27/4/08

Brevísima noticia histórica de la institución


Brevísima noticia histórica de la institución (corregida y actualizada marzo 2011)


La Escuela Normal de Maestras, primer colegio oficial de estudios secundarios de Quilmes, se creó por ley nacional de 1912, en la gestión ministerial de Juan M. Garro, durante la presidencia de Roque Sáenz Peña. Sin embargo, la misma fue concreción de un proyecto de la comunidad quilmeña liderado por el Inspector Técnico de Escuelas y antiguo maestro de la localidad, Sr. Atanasio Lanz, quien en ocasión de su ascenso a Inspector pronunciara las siguientes palabras: “La enseñanza de Quilmes necesita para su progreso y perfeccionamiento una Escuela Normal, donde vayan los niños con todas las comodidades y en forma poco onerosa obtengan el título que los acredita como educadores y para que una vez recibidos apliquen su saber principalmente en las escuelas del distrito.” 

La noche del 5 de marzo de 1911 se realiza en el edificio del Club Social, sito entonces en la calle Rivadavia entre Alvear y Brown, un banquete al que concurrieron más de treinta personas para homenajear al señor Anastasio Antonio Lanz por su nombramiento como Inspector de Escuelas. El homenajeado es un hombre de 34 años nacido en “Casa de Teja”, luego “San Juan” y hoy Florencio Varela (en el año 1877).

Al agradecer la demostración de la que es objeto, Lanz pronuncia un discurso que contiene en uno de sus párrafos, el “germen principio – origen, de la Escuela Normal Mixta de Quilmes. 

Antes de lanzar esta idea, Lanz había efectuado un estudio de la necesidad que tenía Quilmes y todos los centros de población que lo rodean, de poseer un establecimiento de educación secundaria oficial.

Reconoce que existen en el partido numerosos colegios primarios de cuyas aulas egresan centenares de niños, que quedan sin proseguir carrera; algunos por falta de recursos pecuniarios, otros por temor de los padres de enviarlos a la capital, o por no conseguir asientos en las escuelas normales que en ella existen.

Lanz considera que los pueblos como Quilmes responden mejor como centros de estudio que una gran metrópoli y que está localidad sirve a núcleos de población como: Bernal, Berazategui, Ezpeleta, Conchitas (actual Hudson), Wilde, Los Hornos (hoy Bernal oeste), la Colonia (hoy Quilmes oeste) y Florencio Varela. 


Sabe que para el magisterio se preparan libremente en Quilmes 40 niñas, que si existiera una Escuela Normal en Quilmes con seguridad la cifra llegaría a cien, por lo tanto afirma que el partido necesita una Escuela Normal. Sus palabras como una semilla arrojada en buena tierra se recibe con entusiasmo por la población, y se planea formar una comisión de personas caracterizadas para gestionar ante las autoridades nacionales la inmediata instalación de una Escuela Normal y además un Colegio nacional. 

El Sr. Lanz (hijo) fue corresponsal del diario La Prensa por la comunidad de Quilmes y Berazategui desde 1904 hasta 1919, y en esas páginas podemos encontrar las numerosas menciones que dan cuenta de las vicisitudes que tomaron cuerpo a los largo de la etapa prefundacional y fundacional.

El 27 de agosto de 1911 puede leerse: “El pueblo de Quilmes cree a justo título que será oído en su demanda por las altas autoridades de la Nación, pues lo que solicitará está ampliamente justificado. Su población pasa de 30.000 habitantes, su instrucción primaria está adelantada, como en la misma Capital Federal, poseyendo 26 escuelas de la provincia, más el Colegio Salesiano y María Auxiliadora de Bernal, La merced, San Jorge, San Luis, San José, Alemán, Inglés (de niños), Cousillas y otros. A pesar del incremento de la Instrucción primaria, no posee ningún colegio de enseñanza normal, ni secundaria, perdiéndose por esa causa innumerables aptitudes que podrían, con éxito, ejercer la carrera del profesorado como la universitaria.

Si se creara una Escuela Normal en Quilmes, produciría cincuenta maestros normales que prestarían grandes servicios en la provincia y en la Capital Federal, los que no poseen el personal docente preparado para ocupar los nuevos puestos que el progreso escolar reclama.”

También el periodismo local impulsó la demanda surgida de “pequeños comerciantes, industriales y propietarios, los que cifrarían su porvenir en que sus hijos obtuvieran un título profesional que les sirviera para ejercitar sus actividades en un campo relativamente elevado.”

