14/9/09

Videoconferencia: La fotografía, un reflejo de la vida escolar (2)


Hemos tenido el enorme placer de participar hoy por la mañana en la primera experiencia de videoconferencia en torno a la temática de Archivos Escolares, programada por la BNM con el auxilio de las instalaciones de OSDE en Buenos Aires, La Plata, Paraná, Rosario y Córdoba.

A continuación transcribimos el texto de nuestra ponencia, que estaba acompañada de una serie de fotografías.



TENDIENDO PUENTES ®

UNIDAD ACADÉMICA ESCUELA NORMAL DE QUILMES
14 de Setiembre de 2009

Prof. Raquel Gail



Estoy aquí representando a la comunidad de la Escuela Normal de Quilmes que participa en el Proyecto de Recuperación y puesta en valor del Archivo Histórico de dicho establecimiento, el que en 2012 cumplirá cien años.

Ya hemos relatado, en otros encuentros, el camino que estamos recorriendo desde setiembre de 2006, cuando iniciamos este proyecto. Sus luces y sus sombras.
Hoy quisiera referirme a los puentes. Sí, puentes, esas construcciones que la humanidad inventa para atravesar lugares difíciles de transitar, para superar escollos que parecen infranqueables, para llegar de un lugar a otro, para unir…

Tengo la impresión que a medida que recorremos el sendero que nos hemos trazado, que no sabemos exactamente a dónde nos llevará, ni cuán largo es, ni que obstáculos nos presentará, fuimos levantando puentes –algunos provisorios, otros definitivos, algunos más sólidos, otros más endebles, algunos rectos y otros sinuosos, algunos sencillos y cortos, otros complejos y largos-, fuimos estableciendo vínculos con otros lugares, personas, escuelas, historias, con los que estamos urdiendo –casi sin darnos cuenta- un entramado sobre el que se bordará algún día la historia de esta escuela centenaria, sobre el fondo de muchas otras escuelas argentinas y extranjeras.

Así que, si ustedes me permiten, voy a hablarles de algunos de esos puentes que quedarán allí, dispuestos a que otros curiosos de la investigación histórica los crucen a su vez o los enlacen con sus propias rutas.
Nuestros primeros puentes fueron muy sencillos y cortos, domésticos casi. Los levantamos al interior de la institución.
Al principio entre alumnos y profesores entusiasmados con el proyecto ¡qué digo! con el anteproyecto.

Un depósito olvidado pero rico en documentos que estaba siendo devorado por el tiempo, la humedad, los insectos, el polvo y el abandono.
Alumnos del profesorado de Historia, ni más menos! Los más sensibles al peligro que corría ese repositorio. Pensar juntos. Sugerir contactos. Buscar ayuda de expertos. ¿Qué se hace? ¿Cómo se hace? ¿QUIÉN lo hace? ¿Alguien lo ha hecho ya?

Sí, el Normal 1 de Ciudad de Buenos Aires; recordamos que salió la noticia en un diario. Y tendimos un puente hacia el Normal 1. Allí nos recibieron con cordialidad y simpatía, y con una generosa cuota de sugerencias y consejos que tratamos de capitalizar.

Nos preguntamos ¿algún día nuestro Archivo se verá así? Hummmm… quién sabe…

Otro puente nos llevó hacia la Biblioteca Nacional de Maestros. ¡Allí tenían que saber! Y sí… sabían… y no sólo eso… parecía que nos estaban esperando… nos invitaron a comprometernos en un Proyecto Nacional, aceptamos, nos visitaron, nos asesoraron…
Varias veces recorrimos este puente, en una y en otra dirección, con la mochila al hombro, llena de aportes para hacer viable una ilusión.

Hizo falta un nuevo puente para atravesar un pantano: hay que desinsectar! Los pequeños, casi invisibles bichitos se están comiendo nuestra historia escrita. ¿Cómo hace una escuela pública para financiar un trabajo tan especializado? Nos dirigimos a la Fundación Rocca y ellos solventaron el gasto para nosotros inaccesible. Cruzamos el pantano. Ya no hay insectos.

Ah!!! Pero ahora hay que limpiar los residuos que ellos dejaron, ese polvillo insidioso remetido en los pliegues de los folios y en el lomo de los libros. El tiempo pasa, los alumnos que tantos sábados colaboraron ahora están adelantados en su carrera y tienen menos tiempo aunque no menos ganas. Será necesario buscar otros. ¿Y si no pueden? ¿Y si no son suficientes?

