19/8/12


VÍCTOR HUGO ARÉVALO JORDÁN


La Archivología no puede ser separada ni abstraída de sus fundamentos teoréticos, puesto que es la síntesis resultante.

Sería imposible llegar a la más mínima conclusión archivística sin las observaciones de sus componentes tales como:

TÉCNICAS DOCUMENTALES: En cuanto a las características del documento y su tratamiento conforman motivaciones importantes en la conducta de los archivos.

ENTIDADES: Que son en su generalidad los que determinan la categoría de los archivos.

GRAFISTICOS: Fundamentalmente porque toda información contenida en los archivos se sustenta en la representación en forma escrita.

POLÍTICOS: Una concepción de Estado varía categóricamente el desarrollo intelectual y material de los archivos.

INSTITUCIONALES: Considerando que ningún archivo ha surgido sin el amparo de una Institución.

INTELECTUALES: Existe una íntima relación en el nivel cultural como motivo de profundas transformaciones y correspondencia con la administración de los archivos.

Estos fundamentos son tomados en cuenta, conjuntamente con otros de no menor importancia, para la comprensión o interpretación de la Archivología.

Entre los requisitos previos para conceptuar correctamente a la Archivología moderna, y a sus pares, Bibliotecología y Museología es necesario valorar sus contenidos, ubicándoles correctamente dentro de la Clasificación de las Ciencias y sus interrelaciones correspondientes.

Todo mensaje registrado en un soporte adecuado, un portador, transmite signos configurados, ideas posibles de ser interpretadas como información, pensamiento, actividad, conocimiento y comunicación.

Desde sus orígenes, ab origine, el ser humano siente la necesidad imperiosa de comunicación, tratando de superar su aislamiento. Posiblemente en el intento de evitar el encierro en sí mismo, buscó entre sus semejantes la satisfacción de comunicarse.

Comunicación como transmisión de información entre una fuente o emisor y un destinatario o perceptor mediante un código común, en este caso, a través de un canal directo.

Para que se diera el fenómeno de la comunicación, fue necesario el desarrollo mental, neurofisiológico, que le permitió al hombre comprender y hacerse comprender; “los que están en pugna son los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro: el izquierdo sitúa el espacio visual en un marco de claros perfiles, con unos centros y unos límites fijos dentro de los cuales los procesos son lógicos, analíticos y lineales, como en las operaciones de clasificación, indización y búsqueda lógica de soluciones; el derecho percibe el espacio acústico, sin centros ni márgenes, y en él las percepciones son holísticas, simbólicas, intuitivas y creadoras, y abarcan pautas abstractas y figuras complejas, como las que se producen a menudo al hojear libros o simplemente cuando se sueña despierto.” [1]

Este desarrollo le permitió emitir y recibir un mensaje. Facilitando además, articular cada una de las expresiones, utilizando la lengua como objeto del conocimiento, coordinando en forma natural con los medios que dispone en primera instancia: los sentidos. “De los cinco sentidos de que dispone (el hombre), dos sirven principalmente a tal finalidad: la vista y el oído que le permiten, con imagen mímica o gesto y con voz articulada en palabra, por la lengua, ponerse en contacto con otros hombres” [2].

Estos dos sentidos, unidos o articulados al don del habla, permite al ser humano transmitir verbalmente sus inquietudes, se menciona a la época fónica, como medio de expresión neta, sin el auxilio de otro elemento que no sea la gesticulación de la palabra y de las facciones, apoyado muchas veces con expresiones corporales, de las manos, de los pies, modificando el acento enfáticamente incluyendo onomatopeyas con signos propios de la fonética descriptiva.

En su largo proceso evolutivo, el ser humano siente la necesidad de que su expresión perdure, porque comprende que está limitado por las dimensiones del Tiempo y Espacio, perceptibles en su transcurrir.

Son estas dos dimensiones que le preocupan y le hacen sentir la necesidad de tener otros medios de expresión; el tiempo trae como consecuencia el olvido, es necesario crear algo que permita recordar lo que determinó, lo que se resolvió en el pasado; así mismo el espacio está condicionado al volumen de su voz, o a las circunstancias de los portadores de mensajes o mensajeros.

Cuando el ser humano amplía sus horizontes, crea el medio por el cual pueda comunicarse superando a las dos dimensiones limitantes. El hombre no inventó la escritura con el ánimo de perdurar, la trascendencia es algo muy abstracto aún, es posterior al invento de la escritura. “La escritura, aunque es el producto del pensamiento, es la expresión de la totalidad del ser humano con sus luces de entendimiento, razonamiento lógico.” [3]

Son fundamentales los factores participantes:

1.El portador o soporte físico, material, por ejemplo, pergamino, papel, cinta magnética.
2.La configuración y la forma de los símbolos comunicantes, (alfabeto cuneiforme, pictográfico o fonético).
3.La información, definida en general como contenido. [4]

NOTAS:
[1] WIMALARATNE, Id. p. 10.
[2] TANODI, Aurelio. Documento y Espacio. Trabajo Presentado en las Segundas Jornadas de Filosofía, organizado por la Escuela de Filosofía, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba, realizada en Cosquín. Córdoba. 1978. P. 1.
[3] POSNER, E. Archives in the ancient world. Citado en Grolier, Eric de. Organización de los Sistemas de información de los poderes públicos. UNESCO, París, Documentación de Bibliotecas y Archivos. Estudios e investigación. 8. 1980. P. 15.
[4] WIMALARATNE, id. p.10.

publicado el Miércoles, 15 de Agosto de 2012.

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