Prevención de Riesgos Laborales en Archivos y Bibliotecas
María del Carmen Calderón Berrocal
La prevención de riesgos laborales es una disciplina que no está tan alejada como la mayoría de los profesionales de las ciencias de la documentación creen, sino que es la pieza, o mejor, el engranaje que lo articula todo, sin lo cual nada sería posible en realidad.
Un archivo, una biblioteca, un museo son espacios en los que la seguridad es vital, tanto para las personas como para el patrimonio. Pero no hay que entender la Seguridad como se suele oír decir: “estar sin ser vistos”. NO, la Seguridad debe estar presente y ser visible. No sólo hacen falta extintores, sino que hay que saber cómo llegar a los extintores y dónde se sitúan por medio de una adecuada señalización. Por otra parte la Seguridad tiene que tener un punto de discreción, pues se trata de seguridad para las personas y el patrimonio pero también hay que conjugar el respeto y la comodidad. Es por esto que es preciso una cultura de la Seguridad a implantar en archivos, bibliotecas y museos.
Hay que vigilar sin incomodar y hay que acostumbrar al visitante, al lector y al investigador, no sólo a tener un vigilante cerca que vela por la seguridad del patrimonio sean cuadros o piezas en un museo, como patrimonio documental en exposiciones en archivos o en bibliotecas. El personal que trabaja con el patrimonio histórico debe sentirse cómodo a lo largo de las innumerables horas que dedica a la cultura, porque de la cultura ha hecho su trabajo. Es necesario pues un plan de autoprotección, hay que hacer estudio y valoración de riesgos para poder ser conscientes primero de las posibles amenazas y poder, después, luchar contra ellas, ya sean riesgos de Seguridad, riesgos ergonómicos, riesgos Psicosociales o riesgos de Higiene en el trabajo. Si los riesgos no se pueden evitar habrá que intentar, por todos los medios, reducir la peligrosidad que deviene de estos riesgos con las medidas adecuadas.
Pero la Prevención de Riesgos Laborales no es una disciplina que se pueda asimilar a las tareas de Mantenimiento de toda la infraestructura, como hay quienes se han pronunciado ya en este sentido. El mantenimiento requiere unos profesionales y la Prevención Riesgos laborales requiere otros profesionales.
Los profesionales de la Prevención de Riesgos Laborales han de acceder a esta formación siendo titulados superiores y la titulación es ya titulación universitaria, impartida en la Universidad no solo como un grado sino como un postgrado de lo que desde 2011 puede cursarse doctorado también.
Todo el personal de archivos, bibliotecas y museos debe quedar claramente implicado en la Prevención de Riesgos Laborales, bajo la dirección, que es la que asume responsabilidades preventivas. Todos, absolutamente todos deben implicarse, auxiliares de archivos, bibliotecas, museos y centros de documentación, personal administrativo, personal técnico informático, archiveros, bibliotecarios, conservadores, restauradores, personal de seguridad, personal de mantenimiento y limpieza. Todos deben adquirir su compromiso, porque en ello va su seguridad, su salud y bienestar y buena conservación de puestos y patrimonio.
La Ergonomía hará que el diseño de cada uno de los puestos de trabajo sea el adecuado. Se adapta el puesto a la persona y no la persona al puesto. Se cuida la altura de las mesas, sillas, regulación en altura y dorsal, la seguridad que pueden ofrecer las distintas máquinas y utensilios cuidando su diseño, tratando los posibles riesgos y problemas en su origen.
La Prevención se aplica a las pantallas de visualización de datos, a la iluminación de la sala y de cada uno de los puestos de trabajo. Se atenderá a la cuestión primordial de formar a los trabajadores para que adquieran buenas prácticas y hábitos saludables y para que erradiquen posturas viciadas y malas prácticas.
Se cuidarán también los aspectos psicosociales, cómo son las relaciones de trabajo entre el personal, como es la comunicación vertical y horizontal, se cuidará que los roles estén bien definidos, se cuidará una eficaz información y comunicación, así como formación. Se cuidarán y estudiaran debidamente los turnos de trabajo para que disminuyan hasta eliminarse si es posible todo posible riesgo que pueda afectar negativamente a las personas y por ende al patrimonio de estas instituciones como archivos, bibliotecas, museos, centros de documentación. El estrés, el síndrome del quemado, la ansiedad, a depresión son riesgos que pueden aparecer como enfermedades laborales, por ello estudiando desde el punto de vista preventivo a la empresa y a su personal, tendremos las claves necesarias para erradicar los vicios, más extendidos de lo que en general se admite, y que afectan tan negativamente a la población laboral en algunas ocasiones.
La Higiene Industrial es otra disciplina preventiva que hay que cuidar. La climatización defectuosa puede, por ejemplo, ocasionar legionela, síndrome del edificio enfermo, dolores de cabeza, vértigos, mareos y vómitos injustificados a primera vista y que tienen como origen una misma causa. La carga eléctrica y electromagnética son también factores a tener en cuenta, sus efectos quizás no se vean de forma inmediata pero sus efectos serán persistentes o irreversibles.
Los equipos de protección riesgos son otro tema fundamental y que deberán atender a cada puesto de trabajo en particular, irán desde una bata, mascarilla, guantes, en especialistas de ciencias de la documentación, hasta cascos para los profesionales de la arqueología y museos. Un amplio abanico que hay que estudiar, intentando que cada profesional se responsabilice de sus propios equipos de protección individual, que responda de ellos y que, sobre todo, que los use en bien personal y patrimonial.
Junto a los equipos de protección individual están otros equipos que protegen de forma colectiva, son los equipos de protección colectiva. En prevención, como en la vida, se sacrifica la parte por el todo, no el todo por la parte; se decide en primer lugar en función de la seguridad general, aunque sin descuidar, por supuesto, la seguridad personal.
Los profesionales de las Ciencias de la Documentación y Ciencias y Técnicas Historiográficas se encuentran con multitud de situaciones y muchas situaciones que no debemos dejar que pasen de meras anécdotas, porque debemos tener a punto una buena gestión preventiva. Un problema no afecta solamente al individuo que lo sufre en primera persona, sino que se deja sentir en la colectividad y por ende a las relaciones de esta colectividad entre sí; y aún cuando salen de su jornada laboral. El trabajador siente lo que le afecta en el trabajo y este sentimiento es procesado en su interior, se hace en él y con él, de forma que cuando llega a su casa, el problema puede seguir persistiendo porque no ha sido plenamente controlado, afectando también a la familia del trabajador, independientemente de la escala que ocupe en la jerarquía laboral.
Para poder responder bien ante los riesgos hay que estar bien informado y haber recibido adecuada formación, personal formación preventiva en general y formación preventiva específica para cada puesto de trabajo. No es lo mismo un puesto de dirección, que un puesto de restaurador, que un puesto de técnico superior especialista en archivística, en biblioteconomía, en museografía, en informática, en seguridad, en mantenimiento, en seguridad, etc., cada cual debe tener un estudio preventivo adaptado a sus funciones.
Publicado por MUSEA MAGAZINE 63, Noviembre 2011, www.museamagazine.com
Revista digital para los profesionales de la museologia y la museografia.
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