Tendamos un puente hacia otra institución. ¿Dónde se forma los archivistas? En el Instituto 8 de La Plata. Pues allá fuimos. Y por ese puente vinieron algunos estudiantes de la carrera que ahora están haciendo sus prácticas pre-profesionales en nuestro repositorio.

Pero no nos olvidamos de nuestro entorno inmediato. Otra vez miramos alrededor y pensamos que podía ser buena idea construir un puente hacia una ONG, la de exalumnos de la propia escuela. Organización que adoptó el proyecto como se adopta un niño, para ayudarlo a crecer. Nos acompañan en las gestiones, y también en el trabajo cotidiano, nos dan ideas y nos preguntan por nuestras necesidades.

Otro puente local. La Secretaría de Cultura del Municipio. Instalarlo permitió que por él nos llegaran 400 cajas de archivo para organizar la documentación.
Creemos que este Proyecto necesita difusión. Hacerlo conocido servirá para que se desarrolle mejor y, por qué no, pueda servir a otros. La tecnología, afortunadamente, permite hoy en día construir puentes virtuales.
Nos incorporamos a Foros temáticos, nacionales e internacionales.
Generamos un espacio propio en Internet, nuestro Blog, que pueden visitar cuantas veces deseen y hacernos llegar sus ideas con un click.
También participamos en encuentros reales, jornadas de intercambio, congresos de especialistas. Buscamos libros. Consultamos con expertos. Salimos a explorar caminos nuevos y abrimos nuestras mentes para recibir experiencias ajenas, otros saberes.

Estamos preparándonos para tender un nuevo puente hacia la profesionalización. Archivistas hay pocos. ¿Cuántos de ustedes conocen alguno? Instituciones formadoras también hay pocas en el país. Intentémoslo. ¿Se podrá iniciar la formación de personal idóneo en nuestra propia escuela? Otra vez estamos cruzando el puente hacia el Instituto 8 de La Plata. A ellos les gustaría. A nosotros también. Pero este es un puente muy largo. Todavía no vemos el otro extremo.

Ya estamos en la etapa de organización del Archivo. Entre las idas y vueltas por el puente que nos une a la BNM anduvo la capacitación para los que no somos profesionales del área. Hacen falta -también- recursos materiales para poder organizar miles y miles de documentos. Instalaciones apropiadas. Elementos técnicos. Insumos, porque los insumos se consumen. Y, otra vez, la BNM y el Ministerio de Educación de la Nación nos están auxiliando, a través de ese puente que es el Proyecto Nacional de Archivos Escolares. Nos asisten con medios económicos para que podamos adquirir los bienes imprescindibles que darán lugar a la continuidad del sueño.
No acaba todavía nuestra concepción del Proyecto. Más bien al contrario, cada día se nos ocurre una ampliación con vistas al futuro. ¿Quién, quiénes, sacarán provecho de estas fuentes primarias una vez acondicionadas para la consulta? Los investigadores, naturalmente; y los estudiantes, y los profesores de la casa. Es necesario volver a los puentes pequeños, domésticos dijimos antes.
Concebimos un recurso escolar, familiar a todos los actores: la pizarra de comunicaciones. Las novedades que se van produciendo aparecen en el vestíbulo de la escuela, no solamente en el Blog. Y nos conectamos entre nosotros por medio del correo electrónico cuando nos hace falta.

Hemos utilizado otros puentes comunicacionales en la medida que se nos presentó la oportunidad. Aparecimos en reportajes periodísticos, en medios gráficos y televisivos, locales, nacionales y extranjeros. Nuestra intención no es lucirnos, sino dar visibilidad a un campo de acción relativamente reciente y poco explotado todavía. ¡Los archivos escolares son valiosos, hagámoslo notar! No se trata sólo de archivos administrativos.

