4/7/11

EL ARCHIVO DE DARDO CÚNEO 
SE ABRE A LA CONSULTA PÚBLICA EN LA BIBLIOTECA NACIONAL 

La Biblioteca Nacional se complace en anunciar que a partir del mes de julio se encontrará abierto a la consulta pública el archivo personal de Dardo Cúneo, reconocido intelectual, periodista y ensayista argentino, quien fuera director de esta Biblioteca entre 1985 y 1989. Los documentos que pertenecieran a Cúneo, recientemente fallecido, fueron donados en una generosa decisión de la familia en el año 2009, respondiendo al interés planteado por la Biblioteca en adquirir, preservar y brindar a la consulta los valiosos materiales que fueron reunidos por él a lo largo de su vida. 

El archivo testimonia parte importante de la trayectoria vital de Cúneo, que se extiende a lo largo de gran parte del siglo XX, desde sus primeros años en el periodismo y militancia socialista a su intensa labor desarrollada en el campo cultural. Su obra escrita, plasmada en numerosos libros y folletos y en cientos de artículos en la prensa tanto nacional como extranjera, se encuentra ahora integralmente reunida y accesible, incluyendo tanto sus primeros apuntes y borradores como las versiones finalmente editadas de sus trabajos. 

Militante del Partido Socialista desde la década de 1930, Cúneo atesoró diversos materiales vinculados a las juventudes socialistas, al viaje que realizó en España en medio de la revolución, sus cartas desde la cárcel a fines del año 1951, su posterior alejamiento del Partido y la formación de la agrupación que llevará el mismo nombre de la nueva publicación: Acción Socialista. De todos estos años se conserva además correspondencia y otros documentos que permiten acceder a los lazos mantenidos con distintos grupos y partidos afines, fundamentalmente de América Latina. 

Hacia fines de los cincuenta, Cúneo se vinculó al proyecto político desarrollista encabezado por Arturo Frondizi y Rogelio Frigerio, desempeñándose primero en la campaña electoral y ocupando después distintos cargos oficiales, como Secretario de Prensa de la Presidencia y como representante argentino ante la Organización de Estados Americanos. De esos años podrán consultarse materiales vinculados al diseño de la campaña electoral, informes que enviaba al presidente desde Washington y cantidad de proyectos y resoluciones de distintos encuentros de aquella organización internacional. 

El campo de actuación de Cúneo incluyó posteriormente la presidencia de la Sociedad Argentina de Escritores en varios períodos (1971-73 y 1980-84), una importante participación en el Consejo Nacional de Cultura de Venezuela entre 1975 y 1978, y luego su gestión al frente de la Biblioteca Nacional. Son numerosos los documentos que recogen su desempeño en estos ámbitos, entre ellos innumerables cartas enviadas a Cúneo por escritores del interior del país y otras filiales de la SADE, proyectos, boletines y documentos que testimonian el funcionamiento de esta institución. 

Cabe mencionar también el abundante el material recopilado por Cúneo de acuerdo a sus áreas de interés, especialmente acerca de temáticas como socialismo y utopía, historia argentina y americana, literatura y poesía, así como lo reunido durante las investigaciones realizadas para sus libros como Juan B. Justo, Historia de América Latina y Comportamiento y crisis de la clase empresaria, entre muchos otros. 

También se encuentran a disposición del público las colecciones de publicaciones periódicas que forman parte del archivo de Dardo Cúneo, tanto aquellas en las que tuvo un rol central -como Futuro, Acción Socialista, Semana Obrera, Cuadernos del Mañana y América Libre-, como otras en las que colaboró asiduamente -como la mexicana Cuadernos Americanos, la Revista Nacional de Cultura de Venezuela, DavarComentario y Dinamis, y muchos otros títulos que reunió a lo largo de los años. 

Para obtener mayor información o consultar este archivo, los interesados pueden comunicarse al área de Archivos y Colecciones Particulares al teléfono (54-11) 4808-6063, escribir al mail archivosycolecciones@bn.gov.ar, consultar la página http://www.bn.gov.ar/archivos-y-colecciones-particulares, o acercarse a la sala de consulta en el 3er. piso de la Biblioteca de lunes a viernes entre las 10 y las 17hs. 

