16/12/12

NORMAS PARA EL INGRESO AL MAGISTERIO
De la década del 30 a la del 50
Adrián Cammarota*

"En marzo de 1946 se produjo un movimiento de padres y alumnos contra la implementación de un examen de selección para el ingreso al ciclo del magisterio debido al exceso de maestros y aspirantes al mismo. (53)

El caso, que tomó notoriedad en la prensa de la época, se constituyó en una de las problemáticas más urgentes con las cuales se enfrentó el peronismo tras su advenimiento al poder: un discurso oficial que hacía referencia a la formación y la “elevación cultural” de la juventud aunado a la necesidad de restringir el acceso inmediato al conjunto del estudiantado por la consecuente saturación del sistema.

En la década de 1930 y 1940 coexistieron normas para el ingreso al magisterio por fuera de los parámetros del examen de mérito: “el examen de aptitud”. Los requisitos eran tener 16 años, haber obtenido 6 o más puntos en el ciclo básico de enseñanza, aprobar el examen médico. La prueba de aptitud integraba un conjunto de características que el educador debía poseer supuestamente inherente a su función. Los mismos eran elocución fácil, riqueza del vocabulario, dicción exacta, modales finos y sueltos y disposición para entonar una canción patriótica. (54)

En la etapa conservadora las tipologías biologicistas devenidas de la eugenesia alimentaron el perfil del maestro elaborado por los positivistas. Los impedimentos eran de diversas índoles: jorobados, mudos, epilépticos, fóbicos, degenerados mentales, cleptómanos, morfinómanos se hallaban impelidos de ejercer la docencia. (55)

En la década de 1940 las distinciones se realizaron sobre el nivel de conocimientos adquiridos en base al promedio obtenido menos en la cuestión orgánica y composición racial de los aspirantes. Esta diferenciación separa a las prácticas pedagógicas del peronismo de las pregonadas en décadas anteriores basadas en los postulados de la eugenesia.

Si bien el peronismo no proyectó en el campo educativo un sesgo biologicista como en la etapa conservadora, cierto determinismo darwinista reinó en el sistema. “Los mejores” debían recorrer el camino que iba del secundario a la universidad. El mecanismo para seleccionar y restringir el ingreso a los estudios superiores era el examen de mérito. Como recordaba una profesora del Colegio Nacional de Morón – Provincia de Buenos Aires- creado bajo la gestión de Ivanissevich en el año 1949- “ingresaban a la escuela los más preparados”. (56)

En términos legales esta situación estaba acreditada por la reforma constitucional del año 1949 que aludía a esta cuestión mencionada en los siguientes términos:

“Los alumnos capaces y meritorios tienen el derecho de alcanzar los más altos grados de instrucción. El Estado asegura el ejercicio de este derecho mediante becas, asignaciones a las familias y otras providencias, que se configuraran por concurso entre los alumnos de todas las escuelas”

Es decir, las becas se distribuían entre aquellos alumnos que ya se encontraban dentro del sistema y entre aquellos que merecían la estimación material del Estado. Desde otro ángulo, podemos interpretar que el examen meritorio para ingresar a los Colegios y Liceos, la solvencia económica de las familias, la lejanía de los establecimientos educativos y la falta de asientos en los mismos estructuraron un sistema restringido. Los alumnos/nas “excedentes”, es decir los que no lograban sortear estos obstáculos, no quedaban tajantemente excluidos del sistema: una variedad de oficios del proyecto industrial del peronismo o la educación técnica componían su horizonte de posibilidades.

La movilización social por medio de los estudios secundarios quedaba restringida a un sistema de orden meritorio. Esta situación era consecuente con el Primer Plan Quinquenal que orientaba hacia la profesionalización y adquisición de conocimientos en el sentido práctico y con la Constitución Reformada del año 1949, la cual no menciona la capacitación para el trabajo en el nivel medio del sistema ni ofrece la apertura irrestricta del nivel. (57)


El mismo Plan Quinquenal atenuaba las aspiraciones universitarias del conjunto de la población. A pesar de que la Universidad no poseía un sistema de enseñanza arancelado el aspirante debía poseer calificaciones suficientes en el nivel secundario para ingresar a ella. A partir del año 1950 el Consejo Nacional Universitario estableció un conjunto de condiciones de admisibilidad que eximía de “toda prueba de capacitación o suficiencia para el ingreso” a aquellos alumnos egresados del Colegio Militar, Escuela Naval y Escuela Aeronáutica y los egresados de los Liceos Militares. De los Colegios Nacionales y Liceos que merecieron este privilegio se encontraban aquellos establecimientos de orden tradicional: el Colegio Nacional de Buenos Aires, del Colegio Nacional y Liceos de Señoritas de La Plata, del Colegio Nacional de Montserrat de Córdoba y del Colegio Nacional “José de San Martín” de Cuyo. Otra de las condiciones – tributaria de los postulados eugenésicos- era que el aspirante debía “justificar condiciones de moral y salud”. (58)

NOTAS:
(53) BERNETTI Jorge Luis y PUIGGRÓS, Adriana. (2001): “Los discursos de los docentes y la organización del campo técnico profesional” en: PUIGGRÓS, Adriana (dirección), Peronismo: Cultura política y educación (1945-1955), Buenos Aires, Galerna, p. 196
(54) Ministerio de Justicia e Instrucción Publica, Examen de aptitud para los aspirantes al magisterio, decreto 4292 del 15/2/46, en Boletín del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, Año IX, nº 71 al 75, 1/1 al 31/5/ 46 pp. 319-321, ibidem pp. 210-211. 
(55) Rodolfo Senet: La educación primaria. Cabaut y Cìa. s/f p. 37-51, ibidem p. 211. 
56 El Colegio Nacional de Morón fue uno de los tantos colegios creados por el gobierno de Perón entre los años 1949-1952. Por aquel entonces, el distrito se encontraba en un proceso de urbanización y diversificación social. Los jóvenes del distrito que aspiraban a seguir sus estudios debían obtener una vacante en los colegios nacionales radicados en Capital Federal o solventar los gastos en una escuela privada en su lugar de residencia. 
(57) Adriana Puiggrós y Jorge Bernetti, ob. cit., p. 249.
(58) Boletín de Comunicaciones, año I, nº 100, 20 de enero de 1950, Nº 100, pp. 2934- 2935. 

Candidato a Doctor en Ciencias Sociales, UNGS-IDES. Magíster y Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Tres de Febrero.

Fuente: "Eugenesia y educación en la Provincia de Buenos Aires (1936-1955)". Ponencia de Adrián Cammarota. SEGUNDAS JORNADAS NACIONALES DE HISTORIA SOCIAL - 13, 14 y 15 de mayo de 2009 - La Falda, Córdoba - Argentina

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