12/10/12

Otra escuela quilmeña cumple hoy 
cien años
Julio Bravo realizó un encendido discurso en el 
centenario de la Escuela 22


Desde un anacronismo matemático, el artista trazó la impronta educativa

En el marco del centenario de la Escuela Tomás Liberti, número 22, de Saenz Peña y República del Líbano, el docente y artista plástico Julio Bravo, recordó que fue ese establecimiento el que lo formó durante seis años y que años después volvió como profesor de arte.

Comenzó marcando que "hoy se produce un anacronismo matemático: el 22 es 100. En el mundo de la abstracción algebraica ambos número no comparten familariedad directa, salvo la estricta precisión de sus conceptualidades, y nadad de relativismo. Pero en nuestro mundo vivencial (y no hablo de mundo real pues existen múltiples realidades, y eso nos lo enseñan tanto la psicología como las ciencias y fundamentalmente el arte) el 100 puede tener imperfecciones en su esencia o naturaleza relativa, en especial si lo relacionamos con lo temporal. Cien días pueden sentirse como mucho o poco tiempo (habría que preguntarle a Napoleón cómo vivió los Cien Días de regreso al poder luego del exilio en la isla de Elba). Pero sin lugar a dudas cien años -un siglo- es, para nosotros simples mortales, mucho tiempo. Y tanto es así que incluso calificamos de centenarios a períodos o hechos históricos que no necesariamente tuvieron esa duración de tiempo, pero eso nos sirve para indicar que fueron muchos, muchos años. Así, en la Historia hablamos de la larga Guerra de los Cien Años (en el Medioevo anglofrancés), aunque durara 116 años. O hacemos referencia al Siglo de Pericles ateniense, que abarcó sólo varias décadas pero que llevó a la culminación lo que luego serían los ideales de Occidente. También recuerdo el Siglo de Oro español, de límites temporales indefinidos pero de notable producción artístico literaria. Y ni qué hablar del tiempo mágico de los Cien años de Soledad en el Macondo de García Márquez, o, en el campo cinematográfico, de los toques surrealistas y metafóricos de Mamá cumple cien años, de Carlos Saura."

"Sin embargo hoy quien cumple cien años es la Escuela 22, y en este caso el número y su temporalidad son precisos: originada en 1912, hoy en 2012 se convierte en institución centenaria."

Recordó que fue alumno de la institución durante seis años del ciclo primario y que muchos años después fue proesor de Arte. "Y fue precisamente aquí donde mi primera maestra vislumbró y estimuló cierta predisposición hacia lo que sería mi futura elección de estudios superiores y luego el desarrollo de una carrera artística."

"Aquí es donde los alumnos vivenciamos la importancia del voluntariado y del compromiso social desinteresado, con el modelo de los Bomberos Voluntarios (seguidores del ideario y el ejemplo de Tomás Liberti). Fue así que nosotros tuvimos el privilegio de conocer a héroes de carne y hueso, más allá de los de los libros, el cine o la televisión.

Concluyó diciendo que "también aquí es donde miles como yo adquirieron conocimientos y asimilaron valores para que luego el tiempo, gran escultor (al decir de Marguerite Yorcenar) terminara de moldearlos con el objeto de llegar a ser individuos responsables, libres y éticos. Y eso fue (y sin duda sigue siéndolo) gracias a equipos de docentes y auxiliares comprometidos con esta casa. Por eso mi reconocimiento a todos los que a lo largo de esta vida centenaria llevaron adelante la difícil, a veces dura, muchas veces no valorada socialmente pero siempre fascinante tarea de educar. Porque sin duda sentían lo que Gabriel Celaya dice en unno de sus poemas: Caundo hablo del futuro/ no abanico utopías./ Sólo pienso en el niño que de frente me mira". Por eso hoy 22 es 100, son los 100 de la 22. Y es para festejarlo orgullosamente".

Las palabras de Julio Bravo conmovieron, incluso al propio intendente Gutiérrez, quien destacó el alto contenido y el nivel intelectual de la disertación.

Dice el Prof. Chalo Agnelli: en su libro "Maestros y Escuelas de Quilmes" (1ª Ed., Jarmat, 2004):

"La escuela N° 22 fue creada el 12 de octubre de 1912 en un extremo de lo que fue la chacra de Tomás de los Reyes sobre la calle Santiago del Estero a varias cuadras de su actual emplazamiento. Este vecino, además, tenía un solar (un cuarto de manzana) en la esquina de Conesa y Lavalle que luego adquirió la familia Amoedo.

Comenzó con una matrícula inicial de 10 alumnos a cargo de la maestra Julia P. de Cerruti. La casa tenía tres habitaciones y se hallaba a 16 cuadras de la estación. En un barrio donde se estaban asentando familias italianas provenientes algunas de ellas de La Boca del Riachuelo, que aprovechaban los primeros loteos económicos que se estaban realizando en la zona. [...]

En 1933 se halla en Santiago del Estero 611 y en 1938 en la misma calle N° 161, en una suntuosa casa quinta llamada “La Haydeé”, propiedad de D. Antonio Bó. Poseía 4 grados de 1° a 4° con 82 alumnos en un turno.