Julio 2011

Poeta, ensayista, historiador, pensador, periodista y luchador social argentino, nacido en Buenos Aires el 14 de febrero de 1914 y fallecido en su ciudad natal el 14 de abril de 2011. Hombre de vasta formación cultural y vivas inquietudes socio-políticas, dio un impulso notable a la investigación literaria y contribuyó a la divulgación de la vida y obra de algunas de las figuras más brillantes del socialismo Hispanoamericano.

Hijo del jefe de rotativas de La Prensa -uno de los diarios de mayor difusión en Buenos Aires-, heredó precozmente la vocación periodística de su padre, al que convenció para que le dejara pasar muchas horas de su infancia y adolescencia en las salas de máquinas del taller donde se imprimía dicho periódico. Fue así como se familiarizó, siendo apenas un muchacho, con las bobinas de papel, la tinta y los linotipos de la redacción, al tiempo que iba asimilando también ese ideario socialista que -al igual que en la vieja Europa- era moneda corriente entre impresores y tipógrafos.

Volcado a la acción política desde su temprana juventud, cuando apenas contaba veinte años de edad cruzó el Atlántico con la intención de entrevistar a los principales líderes del Socialismo español -entre ellos, al periodista, escritor y diplomático Julio Álvarez del Vayo, gran amigo de Dardo Cúneo a lo largo de toda su vida-. Durante este viaje a la Península ibérica, el joven periodista argentino tuvo ocasión de conocer en persona a Julián Besteiro, líder del sector moderado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE); y de mostrar su apoyo y ofrecer su colaboración al gobierno republicano que, en vísperas de la inminente Guerra Civil, se sentía ya gravemente amenazado por el fascismo rampante.


Eran las vísperas de la Guerra Civil Española, el 30 julio de 1936, cuando el diario Crítica tituló: "Un camarero republicano tomó el mando del barco español Santo Tomé", una crónica firmada por Dardo Cúneo, pasajero del buque que iba en viaje a Valencia y fue desviado a Dakar por los tripulantes. Cúneo iba a España a ver a su amigo socialista Alvarez del Bayo y terminó escribiendo muchas crónicas desde Madrid, claro. El ejemplar de Crítica que está ahí, en una vitrina del primer piso de la Biblioteca Nacional, es un testimonio más de la exposición "Dardo Cúneo, militante de la utopía".

[...] "Es un heterodoxo, un romántico de la política, un socialista que nunca fue gorila. Es un luchador insobornable, tenaz, erudito, memorioso, gran lector, trabajador como pocos y generoso", lo definió Horacio Salas. Entre los más de cuarenta libros que escribió Cúneo, Salas recordó su "Juan B. Justo y las luchas sociales en la Argentina", "Comportamiento y crisis de la clase empresaria", "Esquemas americanos" y "Sarmiento y Unamuno". 

"Dardo es un hombre imprescindible, un hombre que supo de ausencias, presencias y exilios, como el buen argentino que es", dijo el periodista Carlos Ulanovsky, quien recordó su paso por la revista Qué en sus distintas etapas. En 1946, este semanario que vendía 100.000 ejemplares, inspirado en el estadounidense Time, tenía entre sus redactores a Vicente Fatone, Ernesto Sabato, Jacobo Timerman, Rogelio Frigerio, Raúl Scalabrini Ortiz y Julio Payró. Cerrada por el peronismo, Qué volvió en 1957 para apoyar la campaña de Frondizi, con Cúneo y Frigerio en la dirección de la revista, donde escribían entre otros Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Noé Jitrik y León Rozitchner.

Muy popular como ensayista político, Dardo Cúneo escribió también diez libros de poesía, entre ellos "Sonetos con Dios", "Cancionero de frontera y anticipación" y en 1958, "El fusilado". El pintor Luis Felipe Noé contó [...] que él fue quien ilustró "esos poemas que aludían a los fusilamientos de militares peronistas como el general Valle". 