Argentina recorre la ruta del Bicentenario. Pero, en ese marco histórico, muchas, muchísimas escuelas del país, recorren la ruta del Centenario. Y nos preguntamos: ¿qué se hacía en las escuelas hace 100 años, hace 80, hace 50? ¿Quién las frecuentaba? ¿Para qué se iba a la escuela? ¿La escolaridad que se respiraba en ellas era la que marcaban los documentos prescriptivos del Ministerio? ¿Qué se enseñaba? ¿Qué se aprendía? ¿Y cómo? ¿Qué se valoraba, positiva o negativamente? ¿Cómo era un escolar en 1915, por ejemplo? ¿Cómo era un aspirante a maestro en 1922?
La Escuela Normal de Quilmes se creó el mismo año que la de San Fernando. ¿Eran semejantes? ¿Qué las distinguía? ¿Tenían rasgos comunes con la de Azul, o las de Capital Federal o La Plata? ¿De dónde salían sus profesores? Ya no eran las maestras norteamericanas contratadas por Sarmiento, estas nuevas hacedoras del normalismo vernáculo. ¿Qué ideas pedagógicas circulaban por sus aulas? ¿De qué manera se concretaban en el quehacer diario?
Inventariando documentos descubrimos que cinco escuelas, entre las privadas y las populares, estuvieron adscriptas a la Normal de Quilmes. La mayoría de ellas ya no existe. Pero los registros de matrícula, los permisos y las actas de examen, están en nuestro poder. De algunas todavía no conocemos siquiera su dirección postal.
Habrá que tender puentes hacia el pasado, entonces. Indagar en esos preciosos tesoros de papel amarillento, difíciles de leer por la tinta estallada en los libros copiadores, con sus finas hojas quizás rasgadas, a veces perforadas por los hambrientos insectos que nos robaron números y letras, con los bordes retorcidos por la acción del tiempo y hasta por el fuego o el agua en ocasiones.
Llegado este punto descubrimos que los puentes hacia el pasado son también los puentes del presente.
Nuestro Director fundador egresó del Normal de Profesores de Capital, el “Mariano Acosta”, y allí nos acercamos para reencontrarlo como el joven alumno de fines del siglo XIX.

El Vicedirector inicial se preparó en la Escuela Normal de Paraná, primera entre las primeras, y de allí nos llegaron algunos de sus antecedentes estudiantiles.

La Regente que se hizo cargo del departamento de Aplicación desde su apertura era una joven española, graduada en la Escuela Normal de Azul y sus autoridades están ahora mismo reuniendo material para remitírnoslo.

La primera Secretaria, ah!, no era sólo Secretaria, también era Tesorera y Bibliotecaria de la Escuela. Sin duda no eran pocas sus responsabilidades, y las desempeñó durante 38 años consecutivos. Muchos miembros de su familia se dedicaron a la docencia –simultáneamente con ella dos hermanas en la misma escuela- y hoy por hoy una sobrina bisnieta es especialista en educación en la Ciudad de Buenos Aires.

Una par de anécdotas breves, quizás graciosas, que ilustran en parte las peculiaridades de estos antiguos documentos.

En el Primer Libro Copiador, muy difícil de leer por la calidad de la tinta y el tiempo transcurrido, está asentada la lista de todos los materiales enviados por el Ministerio para equipar la naciente escuela. ¿Qué dice allí? ¿”Desburradores”? ¿Qué puede significar esa palabra? En los diccionarios no está. Consultamos colegas que, tan sorprendidos como nosotros, nunca habían oído tal cosa.

Digitalizamos la imagen y, al trabajar sobre ella con los medios hoy disponibles, desciframos el misterio: entre los felpudos y los cepillos para el calzado estaban los “desbarradores”. Aquellos implementos de hierro que permitían dejar en el umbral el barro acumulado en la suela al transitar por las calles quilmeñas.

Otra curiosidad. 1924. El Sr. Director dirige una solicitud en calidad de padre de una alumna… al Dr. Director! Por lo tanto, se le dará curso para que disponga el Sr. Vicedirector; los trámites seguirán el rumbo de la época y, finalmente, se resolverá a favor del peticionante. La niña, que reúne méritos académicos suficientes, podrá ingresar al Curso Normal pese a no alcanzar la edad reglamentaria por trece días de diferencia.

Y así, podríamos continuar desgranando ejemplos, cosa que no haré para no aburrirlos. Sin duda, ustedes tienen muchos ejemplos para contarnos.

También caímos en la cuenta que hay que construir puentes hacia el futuro. ¿Qué dispositivos podremos idear y sostener para que este repositorio se pueda abrir a la consulta pública? Las escuelas no tienen “cargo” de Archivista.

En nuestro caso particular, ni siquiera tenemos el espacio suficiente, pues el edificio lleva más de 20 años inconcluso. No podemos separar el Archivo Histórico del Administrativo por la misma razón. Además, lo que fue el Departamento de Aplicación, hoy escuela primaria, se halla en otra sede adónde todavía no hemos ido a indagar qué documentación se conserva, si bien gran parte de las primeras décadas está en nuestro depósito.

La tarea pendiente es mucha. El entusiasmo también. Nos falta aprender, nos faltan elementos materiales, deseamos tener más colaboradores, pero, en cualquier caso, seguiremos adelante, seguiremos cruzando puentes.


Muchas gracias. ®



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