EDITORIAL
Oportuna advertencia de especialistas
en defensa de los archivos oficiales
La posibilidad de que se pierdan documentos de futuro valor histórico, que se acumulan en forma desmedida en los archivos oficiales de distintos organismos de la Provincia, sin que se los sistematice y se los salvaguarde en forma debida, surgió como una de las principales conclusiones del 1º Congreso Nacional de Archivos, Bibliotecas y Museos, que tuvo lugar en nuestra ciudad.
En ese encuentro, más de trescientos especialistas reclamaron la sanción de una ley provincial que aporte soluciones a la seria amenaza que enfrentan hoy los documentos acumulados en archivos oficiales. Allí se explicó que el riesgo existe a partir del crecimiento registrado por muchos organismos públicos en los últimos años y, con él, la masa documental que producen. Además, aludieron al mal manejo de los plazos de guarda, lo que ha llevado al virtual colapso de muchos archivos públicos.
Así, ejemplificaron que, contra lo que debería hacerse -conservar los papeles durante un determinado plazo y luego seleccionar cuáles deben destruirse o pasar al Archivo Histórico de la Provincia-, hoy se acumulan documentos en forma desmedida y cada vez resulta más difícil rescatar aquellos que tienen valor.
En declaraciones a este diario, el director del Archivo Histórico provincial destacó que se está hablando de centenares de archivos de distintos ministerios, municipios, hospitales y de otras dependencias públicas. Señaló que los documentos que hoy se acumulan en ellos no sólo implican derechos de las personas sino que contienen, en no pocos casos, valiosas referencias históricas, de modo que lo que los especialistas reclaman es la presencia de una norma que ordene el sistema para determinar cuál es el camino que debe seguir la documentación.
No parece necesario enumerar la analogía existente en los casos de cuantiosas pérdidas de material valioso, registrados en no pocos museos y bibliotecas de nuestra ciudad. Miles de libros, colecciones de gran valor histórico, debieron ser sacados de los anaqueles o lisa y llanamente se perdieron para siempre, luego de sufrir largos procesos de deterioro sin que se actuara a favor de ellos aplicando procedimientos de selección y tratamientos eficaces.
Por lo aquí visto, similar proceso de deterioro sufren los documentos públicos, apilados al azar durante años, sin ponderarse si allí sólo existen papeles para reciclar o documentos que con el tiempo cobrarán un valor trascendental. De allí que resulte auspiciosa y oportuna esta severa advertencia formulada por los especialistas.
Lo cierto es que la puesta en vigencia del tema por la realización de jornadas en nuestra ciudad, que apuntaron a potenciar el valor de los archivos oficiales, abre una instancia importante para plasmar sistemas de identificación y preservación de una riqueza documental que no debe perderse bajo ninguna excusa.
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