"Cúneo tiene amigos que lo conocen personalmente y muchos otros que son amigos anónimos, sus lectores. Yo soy uno de ellos, desde siempre, porque su obra es una galería de la vida argentina", dijo el escritor Alvaro Abós. En su opinión, "Cúneo es un maestro en el difícil arte de la biografía, se ocupó de todos, de Lisandro de la Torre a Leopoldo Lugones, el payaso Frank Brown, el socialista Mario Bravo".


Durante el gobierno de Frondizi se desempeñó en cargos oficiales, primero como Secretario de Prensa de la Presidencia y luego como representante argentino ante la Organización de Estados Americanos. 

Además, fue presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (1971-1973), fue asesor del ministro de Economía José Ber Gelbard entre 1973 y 1974, participó del Consejo Nacional de Cultura de Venezuela entre 1975 y 1980, y luego retornó al ámbito de la Secretaría de Cultura y a la SADE (1980-1984), y fue director de la Biblioteca Nacional (1985-1989). 

La actividad periodística de Dardo Cúneo pasó por Ultima Hora, La Razón, Crítica, El Mundo y La Vanguardia. Colaboró con las revistas El Hogar, Mundo Argentino, Aquí está, Qué y Esto es.


Cúneo Dardo - La Reforma Universitaria (1918 - 1930) 

La reforma universitaria (1918-1930)
Selección, prólogo y cronología: Dardo Cúneo
Materias: Educación, Filosofía s. XX, Historia de Latinoamérica s. XX, Pensamiento político s. XX, Sociología, Reforma universitaria
Páginas: XXIII + 312

Un documentado estudio preliminar a cargo del historiador argentino Dardo Cúneo, centrado en la extensión y significado de la reforma universitaria, precede a una vasta selección de documentos y textos producidos por ese movimiento estudiantil original y profundamente influyente que, con epicentro en la Argentina de 1918, sacudió a América y sus esclerosadas instituciones universitarias de la época. Partiendo del Manifiesto liminar redactado por los promotores del movimiento, se ordenan por países y dentro de cada uno cronológicamente, materiales nunca sistematizados antes y, en muchos casos, provenientes de publicaciones de difícil acceso, originados en Perú, Chile, Cuba, Colombia, México, Panamá, Paraguay y Bolivia, claro testimonio de la repercusión alcanzada. Completan el volumen artículos de ideólogos del movimiento, y de algunos de sus exégetas exponiendo el contenido y alcances de ese proyecto político-cultural cuya influencia se prolongó por décadas y tuvo ecos hasta en España.


Ha muerto Dardo Cúneo (1914 - 2011)

Ha muerto en Buenos Aires, a los 97 años, el ensayista político, periodista y militante socialista Dardo Cúneo. Los obituarios españoles y argentinos han recordado que durante los primeros días de la guerra civil española el joven Cúneo vivió un motín en el barco que lo llevaba de Buenos Aires a Valencia, y que la primera de sus crónicas de guerra para el diario Crítica fue enviada desde Dakar, adonde los tripulantes republicanos habían desviado el “Cabo Santo Tomé” para así evitar las islas Canarias, que estaban ya en manos de los sublevados. 

En esa crónica, firmada el 30 de julio de 1936, relató lo siguiente: “El capitán estaba interesado en llegar a Las Palmas. Los tripulantes se reunieron y consideraron desfavorable para sus propias vidas el propósito de aquel. Pensaban que en Las Palmas, dominada por la insurrección, serían posiblemente detenidos por su condición de obreros que acababan de telegrafiar al presidente del Consejo de Gobierno de Madrid, poniéndose incondicionalmente a sus órdenes. Fue entonces cuando resolvieron sublevarse. (...) Los delegados subieron al puente de comando forzando al capitán a variar el rumbo (...) Desde ese momento, se comenzó a ejercer el poder obrero. El verdadero capitán resultaba ser Gustavo Noriega, que seguía desempeñándose en su puesto de mozo de comedor, pero, a cada momento, debía abandonarlo para subir al puente de comando, donde estaba, en realidad, su puesto”. 