Con este propósito se formó la comisión que generó todas las acciones necesarias para la concreción del proyecto, dando lugar –en el Congreso Nacional- a la creación de esta escuela y tres Normales más simultáneamente: la de Lomas de Zamora, la de San Fernando y una en San Francisco, Provincia de Córdoba. 

En un principio se corrió el riesgo de que la creación establecida por ley se trasladara al barrio de Belgrano (en la Capital Federal), a falta de instalaciones apropiadas. Pero la inmediata reacción de la población local resultó en la cesión transitoria de aulas de la escuela Nº 1 para posibilitar su funcionamiento. Los meses siguientes ocupó viviendas alquiladas a ese fin, hasta que el año 1915 dio inicio a las actividades en la manzana que aún ocupa, entre las calles Mitre, Sarmiento, Colón y Conesa.

Este local también era una vivienda, alquilada por el Consejo Nacional de Educación a una familia que -por razones de negocios- la habitó durante poco tiempo pues se trasladó a La Plata, donde había adquirido una fábrica de ladrillos. Nos referimos a la familia Ctibor. La casa había sido edificada el siglo anterior por otra familia prominente de la sociedad quilmeña, los Clark.

Así, el 23 de octubre de 1912 se inauguró oficialmente la “Escuela Normal de Maestras”, que inició sus clases con un Curso Normal integrado por 42 alumnas y un Departamento de Aplicación que incluía los 7 grados con un total de 151 alumnos. En 1914 pasó a denominarse “Escuela Normal Mixta”; dos años después se graduó la primera promoción, compuesta por 21 señoritas y un varón proveniente de otro establecimiento.

El Director-Fundador se llamó José Domingo Sosa del Valle y tenía de 34 años de edad al asumir sus funciones. Este catamarqueño se había graduado como Profesor Normal en la Escuela Normal de Profesores de la Capital en el año 1899 y anteriormente se desempeñó como Maestro de Grado en la Escuela Nº 1 de varones del partido de General Sarmiento, luego fue Sub Preceptor en la Escuela Nº 1 del Consejo Escolar 14 de la Capital Federal; más adelante fue ascendido allí mismo a Preceptor y a Vice-Director. También prestó servicio en la Escuela Nocturna “A” del expresado Consejo como Sub Preceptor hasta que fue designado Director, cargo desempeñado hasta 1909. En esta fecha fue nombrado Regente y catedrático de Idioma Nacional y Aritmética en la Escuela Normal de Santa Rosa de Toay, provincia de La Pampa. Finalmente en abril de 1912 se le nombró Director y catedrático de nuestra Escuela.

Lo acompañó en la gestión desde el primer momento Olivio J. Acosta, ciudadano argentino, de 38 años. Maestro Normal recibido en la Escuela Normal de Profesores de Paraná el año 1893. Antes de llegar a Quilmes se había desempeñado como Maestro de Grado en la Escuela Superior de Varones de Nogoyá (Entre Ríos), en Villaguay (E. R.); y como Vice Director en la Escuela Superior mixta de Diamante (E. R.). En la Capital Federal fue subpreceptor de la Escuela Nº 9 del Consejo Escolar Nº 19; luego fue Director de la Escuela Nº 7 de Colonia Sarmiento (Chubut), Director de la Escuela Nº 9 de Trelew (Chubut); nuevamente en Buenos Aires, Preceptor de la Escuela Superior Nº 1 del C. Escolar 13 (Cap. Federal) y subpreceptor de la Escuela Nocturna Nº 10 del C. E. 10; Inspector Técnico de la 6ª Sección de Territorios Nacionales; también de la 7ª Sección (Pampa); de la 4ª Sección (Chubut), hasta su designación como Vice Director de la Escuela Normal de Quilmes y Catedrático de Historia y Aritmética.

Estos experimentados educadores estuvieron secundados por maestras y profesores que llegaron a adquirir renombre y prestigio en nuestra comuna y aún más allá: la Sra. Crescencia López Oliveros de Molina, Regente del Departamento de Aplicación durante muchos años; española de nacimiento y con trayectoria docente en las localidades de Azul y 25 de Mayo. La Srta. Silvia Manuela Gorleri, con la triple función de Secretaria, Tesorera y Bibliotecaria; sus hermanas como maestras; la Srta. Irene Sofía Rodríguez Garay (sub-regente), y un formidable grupo de profesores entre los cuales hubo médicos, científicos, artistas, matemáticos, literatos, en fin, profesionales de primera línea que con su dedicación a la docencia contribuyeron rápidamente a enriquecer la preparación del alumnado y que, por si esto fuera poco, participaron activamente en la gestación de numerosa instituciones culturales tales como la Universidad Femenina de Quilmes, la Universidad Popular, el Colegio Nacional en el cual se desempeñaron por casi una década sin percibir sueldos y otras que resultaría muy extenso citar.

