20/10/22

Sin archiveros no hay Archivo

ARCHIVEROS 
EN LAS ESCUELAS ANTIGUAS 
 UNA NECESIDAD EVIDENTE
Prof. Raquel Gail

Estamos convencidos de que el progreso de nuestro Proyecto está íntimamente vinculado al aporte que los profesionales de la Archivística y Ciencias de la Información puedan realizar en un marco legal apropiado que debe generarse para la recuperación del patrimonio histórico educativo. Por ello nos permitimos aquí reproducir una nota publicada con anterioridad, para atraer la atención de los actores responsables y reflexionar sobre las cuestiones tantas veces planteadas.

Estudiantes consultando documentos en nuestras instalaciones

En el décimo año (2016) de labor continua e ininterrumpida, salvo por los períodos de receso escolar, el proyecto que constituye el Caso Piloto Nº 1 del Programa Nacional de Archivo Escolares y Museos de la Educación en la República Argentina, últimamente también reconocido como Caso Piloto modélico por la Provincia de Buenos Aires, seguimos planteando la misma inquietud: la necesidad ineludible de contar con el profesional rentado, cuya presencia diaria permita organizar este Archivo Histórico y brindar el servicio que corresponde a una entidad de tal naturaleza.

Nuestro establecimiento tiene 104 años de vida. Decenas de escuelas argentinas ya han cumplido cien años, otras decenas los están festejando este mismo año o lo harán en los años por venir. Nos preguntamos, en consecuencia, ¿qué ocurre con su patrimonio documental? ¿Está protegido? ¿Al cuidado de quién se encuentra? ¿Está disponible para los investigadores? ¿Cómo se reservan los datos personales? ¿Podría digitalizarse la información de acceso público? ¿Debe elaborarse un protocolo normalizador de acuerdo a su especificidad? ¿Sería necesario contar con Archiveros en las escuelas, así como hay Bibliotecarios?

La Provincia tardó más de 30 años en establecer el cargo de Maestro Bibiotecario en las instituciones educativas, desde 1958 [1] en que dio comienzo la capacitación orientada a ese fin, hasta 1990 en que se incorporó la titularización del cargo a la planta funcional de las escuelas [2]. No es posible admitir la idea de que, a esta altura del siglo XXI, en el contexto de los ideales educativos de progreso y mejoras que se pregonan, las comunidades interesadas en recuperar, conservar, proteger y compartir su patrimonio cultural deban esperar décadas para contar con el personal idóneo.

Estas y otras múltiples cuestiones se nos presentan cada vez que abrimos la puerta de nuestro humilde repositorio y emprendemos, como los hicimos ayer nuevamente, la "titánica" tarea que nos propusimos. Con entusiasmo y dedicación, ya hemos invertido casi 14.000 (catorce mil) horas de voluntariado, y podremos invertir más, pero es imprescindible inclusión de un Técnico con asistencia cotidiana y justo reconocimiento. Ello no excluye la continuidad del voluntariado ni la oportunidad de los estudiantes de capacitarse en un Archivo, como se viene haciendo desde hace algunos años.

Por ello nos parece adecuado reflexionar sobre la alocución que dirigiera José Douglas Lasso Duque al auditorio de Excol´07, en su calidad de Presidente de la organización Archiblios, Fundación dedicada a la formación y rescate de archivos y bibliotecas con sede en Colombia. Copiamos sólo algunos fragmentos; el destacado en negrita nos pertenece.

Bienvenidos a Excol’07; un puente fraternal a la integración archivística

Dice un destacado profesor de la facultad de Ciencias de la Documentación de la Universidad Argentina de Entre Ríos, Ángel Schenone: “Cuando se enseña un hecho o una realidad no bien comprendida y ese conocimiento no es alterado en el tiempo, porque no fue algo que se considere notorio o porque lo enseñado fue un simple bloque de "cultura general", lógicamente la idea que se conserva del mismo es aquella primaria, muchas veces errónea, no bien recibida y lamentablemente ignorada en mayor grado en lo concerniente a su veracidad y evolución. Al hablar de archivos y archivistas, tristemente, en muchos casos ocurre lo comentado”. [...]

Desde luego nos sentimos muy optimistas y halagados de haber generado conjuntamente con la Fundación Ciencia de la Documentación de España y Archiblios de Colombia tal interés desde el Primer Encuentro Hispanoamericano de Directores de Archivos de la Administración Pública y Privada, del 26 de Julio de 1986, que tanto beneficio le ha dado a la causa archivística y a sus profesionales: los Archivistas Colombianos.

Imagen del Archivo Histórico Provincial de Toledo

Veinte años después nos enfrentamos a grandes retos y, durante el transcurso de estos años, a nuevas funciones, diferentes caminos y desarrollos tecnológicos, por lo que debemos ir perfilando los nacientes desafíos que nos aguardan.

Al igual que todas las delegaciones mundiales que estarán presentes, es nuestro propósito, lo ha sido siempre, acoger y hermanar la idea de crear y organizar la independencia y gestión de la actividad de las Ciencias de la Documentación y muy especialmente la Archivística en el marco de un nuevo paradigma hermenéutico, pedagógico y epistemológico en el método archivístico.

Hoy vivimos en la era de la globalización informacional, inmersos en un nuevo tipo de sociedad: la de la información y administración del desarrollo del pensamiento humano que conduce a una nueva era en la historia del conocimiento. En este sentido, se requiere de equipos activos de trabajo que se comprometan a investigar e incrementar procesos de acciones continuas en diversos tipos de organizaciones archivísticas que permitan, en este caso, a los archivistas cimentar su "status" profesional en todo el contorno y contexto de las Ciencias de la Documentación e Información, y de la Administración de Documentos teniendo muy en cuenta a sus profesiones afines y auxiliares.

