2/12/10

El peso de los Archivos

Leímos en el matutino La Nación, de Buenos Aires:

Lunes 29 de noviembre de 2010

Acumulación de expedientes / Programa de alerta temprana 
La matemática permitiría prever el colapso de los juzgados 
Avisaría con anticipación la probabilidad de que el peso del papel amenace los juzgados

Nora Bär

Las noticias dadas a conocer en las últimas semanas acerca del peligro de colapso de los juzgados porteños, como el que aloja los tribunales previsionales, en Marcelo T. de Alvear al 1800, ofrecen una increíble ilustración del clima de pesadilla que recreó en sus novelas Franz Kafka.
Con 35.000 nuevos pleitos anuales y 400.000 expedientes esperando resolución, el peso del papel acumulado amenaza peligrosamente con superar el límite de 270 kg que, según el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, no debería transgredirse si se pretende mantener a salvo la integridad de los edificios.
Pero si es imposible detener el febril ingreso de expedientes (ni siquiera lo logró una feria judicial de tres semanas autorizada a pedido de los juzgados), el licenciado Ricardo Miró, matemático "residente" del Poder Judicial, acaba de desarrollar un sistema que daría una señal de alerta meses o años antes de llegar a estas crisis terminales.
"Ya son cuatro las oportunidades en que hay edificios judiciales que colapsan por el peso de los papeles acumulados -cuenta Miró-. Estuve trabajando durante los últimos cinco años en este tema y desarrollé una serie de algoritmos que permitirían anticiparse a esta suerte de «tsunami» judicial."
Contra los maremotos no hay nada que hacer una vez que llegan a la costa, pero se pueden predecir con boyas de alerta. Los algoritmos formulados por Miró permiten crear una suerte de "boyas virtuales" que emiten la llamada de peligro y permiten arbitrar medidas excepcionales para acelerar el tratamiento de los casos.
Para esto, Miró se valió de la teoría de caminos al azar y del algoritmo conocido como Ruina del Jugador (que consiste en calcular la probabilidad de que un jugador arruine al contrario en un juego a un número indeterminado de partidas, cuando ambos lo inician con un cierto capital).
"Si se tomaran en serio estos pronósticos -dice Miró, que fue invitado por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA a exponer este trabajo-, la administración judicial podría prepararse adecuadamente para atender las ondas de demandas con meses o años de anticipación."
El matemático, que confiesa sentirse angustiado por las dilaciones que están condenadas a sufrir en oscuros anaqueles las demandas de jubilados, afirma que es posible predecir inteligentemente la descomunal acumulación de expedientes de modo que las autoridades de la Justicia tengan argumentos sólidos para contratar abogados despachantes y así multiplicar la capacidad de procesamiento paralelo en los juzgados y disminuir la probabilidad de colapso o cancelarla.
"En este trabajo me baso en estudios sobre la difusión de un matemático croata muy distinguido, William Feller -explica Miró-. Los problemas de difusión son muy importantes en física. Por ejemplo, si uno tiene un secante y le tira un chorro de tinta, la mancha se va expandiendo hasta que se seca. Haciendo una asociación con lo que ocurre en los juzgados, esto sería equivalente a la finalización del tsunami. Pude modelar ese proceso y cuantificar cuál es la probabilidad de ingreso y de resolución de los expedientes. Lógicamente, siempre entran más que los que se resuelven. Si la probabilidad de avance es menor que la de resolución, el colapso está más lejano. Este programa mide la duración promedio hasta el colapso y lanza una llamada de alerta. Ya cuando el edificio cruje no hay salida, por lo menos para la tecnología con que contamos ahora. Lo interesante es anticiparse."
Miró trabaja desde hacía alrededor de veinte años en el cuerpo de peritos contadores de la Corte Suprema, donde aporta técnicas estadísticas para analizar grandes masas de datos. El sistema lo desarrolló en su casa y en sus horas de descanso.
"[El matemático, físico y astrónomo italiano Joseph-Louis de] Lagrange decía: «Si una teoría científica no se puede explicar a la primera persona que pasa por la calle, no está terminada» -dice Miró-. En este caso, los abogados no tienen por qué entender este sistema. Igual que cuando uno va a someterse a una tomografía computada no es necesario que entienda la «transformada de Radón-Calderón», que se usa para el escaneo sagital y para reconstruir la imagen... El sistema incluso podría alimentarse automáticamente y monitorearse desde una oficina de estadística. Simplemente con ingresar cuántos expedientes entran y cuántos se resuelven, uno ya sabe cuándo se está acercando al colapso."

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