9/8/24

El antiguo Colegio Nacional de Quilmes

 Hijo dilecto de la Escuela Normal

Por Raquel Gail ©


La Escuela Normal de Quilmes, entre las múltiples contribuciones a la educación y a la extensión cultural de la región, cuenta entre sus principales acciones haber dado vida al Colegio Secundario que se transformó en el Colegio Nacional y hoy se llama Escuela Secundaria Nº 14.

Es una historia larga de contar, puesto que tiene más de un siglo, pero haremos aquí una breve reseña para lo que fuimos invitados esta misma semana por las autoridades del establecimiento vecino.

Una vez creada la Escuela Normal e iniciadas sus actividades en octubre de 1912, quedó pendiente de concreción la fundación del Colegio Nacional solicitado por la comunidad al mismo tiempo, pedido que no fue atendido. Así es que un grupo de profesores y vecinos resolvieron hacerse cargo de la iniciativa.

Existían por entonces algunas escuelas pos-primarias particulares en el pueblo, comenzando por el Colegio "San Luis Gonzaga" que fue abierto por el profesor Doroteo Yoldi dos años antes, en una casa de la calle Alem cercana a Mitre. También estaba el Colegio Saint George desde 1898. Ambos ofrecían la formación necesaria que abría el acceso a estudios universitarios. El segundo de los nombrados tenía un carácter elitista y contaba por internado, pues en él estudiaban jóvenes venidos del interior del país e, incluso, de países vecinos.

También había un Seminario desde 1895 para la preparación de sacerdotes salesianos en Bernal, hoy conocido con el nombre de Colegio Don Bosco. Como hemos señalado en otra nota, desde 1904 se preparaban religiosos maestros para las escuelas de dicha congregación, incorporado a la Escuela Normal de Profesores de la Capital Federal.

Para las niñas existían el High School for Girls (1905), el Instituto de la Inmaculada Concepción, (1895), el Colegio San José (1904) y el Instituto María Auxiliadora en Bernal (1898), estos tres conducidos por congregaciones religiosas y destinados a la educación en labores femeninas pero no a la preparación académica en aquella época.

De manera que, pasados diez años de intentos infructuosos, José Domingo Sosa del Valle director de la Escuela Normal y delegado de los Centros Educacionales de Quilmes propició la creación de un Colegio Nacional y así lo concibió con el maestro Doroteo Yoldi, el Dr. José U. Orengo y otros docentes que, junto a los nombrados. firmaron el acta fundacional de la primera asamblea del 11 de febrero de 1922, que se realizó en el Colegio San Luis Gonzaga.

Como nos enseñó Chalo Agnelli, así nació el Colegio Nacional Secundario Quilmes, bajo el lema “Filantropía - Ciencia - Constancia”, tres atributos que los fundadores poseían en grado sumo. En la casa de Yoldi permaneció dos años y medio hasta que, por concesión del Ministerio de Instrucción Pública, se le autorizó a trasladarse al edificio de la Escuela Normal durante el turno tarde.

Quedó incorporado al Colegio Nacional "Juan Martín de Pueyrredón" de la Capital Federal. Comprendió al prin­cipio un doble turno a fin de que pudieran concurrir también los estudiantes que tuvieran alguna ocupación. El primer turno era de 16:40 a 19:40 y el segundo turno desde esta última hora a las 22:40.

Se había establecido que el personal sería todo diplomado, gratuito, pre­ferentemente habitante en la localidad y la enseñanza se dictaría de acuerdo a los programas de los demás Colegios Nacionales, como efectivamente se hizo.

Fue su primer Rector el Prof. J. D. Sosa del Valle y Secretario el Sr. Rafael Barrios. A los efectos de atender el doble turno se designaron dos Vice Rectores: Fortunato Cichero y el Prof. Olivio J. Acosta, a la sazón vicedirector de la Escuela Normal. El primer tesorero fue el dueño de casa por razones lógicas, el Prof. Yoldi.