Es una era en que la concepción del mundo es menos intrínseca y unilateral, y su visión es mucho más amplia en la interpretación y aplicación de las leyes fundamentales del movimiento, de la esencia y el ser, con una metodología científica acorde con los tiempos que nos atañen, las Ciencias de la Documentación y la disciplina profesional archivística tienen como deber fundamental mantenerse en un proceso constante de estructuración y conocimiento cualificado y cuantificado debidamente eslabonado.

Estamos en la era en que los profesionales de la documentación y la información son al mundo actual, lo que los ingenieros fueron a la era de la industrialización y lo que es hoy de la física a la cuántica; en que se están generando y estableciendo nuevos campos del saber, nuevas disciplinas profesionales, nuevas formas de pensamiento Se trata de que este concepto tan básico sea aplicado a las Ciencias de la Documentación, Información y la Archivística; que su desarrollo corresponda a una realidad concreta en la vida archivística de nuestro país e Iberoamérica, y del quehacer de los archivistas para racionalizar estos cambios en el escenario socio-cultural, económico, jurídico y administrativo. [...]

Debemos concientizarnos de que la tarea educativa de la archivística debe involucrarse con todo lo que nos señala la filosofía conceptual de que los archivos son de gran valor para el desarrollo del nuestras sociedades, y representan un Patrimonio Nacional inserto en la historia de la humanidad. [...]

En el campo práctico, en que casi todo está por hacerse, la racionalización está en el establecimiento de sistemas de información social y cultural integrados de acuerdo con el real desarrollo científico y tecnológico y los requerimientos que se generen a corto, mediano y largo plazo. [...] Aquí entra en juego un campo considerado hasta ahora con mucha seriedad: las Ciencias de la Documentación e Información, y la Informática, cuyo fundamento es coordinar, ordenar y exponer las razones del valor del documento administrativo, del documento histórico y su importancia en la transmisión y administración de la información. La protección a que tienen derecho los archivos y nuestro Patrimonio Documental. Entra también en juego la necesidad apremiante de aportar soluciones a los mayores problemas de manejo y control que plantean unas sociedades cada día más complejas y globalizadas, y la necesidad de que esas medidas sean siempre de protección y actualización de acuerdo con los adelantos científicos, administrativos y tecnológicos. [...]

El nuevo discurso de las ciencias de la documentación e información y la archivística, se debe tratar con altura y seriedad, con la trascendencia histórica que encierra, pero en ningún momento como un mito inalcanzable. [...]

Tampoco las ciencias de la documentación e información, lo son todo, ni debemos hacernos al mito de que pueda serlo, pero es la base fundamental para el desarrollo de las ideas y del progreso de nuestra disciplina profesional.

Finalmente, permítanme citar parte de la Presentación de un estudio de la Dra. Aída Luz Mendoza Navarro, “Que Significa Ser Archivero en el Siglo XXI”, editado por Guillermo Núñez Soto. Lima, Perú. 2006.

“La formación del archivero, permanentemente, concita el interés no sólo de quienes están directamente involucrados en el tema, como los docentes, el personal administrativo conductor de un centro de formación, y los alumnos; justificadamente, los archiveros en general, se preocupan por la formación, científica y académica de los futuros archiveros que se integrarán al ejercicio de la profesión. Las opiniones al respecto, sin duda, ayudarán a optimizar la formación, a hacer los reajustes necesarios en los programas curriculares para lograr mejores y competitivos profesionales. Cualquier idea debe ser bienvenida, todo aporta, inclusive la critica en tanto se dirige a poner en el tapete lo que a nuestro entender debe modificarse, sin embargo los alcances, las recomendaciones y opiniones no siempre son apreciados por quienes se encuentran al frente de una organización encargada de la formación de los archiveros. Por el contrario, muchas veces nos encontramos con respuestas nada agradables porque se combaten las ideas con expresiones y actitudes negativas que a nada positivo conduce. En ese contexto es mi deseo que se entienda el sentido del trabajo que ahora entrego, éste puede ser tomado como un punto de partida para lograr que otros especialistas, con mayor experiencia y experto en la formación de profesionales también colaboren con sus propios aportes, estoy segura que de ese modo en algún momento se logrará el consenso y los ganadores serán los archiveros que puedan optar por una sólida e integral formación profesional”.

José Douglas Lasso Duque
Presidente de la Fundación Archiblios

NOTAS:
[1] La formación de Bibliotecarios se inicia en 1948 con un curso semestral que desaparece en 1952, pero en 1958 reaparece con un curso de un año de duración, que otorgaba un certificado de Auxiliar de Bibliotecas y Auxiliar de Bibliotecas Escolares (Kraemer y Lacorazza).
http://www.bn.gov.ar/descargas/catalogadores/ponencias/261109_09a.pdf
[2] (Welschen)
http://www.abgra.org.ar/documentos/pdf/PciaBuenosAires_Final%2006%20doc.pdf

Fuente: http://www.documentalistas.org/colaboradores/firmas/p2/jose_douglas2.php

1 comentario:

  1. Raquel: gracias por tu compromiso y difusión de cuestiones que todavía no sabemos asumir desde nuestro rol profesional.
    Aliento la esperanza de que, lentamente pero sin pausa, podamos cambiar el contexto y las consecuencias que nos toca vivir, ensanchando el camino del archivo que ustedes iniciaron hace diez años.
    Desde el afecto y la realidad objetiva, hoy, más archivistas que nunca.
    Gracias colegas.
    Un abrazo
    Abel

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