El 12 de diciembre de 1937, ya en Santiago del Estero 167 (Rep. Del Líbano) bajo la direcciòn de la Sra. de Barreneche se inauguró el mástil cuya bandera es bendecida por el Pbro. Ángel Banfi, párroco de Quilmes. Fueron padrinos de la ceremonia el intendente Victoriano Huisi y la inspectora Dolores S. de García Rey. [...]

El 12 de mayo de 1959, recibió el nombre de “Tomás Liberti”, fundador del primer Cuerpo de Bomberos Voluntarios del país y el 29 de julio se designa padrinos de la institución a la Sociedad de Bomberos Voluntarios de Quilmes que en esa ocasión fue representada por el comandante Luis Ronconi. [1]"

[1] V. Bibl. “Fuego y Agua” Pág. 62

¿Quién fue TOMÁS LIBERTI?

Seducido por las nueva posibilidades de prosperar en esta nueva e inexplorada tierra Argentina y los sueños propios de un hombre con visión de futuro es que Don Tomas Liberti llega en 1876 a la Ciudad de Buenos Aires, procedente de la provincia de Génova, Italia donde había nacido en 1827. Estableciéndose con su familia en uno de los conventillos ubicados en la calle Alvear (hoy Ayolas ) cuyo residente era Don Rufino Pastor. Tomas Liberti además de ser fundador de los Bomberos Voluntarios de La Boca fue su primer presidente. Asimismo constituyó, la primera fábrica de bebidas sin alcohol, con lo que logró conseguir un fin económico para él y su familia. Falleció en 1904 a los 77 años de edad.

Los grandes contingentes de inmigrantes, en su gran mayoría quedaron en Buenos Aires y fue en el año 1884, en un populoso barrio de la Capital Federal, donde nació la primera Sociedad de Bomberos Voluntarios del país. Las construcciones eran, en aquellos tiempos, casi todas de madera y zinc, y por eso ofrecían un continuo y serio peligro para la población. Se necesitaba una entidad que asumiese su defensa. Así, en algunos ciudadanos, animados por un alto sentimiento de humanidad, surgió la idea de fundar la “Sociedad Pompieri Voluntari Della Boca”.

Los Sres. Lázaro Baglietto, Tomás Liberti, Luis Polinelli y otros, después de varias reuniones preliminares dieron a conocer a la población un manifiesto, que decía:

“Ciudadanos: una chispa podría desarrollar un voraz incendio que reduciría a cenizas nuestras habitaciones de madera. Tenemos necesidad de una Sociedad de Bomberos que en los momentos de peligro salven nuestros bienes y nuestras familias. Con tal motivo invitamos a la reunión que tendrá lugar el Domingo p.v. a las 3 p.m. en el ateneo Iris. 

¡Conciudadanos! La idea iniciada por pocos tiene necesidad de todos vosotros y de vuestro válido apoyo, y tendremos el orgullo de haber constituido una Asociación filantrópica. El domingo entonces, en el ateneo Iris, que nadie falte”.

De esa forma el 2 de Junio de 1884, -fecha que quedó consagrada en el país como el día del Bombero Voluntario– se creó la primera Sociedad de Bomberos Voluntarios de la República, que contó con el incondicional apoyo de todos los pobladores del tradicional barrio porteño.

Su cuerpo activo recibió el bautismo del fuego en un gran incendio de la fábrica de velas de Barracas al Sud, el 14 de Noviembre de 1885, obteniendo el elogio del pueblo y de la prensa en general. Esto motivó que la Capitanía del puerto de la Capital cediera al cuerpo dos bombas a vapor que fueron bautizadas con los nombres de “José Fernández” una, por el entonces diputado nacional; y la otra “Argentina”.

Cuando nada lo hacía prever, el 9 de noviembre de 1889, el Presidente de la Nación, Dr. Juárez Celman, dictó un decreto por el cual se prohibía al cuerpo de Bomberos Voluntarios de la Boca concurrir a los incendios y demás siniestros. Esta situación perduró hasta el mes de Septiembre de 1890, fecha en que el entonces presidente de la República, Dr. Carlos Pellegrini, anuló el decreto arriba mencionado, medida que fue recibida con gran júbilo por toda la población.

El 15 de Junio de 1900 se inauguró su edificio social, siendo padrino el entonces presidente Tte. General Julio A. Roca y madrina la marquesa Luisa Malaspina, esposa del embajador italiano. 

Se hace necesario recordar al Sr. Orestes Liberti nacido en 1860, como primer Bombero Voluntario del país y primer Comandante de Bomberos Voluntarios de la Boca. En 1882 el barrio porteño se vio perturbado por un voraz incendio. De entre el público salió un muchacho gritando "adelante los que se animen, vamos a apagar el incendio!". Así Orestes Liberti (1860-1836) se convirtió en el líder de aquel improvisado cuerpo de bomberos.


SÓLO FALTAN 10 DÍAS  PARA  EL  CENTENARIO

No hay comentarios:

Publicar un comentario