Dr. J. U. Orengo

Los primeros Profesores y profesoras han sido los siguientes, que en las actas se denominan fundadores del Colegio: Olivio J. Acosta, Rafael Barrios, maestro normal de la Capital Federal y Provincia, Catalina Borzi, profesora de la Escuela Normal de Lenguas Vivas, María Ana Borzi (luego Sra. de Faragó), Dra. en Filosofía y Letras, Lidia Nieves Bruno (luego Sra. de Raris) Dra. En Filosofía y Letras, Cornelia Cichero, profesora en Lenguas Vivas, Fortunato L. Cichero, profesor en Enseñanza Secundaria, Sarah Cichero (de López), de la Academia Nacional, de Bellas Artes, Antonio Colombo, catedrática de la Escuela Normal, Eduardo Colombo, director de la Academia particular “F. Ameghino”, José Ferrero, Dr. en Ciencias de la Educación, Guido Girotto, profesor de Enseñanza Secundaria de la Normal y del Profesorado en Lenguas Vivas, Antonio Iglesias, profesor de Enseñanza Secundaría, Evaristo Iglesias, profesor de Enseñanza Secundaria, María M. Job, Dra. en Química y Farmacia, Angélica Morales Gorleri, maestra normal, Juana Sol, Dra. en Filosofía y Letras, Raquel Sol, Dra. en Filosofía y Letras, José D. Sosa del Valle y Doroteo Yoldi, Director del Colegio San Luis y Profesor de Enseñanza Secundaria.

Posteriormente este elenco ha sufrido modificaciones debido a las cir­cunstancias inevitables que se producen en el orden económico de cada cual; así por ejemplo los señores Barrios, Ferrero, Cichero, Antonio Colombo y Evaristo Iglesias y las señoritas Sol y Job, tuvieren que retirarse por razones de incom­patibilidad impuestas por la Superioridad; lo mismo sucedió más tarde con la Dirección que tuvo que ser dejada por el Sr. Sosa del Valle y lo mismo el vice; le sucedió al primero la señorita María Ana Borzi quien la desempeñó con un criterio y acierto poco común; al Sr. Olivio Acosta y al Sr. Cichero, suce­dieren les Sres. Yoldi y Armando Bucich, profesor nuevo que había entrado a formar parte del Colegio en lo que llamaríamos una “segunda camada”; en ésta también entraron la Srta. Nélida Bucich, el Sr. Luis Ricagno, la Sra. Peona, el Sr. Baglietto, la Srta. Goldstein (luego Sra. de Bozzini), el Sr. De Kroon, la Sra. P. de Collet, la Srta. Sosa del Valle, la Srta. Welbi, el Sr. Rennes (que reemplazó en las cátedras de Literatura e Idioma Nacional al Sr. Edmundo Gutiérrez), etc., etc...

Todas estas personas, solidaria y filantrópicamente, desempeñaron sus responsabilidades docentes sin percibir salario alguno a lo largo de una década. La enseñanza brindada era totalmente gratuita. Se constituyó una Cooperadora para solventar los gastos indispensables de funcionamiento del Colegio.

Durante los años siguientes, los docentes y cooperadores continuaron gestionando la oficialización del Colegio, como puede leerse en numerosas notas de los periódicos locales. Finalmente, en 1928, un grupo de Diputados de la nación redactó el Proyecto de Ley necesario, atento a lo requerido por la Comisión Ejecutiva Pro-Ley de creación del Colegio Nacional de Quilmes.

1930

Ley que tardó exactamente un año en promulgarse, el 17 de setiembre de 1929, con la firma del presidente constitucional Hipólito Yrigoyen y el ministro del ramo, J. de la Campa. Establecidos los recursos necesarios en la ley de Presupuesto, sin embargo, demoró otro año más el nombramiento del personal que, casi en su totalidad, era el que ya venía prestando servicio honorariamente. No obstante, el golpe de estado del 6 de setiembre de 1930 derivó en que la inauguración del Colegio fuera encabezada por el presidente provisional golpista Gral. José Félix Uriburu.

1930

En esta etapa fue designado Rector el Dr. José Ulises Orengo, que permaneció largos años conduciendo la institución, y Secretario-Tesorero el Sr. Julio J. Raris.

Una vez obtenida la anhelada oficialización, la lucha continuó en pos de tener edificio propio, suficiente y adecuado. El Ministerio de Justicia e Instrucción Pública había autorizado el uso compartido del edificio de la Escuela Normal (1924), de forma que ésta funcionaba durante la mañana y el Colegio Nacional durante la tarde. Añádase a ello que, desde 1946, se desarrollaban en el turno vespertino las clases de una Escuela Técnica, también dependiente de la Nación.

