hoc sobre Normas de Descripción Archivística

[5] ISAD (G) Norma Internacional General de Descripción Archivística. Pontificia Universidad Católica del Perú. Archivo de la Universidad. Lima, Perú.

[6] Heredia Herrera, Antonia. La descripción :estado de la cuestión, Actas I Coloquio Internacional de Archivística , IRARGI IV, 1991, págs. 183-205. Heredia Herrera Antonia, Archivística General. Teoría y Práctica, Sevilla, 1992 (6º edición), págs 302. Ibidem, págs. 321-355.

[7] Casado Guillén, Feliza; Pedrero Hartillo, Ma. Luisa; Real Heredia, Santiago. Aplicación de la Norma ISAD (G) al Plan de Archivos Municipales de la Provincia de Sevilla. XV Jornadas de Archivos Municipales. “La descripción multinivel en los archivos municipales: la norma ISAD (G). Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid (Dirección General de Archivos, Museos y Bibliotecas) e Ilmo. Ayuntamiento de Móstoles. Mayo 2004. Págs. 260

[8] Heredia Herrera, Antonia. La descripción :estado de la cuestión, Actas I Coloquio Internacional de Archivística , IRARGI IV, 1991, págs. 183-205. Heredia Herrera Antonia, Archivística General. Teoría y Práctica, Sevilla, 1992 (6º edición), págs 302. Ibidem, págs. 321-355