No se como será en otros países (como España, Estados Unidos, Argentina, etc.) el organigrama en el cual se inserta el Archivo Nacional, donde se guarda la memoria documental de una nación.
En Chile, lamentablemente, el Archivo Nacional es parte de un conglomerado mayor que se llama Dibam (Dirección de bibliotecas, archivos y museos) que a su vez depende del Ministerio de Educación.
En esta estructura , cuyo énfasis está puesto en la educación, la Biblioteca Nacional y el resto de más de 170 (creo) bibliotecas públicas, se llevan gran parte de los presupuestos, en seguida vienen los museos (Nacionales y regionales pertenecientes al Estado) en donde el Museo Nacional de Bellas Artes tiene un presupuesto bastante cuestionable, pero que hasta cuando yo trabajé en ese museo (1992) el grueso de sus ingresos los obtenía de los auspiciadores de las exposiciones y eventos (aparte de ser una vergüenza, la naturaleza de las actividades dependía de los privados, que no siempre están dispuestos a apoyar ciertas corrientes artísticas).
Pero el Archivo Nacional de Chile, con todas sus dependencias regionales, es el "hijo adoptado", al que nunca se le ha dado ni la importancia ni los dineros para posicionarlo en su importantísimo rol.
Siempre digo lo mismo: si en la biblioteca Nacional se pierde o destruye algún libro, no es imposible obtenerlo, pues los libros se editan por miles de ejemplares.
En cambio, si un documento guardado en el Archivo se lo roban o se destruye, ese papel ya no se puede reponer: es único ejemplar. Y es allí donde los políticos no logran visualizar la importancia de dichos documentos únicos, principalmente porque no están interesados en ahondar en el tema o por simple y llana ignorancia. Ellos siempre argumentan que hay otros temas contingentes más importantes (como si no se pudiera masticar chicle y cruzar la calle al mismo tiempo).
Quizás este correo pudiera servir para que conversemos y propongamos a los políticos que el Archivo Nacional deje de depender del Ministerio de Educación (o de Cultura, que es peor) y que pase a ser el único "hijo" del Ministerio del Interior, ya que ése debiera ser el ministerio que recopile, preserve, maneje, restaure y ponga en uso, todos los documentos provenientes de la actividad del Estado (sean Real Audiencia, Capitanía General, Conservador de Bienes Raíces, Gobierno en general, ministerios de Justicia , como los archivos judiciales que tienen dependencia del A. Nac., de Salud, Minería, Relaciones Exteriores, Agricultura, etc., etc., etc., etc.
Es Interior la entidad que debiera hacerse cargo, que debiera proveer de edificios adecuados para los fines archivísticos y no adaptar, por ejemplo , el que era el Museo Histórico Nacional, con bóvedas climatizadas, con salas de exhibición de documentos patrimoniales, con buenas salas de lectura y consulta, con computadores de máxima resolución para la lectura de microfilmes, con salas especiales para investigadores, con una infraestructura óptima, y que no sea un lugar "donde de apilan papeles polvorientos y donde hagan sus fiestas los ratones y las polillas", como alguna vez escuché de las personas de la calle cuando se les preguntaba qué era el Archivo Nacional.
El Bicentenario, aparte de todas las empanadas y vino, de los asados, de las cuecas y los fuegos artificiales, de los desfiles militares y todo tipo de fiestoca, también se podría haber celebrado colocando la primera piedra de una nueva institucionalidad para el Archivo Nacional y la primera piedra de un nuevo edificio hecho sólo con ese propósito.
El problema es que yo soy un don nadie, no tengo y nunca he tenido santos en la corte, y por tanto mi voz nunca se escucha, mas parece un extraño y molesto murmullo que zumba en los oídos de algunos mas sensibles. ¡Viva Chile, América, y el Bicentenario! y sigamos escuchando a los ignorantes que por la Televisión insisten en que Chile cumple 200 años y que antes era un Agujero Negro, donde no existía nada.
Jean Pierre, espero que el Perú haya manejado mejor estos temas de la memoria histórica intangible. En lo tangible, da gusto ver ciudades como Lima y Cusco (que son las que conozco), como conservan sus edificaciones magníficas.
Un cordial saludo
Pedro Torres L.
chilegenea@gruposyahoo.com
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