Alumnado 1940

Hemos leído repetidamente en la prensa que se hacían proyectos y promesas de asignación de un predio para la construcción de los edificios que requerían las escuelas secundarias de la ciudad. En 1935, en 1940, en 1944, en 1947. En 1957 se lanzó una colecta pública sobre cuya recaudación el diario El Sol publicaba permanentemente el monto acumulado. Grandes empresas industriales de la región como Ducilo, Rhodia y otras, hicieron donaciones significativas a este fondo. Empero, la vieja casona del siglo XIX se ampliaba gracias al esfuerzo de las Asociaciones Cooperadoras, y aún así resultaba exigua para atender la demanda de matriculación de tantos aspirantes. La incorporación del edificio de Moreno 769 (en 1946) para uso de la Normal tampoco alcanzaba, pese a que algunas divisiones de 1º y 2º año del Nacional compartieron ese inmueble en la década del 50.

                                              1956

En 1957 el Ministerio resuelve expropiar toda la manzana comprendida entre las calles Mitre, Colón, Sarmiento y Conesa, es decir el predio en el que funcionaban estas escuelas, que desde 1915 estaba alquilado a la familia Ctibor. Sin embargo, la antigua y lujosa casona sigue sin satisfacer las necesidades de las tres escuelas y, además, sufre los estragos propios del paso del tiempo y la escasez de recursos para su mantenimiento. 

Dos años más tarde recibe en donación el busto de José Manuel Estrada, cuyo nombre lleva el Colegio, aparentemente desde la década del 30. Es un obsequio de la Biblioteca homónima de Bernal y fue realizado por el escultor Oscar Albertazzi [1].


Las últimas aulas que se agregaron, ocupando un sector del vasto parque que rodeaba la casa, datan de 1960. También fueron las últimas en demolerse al dar inicio a las obras que hoy albergan a la Escuela Normal, con frente sobre la calle Mitre, y al conocido Colegio Nacional cuyo ingreso está en la esquina de Conesa y Sarmiento. La manzana fue partida en dos para levantar ambas estructuras. La correspondiente a la Escuela Normal se inició antes y se terminó después, pues se hizo en varias etapas. La piedra fundamental del Colegio Nacional se puso en 1883 y el acto de inauguración se hizo en 2002.

Hay que lamentar que las construcciones arrasaron por completo la casa decimonónica, de la que no quedan rastros, y el jardín botánico que la embellecía, realizado por la Prof. Job en la década del 30. Los escasos restos que quedan en pie sobre la calle Colón no son parte del edificio original sino agregados que se hicieron a lo largo del siglo XX para ampliar la capacidad del establecimiento. 

En el marco de un Proyecto Pedagógico encarado por el Colegio (hoy E.S. Nº 14) el último miércoles relatamos ante los alumnos de 4º año T.T. y algunos docentes esta reseña histórica y algunos detalles más que esperamos sean de utilidad para su trabajo. Sería deseable profundizar la investigación para conocer y divulgar la historia de tan prestigioso y antiguo instituto educativo quilmeño.






NOTAS:
[1] Nacido en Bernal, provincia de Buenos Aires el 4 de abril de 1928 y fallecido en la misma ciudad el 25 de enero de 1971. Cursó los estudios en el Ateneo Pío Collivadino de Quilmes, donde más tarde fue Profesor de Dibujo. Se formó artísticamente guiado, primero por Antonio Sassone y luego por Sepuccio Tidone en la escuela taller de nuestro Juan Correa. Fue socio fundador de la Asociación de Artistas Plásticos de Quilmes y Profesor de Escultura de la Sociedad Gente de Arte de Avellaneda, Profesor de Escultura y más tarde Vice Director de la Escuela Municipal de Artes de Avellaneda. Recibió numerosos premios por sus creaciones.

Fuentes:
https://elquilmero.blogspot.com/2012/09/colegio-nacional-de-quilmes-noventa.html
Reseña escrita por Fortunato Cichero para el periódico La Zona en 1943.
Documentos del Archivo Histórico "Silvia Manuela Gorleri".
Diarios El Sol, La Verdad, El Plata, ABC.
Semanario Crónica de Bernal.
Comunidad Ex Alumnos Colegio Nacional de Quilmes (FB)