Cúneo llegó de Dakar a Valencia, y se trasladó en seguida a Madrid, donde una carta de recomendación del socialista argentino Mario Bravo le permitió conocer a Julio Álvarez del Vayo, Luis Araquistain e Indalecio Prieto. Décadas después, en el ensayo “La inocencia de España” (1966), recordaría sus primeras impresiones de Madrid: 

“Madrid era –sí que lo era– toda una fiesta. Su primer heroísmo tenía cara despreocupadamente alegre, tenía voz festiva, tenía paso desinhibido y arrogante. Toda la ciudad era un único barrio que estallaba en liberadas soberbias populares. Los ciegos recitaban tantas veces o más que El testamento de mi suegra, un recientísimo Himno proletario. Lo escucho en una esquina de Cuatro Caminos, mientras el mono bailarín es el único sobreviviente de los viejos estilos y el lazarillo reparte, con la variante de estar impreso en rojo: ‘Surge al viento / surge al viento / la victoria del pueblo español. / Ya está muerto / ya está muerto / fascio, clero y religión / y religión’. Un aire, si no viento, triunfal alentaba como un gran acto de inocencia. Parte de ese acto es el sacrilegio: una mañana, aparece el Niño Jesús de la Iglesia de San José expuesto en el atrio, sobre Alcalá, con esta leyenda: ‘Traicioné a los fascistas’”. 

La inocencia de España tenía también su lado sangriento. Unos compañeros de la Juventud Socialista de Valencia llevaron a Dardo Cúneo a ver las víctimas de los “paseos” nocturnos. Se acercó con esos compañeros, y otros curiosos, a inspeccionar el cadáver de uno de los ajusticiados: “Ahí está, como lo dejaron, como lo acaban de dejar, los ojos pegados a la tierra y mostrando en la nuca el hueco reventado por donde se internó la bala, impuesto a una postura normal de accidentado, de abatido sin anécdota, de muerto y nada más que abandonado. Trazas, claro está, de lo que esos campesinos están llamando así: ‘Era un señorito’. Era uno de los otros, muy distante de ellos, ajeno a ellos, por sobre ellos, humillación de ellos. Miro sus caras y se les lee fácilmente una gozosa adhesión que va subiendo a los tonos de una alegría que no consentiría disimularse, a punto de ser empujada a júbilo, como si hubiera llegado el día esperado para ella. Esa alegría los sobresalta desde dentro y los hace respirar a gusto, en muda carcajada, el airecito de la mañanita, interferido por ese olor a sangre no del todo muerta que sube hasta las narices y por ahí, también, los regocija, los entusiasma”. De eso, comenta Cúneo, no se le habría ocurrido escribir en sus crónicas. 

Hay otra anécdota de inocencia en el ensayo de Cúneo, que habla de un miliciano anarquista en un puesto de carretera que tenía el encargo de exigir la documentación a todos los conductores. Cuando al despedirse le decían “Adiós”, el miliciano anarquista se indignaba, gritándoles: “¡Adiós, no! ¡Que estamos en la república social! ¡Salud, camarada!”. Continúa Cúneo: “No acertaba ningún automovilista a saludarlo en la forma que el miliciano quería. En su pasión –en su discordia española–, se dijo: ‘Si el próximo no me saluda con un “¡Salud, camarada!”, le quemo los neumáticos a tiros.’ El próximo lo sorprendió. Lo saludó así: ‘¡Salud, camarada!’, y de su sorpresa –de su concordia española–, surgió rápido este grito: ‘¡Gracias a Dios!’”.


Dardo Cuneo 
Falleció en Buenos Aires 

Fall. el 14-4- 2011. - Sus hijos Graciela y Raúl, Dardo y Rita; sus nietos Nicolás, Martín, Álvaro y Francisco, su hermana Dolores Cuneo; sus nietos del corazón Pelu, Miguel y Sofía Toledo y sus fieles colaboradoras Ema, Laura y Ani participan su fallecimiento. Se reunirán hoy, en el crematorio del cementerio de Chacarita, 14 hs. CASA CICHERO S.A.
 

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