De aquellos primeros años de funcionamiento se conocen diversas acciones tendientes a elevar el nivel académico e institucional: se enviaron cinco representantes al Congreso Pedagógico Nacional celebrado en Córdoba (1919), se participó en el Congreso Americano de Bibliografía e Historia, en el de Ciencias Naturales (1916), y en el Congreso Nacional de Química (1918); se creó la Asociación de Padres; también la Biblioteca Popular al interior de la Escuela, impulsada por el centro de Alumnos Normales (1919) y al amparo de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares; se adquirió el piano para las clases de Música y se instaló el teléfono (1916).

Durante la gestión del segundo director, Prof. Juan Manuel Cotta, se crearon el Museo de Historia Natural Ameghino, el Gabinete de Química y 20 bibliotecas de aula. Por iniciativa de una ex-alumna y entonces profesora de Ciencias Naturales, se diseñó y plantó el Jardín Sistemático, con alrededor de 1.000 especies clasificadas, donadas por el Jardín Botánico.

El alumnado aumentaba acompañando el creciente prestigio de la institución educativa. Hacia 1922, los propietarios del inmueble presentaron un proyecto de ampliación que contemplaba la construcción de aulas y galería. A partir de 1924, se compartieron las instalaciones con el Colegio Secundario de Quilmes, recientemente creado. En los años siguientes se realizarían nuevas ampliaciones y mejoras edilicias, acompañando el progreso local (como la red de cloacas y de agua corriente en la zona). Entre 1948 y 1949 el Curso de Aplicación se trasladó a la sede de Moreno 769, que aún ocupa.

En 1949 inició sus actividades el Jardín de Infantes con una sección, que se ampliaría a dos en 1954.

En 1957 se le asignó el nombre “Almirante Guillermo Brown”. Dos años más tarde resurgió el Club Colegial, con el fin de promover actividades culturales y deportivas. Al cumplirse las Bodas de Oro se reemplazaron los deteriorados pisos de madera por mosaicos y se reparó el frente de la vieja casona.

Luego llegó el tiempo de la renovación edilicia. En 1980 se colocó la piedra basal del actual edificio, aún inconcluso. Las obras se iniciaron sobre la demolición de la vieja casona y se extendieron a lo largo de toda la cuadra de la calle Mitre, sepultando la magnolia ya gigantesca, las palmeras, el pimentero, el eucaliptus blanco y las demás especies que ornamentaban la histórica escuela. Ni una pared, ni una piedra se han conservado para recordar la significativa influencia que tuvo esta institución durante los cien años que pronto cumplirá. Las rejas perimetrales yacen olvidadas en el sótano, a la espera de un amoroso gesto de reconocimiento. 

Una fracción de la manzana con acceso por la calle Conesa se destinó al Jardín de Infantes y el sector que da sobre la calle Sarmiento pertenece al Colegio Nacional, cuyo actual edificio se construyó en el marco del PRODYMES.

En nuestra sede actualmente se dictan clases de la Escuela Media 20 (ex Polimodal), de la Escuela Secundaria Básica Nº 27, en los turnos mañana y tarde, y del Instituto Superior de Formación Docente Nº 104 en el turno vespertino. En la sede de la calle Moreno se dictan clases de la EPB 84 (ex Departamento de Aplicación) y un curso del Instituto en turno tarde (Profesorado de EPB). Todos estos servicios más el Jardín de Infantes Nº 949 constituyen una Unidad Académica.

Aproximadamente 3.000 alumnos y cerca de 500 docentes circulan hoy por sus aulas y pasillos. De allí salieron, en el pasado, ilustres figuras de las ciencias, las artes y la política. ¿Qué tributo sería suficiente para evocar la obra civilizadora y cultural de esta escuela centenaria?


Fuentes:

Datos recogidos en el Proyecto de Investigación “La Escuela Normal de Quilmes: Reconstruyendo su identidad institucional”, mimeo, 1997.
María Luisa Núñez y Liliana Porfiri. Atanasio Antonio Lanz, maestro. Secretaría de Cultura y Educación, Municipalidad de Berazategui, 2008.
Héctor Agnelli, varias publicaciones éditas y on-line.
Archivo de la Escuela Normal.

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